Cifra r¨¦cord de endeudamiento

La situaci¨®n financiera del Ayuntamiento de Barcelona es considerada, por los responsables de la gesti¨®n municipal, como extremadamente grave. Agobiado por las deudas, en poco menos de dos meses podr¨ªa darse, en la pr¨¢ctica, una situaci¨®n comparable a la ?suspensi¨®n de pagos? de cualquier empresa comercial. Se trata del Ayuntamiento m¨¢s empe?ado de Espa?a, con un d¨¦ficit global, por diversos conceptos, superior a los 60.000 millones.

El d¨¦ficit ordinario del Ayuntamiento barcelon¨¦s ha evolucionado en progresi¨®n geom¨¦trica. En 1976 era de 1.589 millones de pesetas, en 1977 era ya de 3.269 y en 1978 se cifraba en unos 8.000 millones. Para 1979, la previsi¨®n total podr¨ªa alcanzar, seg¨²n estimaciones de los t¨¦cnicos del Ayuntamiento, los 11.876 millones de pesetas.Su actual d¨¦ficit supone un 60% del presupuesto -legalmente no se puede sobrepasar el 30%- y pone en dificultades la realizaci¨®n de un presupuesto adecuado para 1980.

Seg¨²n ha manifestado reci¨¦ntemente el alcalde de Barcelona, Narcis Serra, los d¨¦ficit municipales se dispararon a partir de 1976 debido al progresivo aumento de la prestaci¨®n de servicios al ciudadano, aumento que vendr¨ªa condicionado por la creciente presi¨®n ciudadana observada durante las postrimer¨ªas del franquismo y primeros tiempos de la democracia.

Al endeudamiento progresivo, el Gobierno respondi¨® con la aprobaci¨®n de los presupuestos de liquidaci¨®n de deudas. Estos presupuestos, en lugar de absorber las deudas, las reconoce, con lo cual, en la pr¨¢ctica, s¨®lo se produce un cambio de acreedor.

A juicio de Narc¨ªs Serra y de los responsables del Ayuntamiento de Barcelona, la soluci¨®n debe pasar por asumir el Gobierno. la Administraci¨®n central, la deuda municipal mediante la promulgaci¨®n de un decreto-ley. Paralelamente, como medida complementaria, deber¨ªa aumentar los ingresos de los ayuntamientos por la v¨ªa de los impuestos.

Actualmente el Estado revierte a Barcelona, por el concepto de recaudaci¨®n de impuestos indirectos, un 4% de los mismos, mientras que para los responsables de la corporaci¨®n este porcentaje deber¨ªa ser, como m¨ªnimo. del 8%.

Otras posibilidades que se apuntan son la extensi¨®n del impuesto de radicaci¨®n a los profesionales y aplicaci¨®n de correctores en los impuestos.