Don Juan Carlos inici¨® sus conversaciones pol¨ªticas con el rey de Marruecos
ENVIADO ESPECIAL, Aunque se sospecha que poco, o casi nada, verdaderamente importante o nuevo va a resultar de las actuales conversaciones hispanomarroqu¨ªes, la visita de los Reyes a Marruecos servir¨¢ para hacer ver al rey Hassan II que, aunque Espa?a interpreta de manera diferente los acuerdos tripartitos de Madrid, su posici¨®n con respecto al Magreb no ha sufrido ning¨²n viraje radical
Las delegaciones espa?ola y marroqu¨ª que presiden sus respectivos ministros de Asuntos Exteriores, Marcelino Oreja y Mohamed Bucetta, discutieron ayer un cierto numero de proyectos de cooperaci¨®n que ya hab¨ªan sido casi terminados en discusiones anteriores, mientras los reyes Juan Carlos y Hassan II tuvieron un encuentro de poco m¨¢s de quince minutos, el ¨²nico tiempo que han dedicado hasta ahora a hablar verdaderamente a solas.Aunque no es seguro que Marruecos, que exige de Espa?a unas relaciones privilegiadas, se haya convencido de que la pol¨ªtica de equilibrio y equidistancia que preconiza Espa?a en el Magreb no va dirigida contra Rabat, el clima cordial en que transcurre la est¨¢ncia de los Reyes permite suponer que, al menos en el terreno de las relaciones humanas, y al m¨¢s alto nivel, se ha salvado un viaje que parec¨ªa extremadamente dif¨ªcil.
Es obvio, sin embargo, que la cordialidad ha sido en gran medida posible porque los temas pol¨ªticos que enfrentan actualmente a Espa?a y Marruecos, principalmente el Sahara, pero tambi¨¦n la pesca -en cierta medida tambi¨¦n pol¨ªtico- y sin descuidar Ceuta y Melilla, siempre subyacentes, han sido soslayados.
Los discursos que pronunciaron don Juan Carlos y Hassan II en la cena de bienvenida que le ofreci¨® este ¨²ltimo al Rey de Espa?a el jueves, y que debieron marcar el tono de las conversaciones posteriores, resultan importantes precisamente por intrascendentes y no abordar ning¨²n tema de peso.
El hecho de que los soberanos de dos pa¨ªses que en la actualidad sostienen un contencioso de consideraci¨®n omitan, la primera vez que se encuentran oficialmente en Marruecos, todo aquello que les separa, pero susceptible de ser discutido, parece darle la raz¨®n a lo que un dirigente marroqu¨ª declaraba recientemente a EL PA?S: ?Un viaje in¨²til?, el de Su¨¢rez a Argel, seg¨²n los marroqu¨ªes, ?puede convertir en in¨²til otro que deber¨ªa ser provechoso.?
Provechoso para el rey Hassan II y Marruecos no ha dejado de ser el viaje de don Juan Carlos. Para un pa¨ªs aislado internacionalmente a causa del Sahara, como lo es Marruecos hoy, la visita de los Reyes de la antigua potencia colonial, a efectos internos, ha servido para confortar a una monarqu¨ªa cercada a causa de una realidad militar y social que se impone sobre el terreno en el Sahara. La alusi¨®n por don Juan Carlos al car¨¢cter democr¨¢tico y constitucional de ambas monarqu¨ªas, seg¨²n expres¨® al director de la agencia de noticias marroqu¨ª antes de su partida para Fez, ampliamente difundida por radio, televisi¨®n y prensa, ha servido para reforzar Internamente la imagen de un entendimiento entre los dos vecinos del estrecho de Gibraltar.
Al margen de las alusiones hechas en sus discursos, tanto de Juan Carlos como de Hassan II, al socorrido t¨®pico de que la proximidad geogr¨¢fica ?condena a Espa?a y Marruecos a entenderse?, resulta lamentable -y ello no es culpa de los soberanos, sino de quienes preparan sus discursos - que entre Rabat y Madrid no se encuentre nada mejor ni m¨¢s moderno que la evocaci¨®n de la mezquita de C¨®rdoba, la Giralda o el Generalife, por un lado, o la reivindicaci¨®n de nuestro pasado ¨¢rabe y africano, o las tinieblas en que viv¨ªa Espa?a en la Edad Media y de las cuales vino a sacarnos, desde el lado magebr¨ª del estrecho, el caudillo Tarik.
La Reina, en la medina de Fez
La reina do?a Sof¨ªa visit¨® ayer la medina t¨ªpica de Fez y los alrededores de la ciudad, as¨ª como un taller de artesan¨ªa marroqu¨ª situado tambi¨¦n en el centro de la ciudad vieja.La Reina, que iba acompa?ada por las se?oras de su s¨¦quito, subi¨® posteriormente al hotel Merinides, donde est¨¢n alojados los periodistas espa?oles, para contemplar desde all¨ª la vista panor¨¢mica de la ciudad.
Por la tarde, do?a Sof¨ªa y el rey don Juan Carlos via aron a Rabat, en donde Sus Majestades hicieron una ofrenda floral ante la tumba de Mohamed V y, posteriormente, recibieron en los jardines de la residencia del embajador de Espa?a a la colonia espa?ola en Marruecos.
Protocolo de pesca
Espa?a y Marruecos firmar¨¢n un protocolo para la adaptaci¨®n del acuerdo pesquero, a la espera de su ratificaci¨®n por el Parlamento marroqu¨ª, que abordar¨¢ este tema de manera prioritaria, seg¨²n declar¨® ayer en Rabat el ministro de Asuntos Exteriores, Marcelino Oreja, en el curso de una conferencia de prensa con periodistas espa?oles. El ministro neg¨® que durante las conversaciones se hubiera hablado sobre Ceuta y Melilla y, en un alarde de humor, dijo que ?tampoco de Guadalajara?.Explosi¨®n en Melilla
Un artefacto hizo explosi¨®n en el centro de Melilla a las ocho y media de la tarde de ayer. Seg¨²n algunos testigos, la explosi¨®n se produjo antes de que llegara la polic¨ªa, que fue alertada por un guarda del parque, seg¨²n inform¨® desde Melilla nuestro corresponsal Francisco Rold¨¢n.
La explosi¨®n no caus¨® ning¨²n tipo de da?os personales, aunque s¨ª destruy¨® la cabina telef¨®nica sita en el centro del parque melillense de Hern¨¢ndez.
Por su parte, la polic¨ªa hizo una declaraci¨®n a las nueve y media de la noche diciendo que no se trataba de una bomba, sino de un paquete de cables, al parecer olvidado por trabajadores de la Telef¨®nica, que estuvieron arreglando la cabina, seg¨²n se supo despu¨¦s. La polic¨ªa, alertada por el guarda del parque, decidi¨® hacer explotar el paquete como medida preventiva, aseguran las fuentes oficiales en su versi¨®n sobre los hechos.
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