Homenaje a Rodrigo, Sainz de la Maza, Segovia, Moreno Torroba y Halffter en el Club 24
Cinco grandes de la m¨²sica espa?ola fueron homenajeados ayer en el Club 24. Dina Cosson les hizo socios de honor de su club en una fiesta de gala y les entreg¨® un m¨²ltiple de Santiago de Santiago: Joaqu¨ªn Rodrigo, Regino Sainz de la Maza, Andr¨¦s Segovia, Ernesto Halffter y Federico Moreno Torroba, juntos en una mesa, de smoking, dieron lugar antes que otra cosa a una foto que es buena parte de la historia de la m¨²sica espa?ola de estos tiempos.
El maestro Rodrigo ?es m¨¢s conocido en el extranjero que aqu¨ª?, seg¨²n un matrimonio vien¨¦s que ha venido a hacerle el homenaje Llega apenas fr¨¢gil, tras las gafas negras, y anda tan seguro que si no se supiera que es ciego apenas se podr¨ªa suponer. Le acompa?a Victoria Kamhi, de quien Dina Cosson dice que es ?su compa?era y musa?. Joaqu¨ªn Rodrigo aparece un poco como todos ellos, algo desconcertado. El autor del Concierto de Aranjuez, por citar esa m¨²sica que casi identifica la modernidad de este pa¨ªs, reconoce que tuvo maestros, como Paul Dukas que Par¨ªs era una fiesta de sonidos con Ravel, con Vicent d'lndi, con Florent Sclimitt, con Albert Roussel, con Poulenc. Que la ceguera ha sido una tragedia, desde que ocurriera, a los tres a?os, y que hay veces que compone por inspiraci¨®n. Y hoy guarda un silencio un poco perplejo.Regino Sainz de la Maza, un puro nervio al que esta noche falta la guitarra, es, en cambio, m¨¢s hablador: ?Lo que yo te diga?, dice, ?no lo puedes poner en el peri¨®dico.? ?La vida es una cabronada: estos momentos tan gratos, y luego, otros, malditos.? De todos ha tenido Sainz de la Maza: problemas con su guitarra, porque a ellos les costaba creer en ella como medio de concierto, porque hab¨ªa que vivir y hab¨ªa que triunfar. Alguna vez ha dicho, con ese escepticismo del Norte, que no cree en los homenajes, como que no se f¨ªa. Y tambi¨¦n: ?Yo pienso que el verdadero arte ha sido siempre de minor¨ªas. No nos enga?emos. El captar la belleza, lo mismo en un cuadro que en un poema, que en una pieza musical, requiere un esfuerzo.? .
Ernesto Halffter tiene un raro empaque: un compositor brillante desde la preguerra, que en medio de todos estos tules y lam¨¦s, de todas estas frivolidades de la noche, mantiene, una actitud como distante, como semiausente. Se ha confesado disc¨ªpulo de Falla, y aunque ¨¦l no lo diga, la cr¨ªtica considera que su labor de terminaci¨®n de La Atl¨¢ntida hace que esa formidable pieza ¨¦pica le pertenezca m¨¢s, si cabe, que al maestro. Es, sin duda, uno de los grandes. Y de los cinco que est¨¢n hoy aqu¨ª, ¨¦l marca las distancias, se pone una burbuja brit¨¢nica, y se aleja.
Todo lo contrario es Moreno Torroba, simp¨¢tico, campechano el portavoz de los cinco en el corto discurso de agradecimiento, lleno de iron¨ªa norteamericana, como corresponde a esta provincia del imperio. El autor de Luisa Fernanda, que ha venido acompa?ado de su mujer y que ha encontrado muchos buenos amigos en este club, le dijo llanamente al ?ministro de la Academia y de la Sociedad de Autores? -entidades todas que preside ¨¦l, mismo- que ?me cae bien el ministro? y que ?a ver qu¨¦ pasa con esas ayudas?. Naturalmente, risas y aplausos.
Y Andr¨¦s Segovia, la magia de la guitarra, el duende. Sonriente, amable, habla a EL PAIS de su hijo, de nueve a?os reci¨¦n cumplidos: ?Estar¨¢, espero, durmiendo. Mejor: so?ando, porque dormir es un acto puramente f¨ªsico y el sue?o es pr¨¢ctica de la imaginaci¨®n.? Si la guitarra es un poco el denominador com¨²n de esta noche musical, Andr¨¦s Segovia es un defensor apasionado de ese arte. ?Todav¨ªa tiene detractores?, ha dicho Andr¨¦s Segovia. ?Aunque parezca mentira y pese a las batallas que ya ha ganado en los m¨¢s austeros niveles art¨ªsticos. Y he de confesar que m¨¢s por parte de pianistas que por la de instrumentistas de arco. Pero las flechas de estos enemigos est¨¢n disparadas por arcos poco tensos, que no han alcanzado ni alcanzar¨¢n a herirla de muerte nunca.?
Para homenajearles en este club, que su anfitriona, Dina Cosson, quiere ?casa de cultura, lugar de encuentro, que a veces ser¨¢ en torno a la m¨²sica, como hoy, y otras en torno a la escritura o a las artes pl¨¢sticas?, han venido personalidades del mundo pol¨ªtico y cultural, que tienen cierto aire de ¨¦lite burguesa: est¨¢ Juan de Avalos, el escultor, y Aquilino Morcillo, el presidente de la Editorial Cat¨®lica. Est¨¢ el embajador de Estados Unidos en Madrid, y est¨¢ Luis S¨¢nchez Agesta, y hay gente de m¨²sica y de prensa.
Babelia
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