El compromiso de Tokio

?Dar la impresi¨®n de que los grandes del mundo capitalista, lejos de permanecer pasivos ante las severas decisiones de la OPEP, son capaces de definir en com¨²n una estrategia de respuesta, tal es la tarea que los siete jefes de Estado no pod¨ªan esquivar. ( ... )Pese a los esfuerzos realizados a ¨²ltima hora para dar la apariencia de un acuerdo total a la ?declaraci¨®n de Tokio?, ¨¦sta se resiente de su imperdonable impreparaci¨®n.

( ... ) Para el primer ministro japon¨¦s, Ohira, las decisiones adoptadas en Ginebra colocan al mundo ante una situaci¨®n de crisis tan grave como la de 1973. El canciller Schmidt participa de esta opini¨®n. Giscard d'Estaing admite que en el a?o 1980, el pen¨²ltimo de su mandato, ser¨¢, contrariamente a lo que ¨¦l cre¨ªa muy dif¨ªcil, marcado, sin duda, por una nueva explosi¨®n de inflaci¨®n y sobre todo de paro. ( ... ) En ese clima las negociaciones de Tokio se han dedicado casi exclusivamente a la fijaci¨®n de objetivos a medio o a largo plazo de importaciones de ?oro negro?. Los cuatro europeos aceptaron que la cifra global retenida en Estrasburgo por la Comunidad -470 millones de toneladas, suma igual al volumen de las compras de los nueve en 1978- sea descompuesta por pa¨ªses, lo que tendr¨¢ que resolver la CEE. A cambio, obtuvieron que los americanos, japoneses y canadienses, fijasen tambi¨¦n un objetivo cifrado para el horizonte 1985.

Otro resultado, tal vez el m¨¢s importante de la reuni¨®n en la cumbre de Tokio, es el est¨ªmulo dado a los programas nucleares. ( ... )?

, 30 junio