Allen Ginsberg: "El poeta tiene que revelar y explotar su propio conocimiento"
Durante su estancia en Par¨ªs, Allen Ginsberg, uno de los maestros de la llamada ?generaci¨®n beat?, que, en 1958, Jack Kerouac prefiri¨® llamar ?vagabundos celestes?, cumpli¨® un amplio programa de actividades. En el Centro Beaubourg hizo una lectura p¨²blica de su obra, junto con sus traductores al franc¨¦s, y en el Centro Americano ley¨® sus poemas y cant¨® unos blues con temas propios y de William Blake. Tambi¨¦n asisti¨® al estreno de una pel¨ªcula realizada en Colorado, donde interviene junto con Corso, Borroughs, Di Prima, Waldman, Leroi Jones y Daniel Ellsberg.El vagabundeo, la bohemia, la meditaci¨®n y una gran alegr¨ªa de vivir fue el c¨®digo de una generaci¨®n de j¨®venes escritores americanos, los beatniks (sus nombres: G. Corso, Peter Orlovsky, William Burroughs, Brion Gysin, Neal Cassidy y Allen Ginsberg), que, fieles al pensamiento de quien algunos han definido como el ?pap¨¢ Kerouac?, practicaron una manera de vivir y de escribir propia, fuera de convencionalismos y normas, fermento que renov¨® la poes¨ªa contempor¨¢nea y facilit¨® el nacimiento de otros movimientos posteriores: hippies y hippies.
Hoy, Allen Ginsberg est¨¢ en Par¨ªs por unos d¨ªas para participar en una serie de lecturas po¨¦ticas p¨²blicas en Beaubourg y el Centro Cultural Americano y presentar, adem¨¢s, la pel¨ªcula in¨¦dita de C. Allione Fried Schoes, Cooked Diamons, con y sobre ¨¦l mismo, Orlovsky, Ellseberg, Corso, Burroughs, Lama Chogryan Trungpa, Leroy Jones, Di Prima y T. Leary: una discusi¨®n entre poetas y escritores sobre diversos temas, entre ellos el de la energ¨ªa nuclear, rodada con ocasi¨®n de la acci¨®n que un grupo de los miembros del Instituto Naropa, donde Ginsberg es profesor, llevaron a cabo para tratar de impedir la salida de un convoy cargado de plutonio.
Actualmente, Ginsberg vive con P. Orlovsky en una granja, donde tienen instalado un sistema e¨®lico capaz de producir la electricidad que necesitan, dedicado a la meditaci¨®n, la ense?anza, la poes¨ªa y las lecturas p¨²blicas.
Su espa?ol es bastante rudimentario, pero, sin embargo, insiste en que la entrevista se desarrolle en este idioma; en 1957 estuvo en Espa?a (Algeciras, Madrid, Barcelona y otras capitales); despu¨¦s no ha vuelto, pero le gustar¨ªa, ?aunque nadie me ha invitado todav¨ªa?, dice.
Empezamos hablando sobre la pel¨ªcula, el desmedido desarrollo de la industria nuclear y petroqu¨ªmica:
?El plutonio es el elemento m¨¢s mort¨ªfero de todos los que se han descubierto. Contamina todo: campos, oc¨¦anos, cielo... Si estallara una bomba de plutonio, que es mucho m¨¢s poderosa que las que se tiraron en Hiroshima y Nagasaki, durante 24.000 a?os la contaminaci¨®n no desaparecer¨ªa de nuestro planeta. Vivimos una situaci¨®n que est¨¢ m¨¢s all¨¢ de la esperanza, m¨¢s all¨¢ de la desesperanza, m¨¢s all¨¢ del miedo o el no miedo...
Pregunta. ?El hecho de intentar detener un tren cargado de plutonio puede considerarse un acto po¨¦tico?
Respuesta. Puede serlo o no, depende. Creo que es m¨¢s bien un happening o, mejor todav¨ªa, una meditaci¨®n sobre el silencio. Cuando lo hicimos, Peter y yo nos sentamos sobre las v¨ªas del tren y practicamos la meditaci¨®n budista, la meditaci¨®n tibetana Samatha, durante mucho tiempo, hasta que la p¨²lic¨ªa vino y nos oblig¨® a marcharnos. Decir que es un acto po¨¦tico me parecer¨ªa un poco rom¨¢ntico. El plutonio no permite estos romanticismos.
'Definir la poes¨ªa es imposible'
P. ?Cu¨¢l considera usted que es hoy la funci¨®n del poeta?
R. La de ser un hombre privado, sin responsabilidades p¨²blicas de ninguna clase. El poeta tiene que revelar y explorar su propio conocimiento. Desde hace mucho tiempo estoy interesado en mi propia exploraci¨®n personal. En el conocimiento de mi no identidad. Naturalmente, si uno se entiende a s¨ª mismo, entiende el espacio que le rodea y entiende a los otros. Pero si comienza con declaraciones sociales, es ¨²nicamente un manipulador o un demagogo. Todo discurso pol¨ªtico es artificial y, por tanto, no sincero. Ya los antiguos dec¨ªan: ?Con¨®cete a ti mismo.? Luego puede comenzarse a hacer cosas. Empezar con un discurso pol¨ªtico-social conduce a la manipulaci¨®n.
