La nueva derecha
La nueva derecha son muchas derechas, claro. Normal. Un mogoll¨®n.A la muerte de Franco cre¨ªamos que iba a pulular la izquierda. De eso nada/monada, que es que no os fij¨¢is. Lo que Franco dejaba vacante era la derecha, mucho espacio vac¨ªo a la derecha. Lo l¨®gico es que vinieran a ocuparlo. Con Franco, los estudiantes, los intelectuales, la intelligentsia y los enteradillos eran los boy-scouts de Mao. A la hora del mao¨ªsmo, se quedaron en casa con anginas. T¨² dir¨¢s.
O sea la nueva derecha, a lo que iba. Hay, para que te vayas aclarando, una nueva derecha patri¨®tica y una nueva derecha ap¨¢trida, o sea como . siempre, mayormente. El patriotismo, que arranca de los duros amadeos de don Amadeo de Saboya y llega hasta Gim¨¦nez-Caballero, que est¨¢ entre Marinetti sin talento y jefe provincial del Movimiento, m¨¢s o menos.
De la derecha ap¨¢trida, qu¨¦ decir. Eso es ya m¨¢s enrolle. Se salvan, claro, por elevaci¨®n. Ser de derechas en varios idiomas es casi ser de izquierda: internacional. Un farde, un mole. Jonases calentitos dentro de la ballena blanca de Melville, anotando un poema de John Donne por si quisieran darlo en Barcelona, maragallianamente traducido.
No veas la derecha ap¨¢trida, que viene del duque de Rivas, de Alarc¨®n, de Zorrilla, todos los que quer¨ªan ser ingleses mejor¨¢ndole a Byron la cojera. Hasta de Jovellanos se reclaman, esa basca. Un Montesquieu c¨¢ntabroastur, como el oso, y como el oso a extinguir, de puro muermo.
Luego est¨¢ la derecha colgada, que se flipa (nada que ver con el pasotismo miserabilista), la derecha que pasa de rojazos:
-Los rojos, qu¨¦ horterada.
La derecha colgada es derecha ibicenca, cuando puede, dada a circuitos, pantalones de pinza (ellos/ellas) y Jaramas:
-Unos talegos que le he sacado al f¨®sil.
O bien viene la derecha del tocata, los que les da por Mahler, que es lo fino. Esos van en plan moderno, se lo montan Visconti, tipo Venecia, porque la m¨²sica no compromete a nada, es arte por encima de la Historia y de la inmobiliaria de pap¨¢, te acompa?a en el buga, la cassette, y puedes poner jazz, que liga mucho, a las jais les truca, est¨¢n piradas, o aquello de los Beatles, cuando los guateques, yellow submarine, j¨®, te acuerdas, pues no sabemos nada, pues no ha vivido uno, para que vengan ahora Su¨¢rez y Carrillo, no te digo lo que hay.
La derecha, las mil derechas de la derecha, el mogoll¨®n, la cosa, se pelean unos con otros, a ver qui¨¦n es m¨¢s derecha, tipo culto, o derecha de siempre, nacional, lo que hay que ser, muchacho, con un par, patriota de la finca de la abuela.
O antipatriota, espa?ol antipatriota, cult¨ªsimo antipatriota de derechas, si es que esto es una mierda, nosotros a lo nuestro, d¨¦jales que se maten, son bajitos. Pero ellos son bajitos, asimismo, y se enredan unos contra otros, se pelean, sacan sus revistables, recortables, o sus libros quej¨®, minoritarios, no se tienen de pie sobre la mesa, se intercambian sortijitas de plomo, dijes, porcelanas de az¨²car o cajuelas de hach¨ªs que hacen la ronda. .
Ah¨ª est¨¢n, finalmente, los templarios. Ha dicho el p¨¢rroco de Llerena que la huesa pudieran ser templarios o sus v¨ªctimas. Temple nazi de los templarios de ahora mismo, un fantasma recorre Europa imponiendo como misterio lo que ya caduc¨® como costumbre. Los templarios reunir¨¢n a los otros en la leva (siempre el intelectual se da los santos ¨®leos a s¨ª mismo). Qu¨¦ hervidero de derechas en la derecha. Franco dej¨® vacantes mil maneras de derechismo, que ¨¦l asum¨ªa y abol¨ªa todas en s¨ª. ?Y qui¨¦n rayos queda ya de izquierdas, en Espa?a? Los currantes y Sartorius, como siempre.
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