El grito del deseo
Marguerite Duras hace pel¨ªculas para estar ocupada. Sencillamente. Porque, ?si tuviera la fuerza para no hacer nada, no har¨ªa nada. Como no poseo la fuerza para no ocuparme de nada, hago pel¨ªculas. Esa es la cosa m¨¢s aut¨¦ntica que puedo decir a prop¨®sito de mi tentativa cinematogr¨¢fica ?. La m¨¢s aut¨¦ntica, pero no la ¨²nica.La historia de India Song es una historia de amor, inmovilizada en ese instante extremo en que todo sentido se ti?e de pasi¨®n. Envolviendo a esa historia, hay otra historia, la del horror: hambre y lepra, mezcladas con la humedad pest¨ªfera del monz¨®n; e inmovilizada, asimismo, en el gran paroxismo de lo cotidiano. Aqu¨ª, todas las referencias a la geograf¨ªa f¨ªsica, humana y pol¨ªtica son totalmente falsas. Los nombres geogr¨¢ficos poseen s¨®lo sentido musical. Sobre ellos suena una rumba inolvidable. Es la noche del baile; el baile de S. Thala... Un lugar del recuerdo o del olvido. Mil lugares erotizados. Y la autonom¨ªa inquietante de las voces.
?De qui¨¦n es esa voz plural? ?Son dos voces, dos personas que no pueden ser identificadas por el espectador ni por m¨ª; son como dos lectores salvajes, en el sentido pol¨ªtico del t¨¦rmino, que se acuerdan de algo, de algo que han olvidado. La historia de India Song yo la reconstru¨ª a partir del olvido de esa historia. Son voces intemporales, hablan en pasado, pues, desde que comienza la pel¨ªcula, la muerte de Anne-Marie Stretter es anunciada... La historia es contada al rev¨¦s. Todo ese primer per¨ªodo cubre la vida casi inexistente de Anne-Marie Stretter en Calcuta. Y, en la segunda parte, por el contrario, las voces de la recepci¨®n son conjugadas en presente. Y cubren un momento de la vida de esa mujer. Ya no son independientes, son voces intr¨ªnsecas ligadas a la historia. Y las voces de la tercera parte son la m¨ªa y la del hombre con quien viv¨ª; es una recuperaci¨®n de la historia. Un especialista de la narraci¨®n novelesca, de haberle yo anunciado c¨®mo har¨ªa India Song, me hubiese dicho: "Usted va en busca del fracaso total." Porque, claro, no puede ser contada al rev¨¦s una historia. En toda narraci¨®n, siempre hay un western que acecha, un cierto suspense que aqu¨ª yo rompo desde la primera imagen. Y ese desequilibrio de la narraci¨®n pienso que es la ra¨ªz del ¨¦xito de India Song.?
Uno evoca el momento del grito insostenible. Y ella sigue: ?Para m¨ª, es el grito del deseo. S¨¦ que roza lo insoportable. Pero es un grito orgasm¨¢tico. Si hay algo en la pel¨ªcula que corresponda a una historia del deseo, es ese grito. Hay personas que desean abandonar la sala en ese instante. Se me ha dicho, adem¨¢s, que la pel¨ªcula finalizaba con ese grito. Y que luego se trataba de otra pel¨ªcula.? Tal vez. De todas formas, la rumba llega: ?Casi con vulgaridad, cumpliendo una funci¨®n igualitaria que es la funci¨®n de la m¨²sica en India Song. De ah¨ª que esa m¨²sica llegue fat¨ªdicamente para superponerse sobre cualquier acontecimiento. Cuando encontr¨¦ esa m¨²sica, me sent¨ª muy dichosa.?
M¨²sica bailable. Y otro lenguaje. Con palabras ins¨®litas y en modo alguno intercambiables: ?Cuando utilic¨¦ la palabra inteligencia en India Song hubo gente que me par¨® en la calle para decirme: "Es imperdonable que haya utilizado esa palabra.Eso me dio un poco de v¨¦rtigo; una se pregunta en manos de qui¨¦n est¨¢ el cine. Da un poco de miedo, s¨ª. Es como si existiese una barrera creada por el gremio para evitar la intrusi¨®n del lenguaje en el cine. Una segregaci¨®n, un racismo contra la inteligencia; como si la inteligencia fuese lo vergonzoso del hombre.?
Pero ?qu¨¦ es India Song? Sin duda, una tragedia.
Babelia
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