Los marxistas, por ejemplo, dicen primero que el poeta debe ser un propagandista; luego, que tiene que servir a los intereses del pueblo, y terminan afirmando que tiene que obedecer las ¨®rdenes de los no poetas, los pol¨ªticos, lo que pueden conducirles, y no faltan ejemplos, ni en la historia ni en la actualidad, al suicidio u otros tipos de muerte, que no tiene que ser necesariamente f¨ªsica. La poes¨ªa tiende hacia la plenitud del pensamiento. El poeta es un ser que debe mantenerse en estado de vela, despierto, para ver lo que pasa en ¨¦l mismo y alrededor suyo.
Todas las teor¨ªas sobre la responsabilidad del poeta venidas de fuera son tonter¨ªas, es la brida que conduce a los burros. Definir la poes¨ªa es imposible. S¨®lo los no poetas, o los idiotas de la poes¨ªa, pueden hablar de una responsabilidad exterior al individuo. No hay fin. El Zen dice: ?Cuando llegues al final del camino, sigue andando.?
P. En su vida, la pr¨¢ctica de la meditaci¨®n y la de la poes¨ªa est¨¢n ¨ªntimamente unidas. ?Cu¨¢l de las dos abarca la otra?
R. La meditaci¨®n abarca la poes¨ªa, pero la poes¨ªa no comprende necesariamente la meditaci¨®n. Por la meditaci¨®n se llega a un estado en el que el yo es transparente. No se trata de anular el ego, que en realidad no es ni bueno ni malo; es otra cosa, pero no debe ser el se?or. En el centro del ego hay un vac¨ªo. Cuando el ego se solidif ica, se convierte en opaco. Acabar con esta opacidad puede ser, quiz¨¢, la funci¨®n de quien se siente poeta.
P. En las lecturas po¨¦ticas se le ve a usted relajado, contento, da la sensaci¨®n de que disfruta realmente. ?C¨®mo las vive usted?
R. Me gusta tocar el armonio miniatura que es un instrumento de m¨²sica indio para ni?os, cuesta veinticinco d¨®lares y -dice ri¨¦ndose- el billete de ida y vuelta a la India para comprarlo. Me encantan las lecturas p¨²blicas, hacerlas es una delicia para m¨ª. Practicar la poes¨ªa de esta forma me apasiona; adem¨¢s, es mi profesi¨®n. Me gusta cantar y recitar. En las actuaciones puedo expresar mis cosas ¨ªntimas y secretas, cont¨¢rselas al p¨²blico y penetrar as¨ª en el espacio ¨ªntimo y secreto de los otros: secretos de relaci¨®n con un mundo fenomenal, secretos efectivos, secretos sexuales y muchas otras clases. Son situaciones en las que siempre puede surgir lo inesperado.
P. ?Desde hace cu¨¢nto tiempo da clases en el Instituto de Naropa y c¨®mo funciona el mismo?
R. Ense?o desde hace cinco a?os, doy cursos de poes¨ªa cl¨¢sica y contempor¨¢nea y tambi¨¦n de meditaci¨®n. En este centro se practica la meditaci¨®n, pero no compulsiva; es un budismo basado en el tantrismo no ortodoxo, relacionado con Milarepa. Vive bastante precariamente, con muy poco dinero. Casi ninguno de los que trabajamos all¨ª cobramos: a m¨ª me pagan ¨²nicamente los viajes y me prestan una casa para vivir mientras estoy all¨ª. Cuando gano dinero con mis lecturas, doy dinero para ayudar a que se mantenga, como hacen muchos otros.
'No soy un gur¨²'
P. ?Cu¨¢les son sus poetas preferidos?
R. En primer lugar, William Blake. De los vivos, Burroughs y Corso, entre los de mi generaci¨®n. De los j¨®venes m¨¢s o menos influenciados por la beat generation, de los cuales he hecho una pequena antolog¨ªa, David Cope, Andy Clausen, Robert Meyers y, sobre todo, el que m¨¢s me gusta, Antler, autor de un largo poema que considero el mejor de los ¨²ltimos quince a?os, todav¨ªa sin editar. Todos ellos tienen una edad comprendida entre los veinticinco y los treinta a?os.
P. ?Tiene muchos disc¨ªpulos en el campo de la poes¨ªa?
R. Posiblemente habr¨¢ algunos, quiz¨¢ muchos, que se han dejado influenciar por la manera en que yo utilizo el lenguaje y por los ritmos cotidianos que empleo. Pero no soy, un gur¨², es demasiada responsabil¨ªdad; pero, sin embargo, yo s¨ª tengo un gur¨².
Le llaman de nuevo, tiene que actuar. Dentro de pocos minutos, acompa?ado por Orlovsky, interpretar¨¢, una vez m¨¢s, Tiger, Tiger, de W. Blake, su poeta preferido.
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