Hundertwasser
De la Habana ha llegado un barco cargado de... Hundertwasser. Acontecimiento singular, porque Hundertwasser es, para quien no lo sepa todav¨ªa, una especie de Vasarely cubierto de moho, pero con un sentido equivalente del marketing.
Desde 1960, este pintor austriaco ha venido inundando el mercado art¨ªstico internacional de sus im¨¢genes, en todos los formatos, t¨¦cnicas y g¨¦neros imaginables, y ha creado en torno suyo una leyenda de ap¨®stol viajero de lo que podr¨ªamos denominar surrealismo peque?o -burgu¨¦s, m¨¢s ?moderno? que el de su amigo y compatriota Fuchs, aunque tambi¨¦n m¨¢s vaporoso.
La buena nueva de Hundertwasser se encuentra ya, a nuestro entender, perfectamente expresada en su Manifiesto del moho contra el racionalismo en arquitectura, de 1958, donde tras calcular el n¨²mero de l¨ªneas rectas contenidas en un paquete de cuchillas de afeitar -unas 3.000-, concluye con cierto humor: ?A¨²n no hace mucho la posesi¨®n de l¨ªneas rectas era un privilegio de los reyes, los terratenientes y los listos. Hoy, cualquier chiflado tiene millones de l¨ªneas rectas en el bolsillo del pantal¨®n.? En pleno ?revival? del racionalismo de entreguerras, con Max Bill fundando en Ulm una nueva Bauhaus, esa apolog¨ªa del moho resultaba muy estimulante, y anunciaba, de modo un tanto desordenado y bienpensante, la crisis pr¨®xima de los ideales as¨¦pticos del movimiento moderno en arquitectura, as¨ª como de las tendencias geom¨¦tricas en pintura.
Hundertwasser
Museo Espa?ol de Arte Contempor¨¢neo. Ciudad Universitaria
La que practica Hundertwasser parte de Klee, en cuanto pueda representar la vertiente ?m¨¢gica? de aquel esp¨ªritu racionalista de los 30, y se decanta luego en un estilo propio, dominado quiz¨¢ por su af¨¢n de ilustrar por qu¨¦ ?la inhabitabilidad material de los barrios bajos (slums) es preferible a la inhabitabilidad moral de la arquitectura funcional, utilitaria?: estructuras laber¨ªnticas, conjuntos abigarrados, deformaciones ingenuas y evocaciones ?primitivas?; todo ello, grato -demasiado grato- y sin estridencias, aburrido estereotipo de s¨ª mismo.
Visitando esta exposici¨®n de Hundertwasser, se advierte de inmediato el lastre ideol¨®gico de su pintura, y nos encontramos adem¨¢s con que su ?alternativa? a la arquitectura racionalista consiste ahora en salpicar de musgo una serie de maquetas del peor gusto racionalista, tipo edificio de apartamentos en Torremolinos: moho, pues, en conserva para ejecutivos ecologistas.
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