Antonio Pedrol: "La abogac¨ªa lamenta no haber colaborado en el desarrollo constitucional"
La abogac¨ªa espa?ola ha venido ofreciendo reiteradamente en los ¨²ltimos tiempos su colaboraci¨®n al Parlamento y al Gobierno, desde los campos de la t¨¦cnica y de la experiencia profesional, en los trabajos de desarrollo legal de la Constituci¨®n. El ofrecimiento, sin embargo, no ha encontrado eco hasta ahora, aun cuando ya han sido remitidos al Parlamento proyectos de ley tales como los relativos al Tribunal Constitucional y al Consejo General del Poder Judicial, de los que deber¨¢n formar parte, entre otros, eminentes abogados y juristas, seg¨²n el mandato constitucional. La asamblea de decanos de colegios de abogados de toda Espa?a ya expres¨®, en su reuni¨®n del pasado mes de junio, su sorpresa ante el rechazo de la colaboraci¨®n ofrecida. Antonio Pedrol, presidente del Consejo General de la Abogac¨ªa y decano del Colegio de Abogados de Madrid, expone sus criterios sobre este asunto y las gestiones realizadas.
Pregunta. La abogac¨ªa, como instituci¨®n, ?est¨¢ participando de alguna forma en el desarrollo legal de la Constituci¨®n?Respuesta. Con motivo de la asamblea de decanos, celebrada en el mes de junio, hicimos p¨²blico nuestro ofrecimiento de colaboraci¨®n corporativa a los trabajos de desarrollo constitucional, dejando muy claro, por anticipado, que ni pretendemos invadir campos propios del poder legislativo ni suministrar conocimientos cient¨ªficos de los que se encuentran perfectamente dotados los muchos compa?eros que en la Administraci¨®n del Estado y en los ¨®rganos parlamentarios se ocupan de tales cuestiones.
Pero es evidente que el abogado que lucha en el frente de la realizaci¨®n de la justicia recoge una experiencia diaria que no se aprende en los libros, y que ser¨ªa extremadamente ¨²til para detectar problemas y encauzar inquietudes populares. Aprovecho esta ocasi¨®n para reiterar nuestro ofrecimiento, totalmente desinteresado, y anuncio que despu¨¦s de vacaciones proyectamos organizar en los colegios de abogados coloquios en los que se comenten algunos aspectos de inter¨¦s p¨²blico. Empezaremos con el tema del divorcio, que ya tratamos por primera vez p¨²blicamente, en el Centro de Estudios Jur¨ªdicos, a primeros de los a?os setenta, cuando estas cuestiones eran todav¨ªa tab¨².
P. ?C¨®mo podr¨ªa concretarse, y a trav¨¦s de qu¨¦ mecanismos, esa aportaci¨®n de la abogac¨ªa al desarrollo constitucional?
R. Legalmente, el Gobierno no est¨¢ obligado a pedir nuestra opini¨®n mas que en aquellos temas relacionados con la organizaci¨®n profesional. Pero lo que ocurre con los abogados es que todo lo que se relaciona con la justicia, si no les afecta en sentido estricto, s¨ª constituye, en cambio, un mundo que condiciona de alguna manera la actividad del abogado. En una interpretaci¨®n, por tanto, amplia, habr¨ªa motivos para que, de acuerdo con la ley de Colegios Profesionales, esos proyectos de ley relativos a la organizaci¨®n de la Administraci¨®n de Justicia y del Poder Judicial nos fuesen enviados para su informe en el Consejo General de la Abogac¨ªa.
Misi¨®n informativa
P. ?Cree que el Consejo General de la Abogac¨ªa deber¨ªa ser consultado por el Congreso y el Senado sobre los nombres de los candidatos abogados y juristas en el momento de confeccionar las listas de los componentes del Tribunal Constitucional y del Consejo del Poder Judicial?R. Cuando yo era senador y se plante¨® en el debate constitucional el tema del Consejo General del Poder Judicial, suger¨ª. en unas gestiones de pasillo, la posibilidad de que se le pidiesen al Consejo General de la Abogac¨ªa nombres de abogados prestigiosos e independientes para que los tuvieran a la lista los parlamentarios a la hora de elegirlos, sin que, en ning¨²n momento, esas listas nuestras pudieran ser vinculantes, ya que se trata de una facultad que corresponde exclusivamente al poder legislativo.
Pensaba que pod¨ªamos nosotros tener una actividad informativa, y que para los parlamentarios pod¨ªa ser ¨²til que quienes conocemos la ida y milagros de nuestros compa?eros, su competencia e independencia, les facilit¨¢semos esa labor.
La respuesta que se me dio en entonces fue que lo que yo propon¨ªa era una sugerencia m¨¢s propia para ser tratada en la futura ley que en el texto constitucional, argumento perfectamente comprensible. Pero cuando se han remitido al Parlamento los proyectos de ley del Tribunal Constitucional y del Consejo del Poder Judicial, nada de esto se ha hecho, por lo que me temo que el Consejo General de la Abogac¨ªa no tendr¨¢, no digo ya intervenci¨®n oficial, sino ni siquiera contactos a nivel consultivo.
P. De su respuesta parece deducirse la existencia en la abogac¨ªa, y en sus ¨®rganos de gobierno, de gran malestar por esta marginaci¨®n.
R. Bueno, es verdad que existe cierta decepci¨®n, porque nosotros vamos ofreciendo colaborar, pero esa mano que tendemos no encuentra respuesta. Sobre todo nos preocupa porque cuando se discuti¨®, por ejemplo, el reglamento del Senado hice una propuesta para que, igual que ocurre en el Senado norteamericano, cuando se fuera a discutir un proyecto de ley se abriese un per¨ªodo de informaci¨®n p¨²blica durante el cual el sector o grupo social interesado pudiese solicitar ser o¨ªdo por la comisi¨®n correspondiente. Esta es una pr¨¢ctica muy frecuente, y en Washington hay un sector de abogados cuya especialidad consiste en comparecer ante las comisiones del Senado para suministrar esos elementos de juicio.
Mi propuesta fue desechada por razones contradictorias, pero coincidentes. UCD tuvo miedo de las comisiones de vecinos, y el PSOE, de las asociaciones patronales, y entonces se pusieron de acuerdo para decir no.
P.Su presencia, junto con otras personalidades espa?olas, en la Trilateral, ha causado extra?eza. ?Puede explicar por qu¨¦ est¨¢ usted dentro de una instituci¨®n tan criticada y cuyos fines son, por lo menos, ambiguos?
R. He le¨ªdo estos meses muchos juicios de valor sobre la Trilateral , pero los reflectores de los examinadores se han parado poco sobre la preocupaci¨®n que aqu¨¦lla ha mostrado por los derechos humanos, preocupaci¨®n que posiblemente influenci¨® algunas declaraciones program¨¢ticas del presidente Carter al comienzo de su mandato. Porque la Trilateral hab¨ªa estado ocup¨¢ndose de los derechos humanos. ?No cree usted que en momentos dif¨ªciles y aun tr¨¢gicos para mis compa?eros de Latinoam¨¦rica, puede ser muy importante para ellos que desde dentro de la Trilateral yo recuerde la necesidad de respetar sus derechos a defender libremente?
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