Prevenci¨®n de incendios en Espa?a
El desarrollo actual de la tecnolog¨ªa de la construcci¨®n, el conocimiento de las propiedades de los materiales y los m¨¦todos de lucha contra el fuego, una vez aparecido ¨¦ste, permiten evitar la proliferaci¨®n de siniestros, t¨ªpica de otras ¨¦pocas de la historia de la construcci¨®n. ?Est¨¢ Espa?a realmente preparada contra los incendios?Cuando una viga de hierro alcanza los quinientos grados cent¨ªgrados de temperatura, su resistencia mec¨¢nica se reduce a la mitad. Baste este ejemplo para hacer ver que la creaci¨®n de eso que, en lenguaje vulgar, llamamos fuego es, en realidad, la aparici¨®n de una complej¨ªsima red de circunstancias que modifican por completo el comportamiento cotidiano de los materiales que nos rodean. La prevenci¨®n contra incendios pretende, pues, evitar que se den esas circunstancias; por ejemplo, evitar que el hierro de un edificio alcance los quinientos grados cent¨ªgrados. Sin embargo, las cosas van muy deprisa cuando hay fuego. Seg¨²n Jer¨®nimo Elices y Mariano D¨ªaz Torres, especialistas en la materia, ?para veinticinco kilogramos por metro cuadrado de madera de carga de fuego, los seiscientos grados cent¨ªgrados se alcanzan a los ocho minutos de comenzado el siniestro?.
Luchar contra el fuego es, primero, prevenir. Y el proyecto previo de prevenci¨®n debe ser el de la construcci¨®n: planificar los edificios de cara a la resistencia al fuego. Otro ejemplo: seg¨²n indicaciones del Ministerio de la Vivienda (1972 y 1974), mientras una estructura de acero requiere para resistir el asalto del fuego durante sesenta minutos un espesor de tres cent¨ªmetros; de cuatro, para resistirlo durante 120 minutos; y de cinco, para sostenerse cuatro horas, un soporte o viga de hormig¨®n resiste el mencionado asalto durante los citados per¨ªodos de tiempo de sesenta, 120 y 240 minutos con s¨®lo espesores de 1,5, 2,5 y 3,5 cent¨ªmetros, respectivamente. Este ejemplo revela, s¨®lo a nivel elemental, el papel de la creaci¨®n de estructuras y elecci¨®n de los materiales en la primera medida contra los incendios: la construcci¨®n.
Adecuada compartimentaci¨®n
Est¨¢ comprobado el papel altamente limitador del efecto del fuego que supone la compartimentaci¨®n. Seg¨²n los especialistas anteriormente mencionados, numerosas industrias han llegado a arder totalmente por no disponer de barreras contra el fuego. ?Grandes naves di¨¢fanas, impuestas por las cadenas de montaje de un n¨²mero creciente de industrias, son monstruos inermes ante la propagaci¨®n de un incendio, haciendo muchas veces infructuosos los intentos del personal y del Cuerpo de Bomberos por dominar y controlar el fuego.? Toda esta problem¨¢tica de la sectorizaci¨®n de los edificios est¨¢ bastante bien resuelta en numerosos pa¨ªses de Europa. Londres vuelve a ser el ejemplo inevitable. En Madrid, un edificio de recient¨ªsima creaci¨®n, que emplea incluso energ¨ªa solar en sus instalaciones, ha creado un sistema antiincendios tan escalofriante que se lleg¨® a afirmar que los sectores afectados quedaban de tal manera electr¨®nicamente aislados que resultaba absolutamente imposible entrar en ellos. En este inhumano extremo, el n¨²mero de v¨ªctimas, aunque certero, estaba absolutamente limitado en su propagaci¨®n. La entidad constructora creadora de tal automatismo electr¨®nico, neg¨® p¨²blicamente que el aislamiento fuera tan radical, ya que exist¨ªan medios tambi¨¦n electr¨®nicos de liberar a los encerrados. Sin embargo, para edificios de no tan moderna ni espectacular construcci¨®n, el reto planteado por la tecnolog¨ªa actual es el de llevar a cabo modificaciones en su construcci¨®n que permitan evitar grandes desastres.
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