La ponencia inicia ma?ana el estudio del Estatuto catal¨¢n

El inicio, ma?ana mi¨¦rcoles, de la discusi¨®n del proyecto de estatuto de Autonom¨ªa de Catalu?a en la ponencia constitucional tiene efecto paralelamente a un acercamiento entre las organizaciones catalanas de UCD y del PSOE, completado por una aproximaci¨®n entre los socialistas y Tarradellas y un gran nerviosismo por parte de Pujol, quien puede resultar el gran perdedor en el proceso en curso.Como dato hist¨®rico del m¨¢ximo alcance -que no dejar¨¢ de jugar en contra del catalanismo pol¨ªtico- vemos, pues, que en Catalu?a contin¨²a avanzando el bipartidismo estatal, hecho claramente opuesto a lo acaecido en el Pa¨ªs Vasco, donde el protagonismo estatutario corresponde a un partido vasco de base social muy coincidente con la propia del partido de Pujol.

En cuanto al contenido del Estatuto catal¨¢n, el gran tema, visto desde el principado, es la lengua y la cultura. En consecuencia, las dificultades deber¨ªan ser a¨²n menores que en el caso vasco. Pero, a corto plazo, la gran cuesti¨®n la constituye el sistema electoral por el cual se elegir¨¢ el primer Parlamento aut¨®nomo y, a continuaci¨®n, y por este ¨²ltimo, al presidente de la Generalidad plena. La derecha, con Tarradellas al frente, defiende la base territorial (la circunscripci¨®n comarcal), con lo cual quedarla primado el voto agrario, es decir, conservador.

Pero la posible jugada en ciernes de Tarradellas, que es temida por altos dirigentes del partido de Pujol -que informaron a EL PAIS-, es la presentaci¨®n de Tarradellas a las elecciones al Parlamento catal¨¢n encabezando tanto la lista de UCD como la del PSC-PSOE. Fuentes comunistas tambi¨¦n se refirieron con temor a esta posibilidad, que ser¨ªa justificada por el deseo de continuar el actual gobierno ?de unidad catalana? de la Generalidad. Los propios comunistas catalanes, por boca de una intervenci¨®n de su secretario general en la reuni¨®n de su comit¨¦ central celebrada el pasado fin de semana, manifestaron textualmente que, sobre la base de la aprobaci¨®n ¨ªntegra del Estatuto, ?estar¨ªamos dispuestos a considerar la composici¨®n del Gobierno de Catalu?a en la primera legislatura, en base a un gobierno de unidad?. Por su parte, los socialistas niegan un acercamiento a la UCD catalana.

Con esas consideraciones marcadamente partidistas y a corto plazo, lo dif¨ªcil de presumir es que los parlamentarios catalanes puedan ser muy exigentes en la negociaci¨®n estatutaria. Por el contrario, todo indica que el Gobierno central, siempre ayudado por Tarradell¨¢s, deber¨¢ superar s¨®lo cuestiones de detalle, mientras maniobra de manera que el futuro Estatuto permita a la UCD catalana continuar estando en la Generalidad.

Respecto a las posibilidades de movilizaci¨®n popular, lanzadas a los cuatro vientos por el partido de Pujol, nada indica que la m¨¢s m¨ªnima gota de sangre vaya a llegar al r¨ªo, por lo menos en el futuro inmediato. En efecto, se comprende mal que pueda haber movilizaci¨®n cuando todo el proceso estatutario ha sido cuidadosamente cocido y comido en secreto y con valoraciones p¨²blicas que eran antag¨®nicas de las que los propios pol¨ªticos efectuaban en privado. Basta recordar que s¨®lo el senador Josep Benet fue capaz de afirmar p¨²blicamente que fue por obra y gracia de Tarradellas que el Estatuto catal¨¢n ser¨¢ discutido y promulgado despu¨¦s del vasco, cuando los trabajos de los parlamentarios catalanes se iniciaron y concluyeron antes que los llevados a cabo por los vascos.