La econom¨ªa de Euskadi depende del monocultivo sider¨²rgico
La crisis industrial vasca tiene en su origen cinco coordenadas. Dos afectan de modo gen¨¦rico al empresariado espa?ol: revaluaci¨®n de la peseta en el marco de un 20% o con respecto al d¨®lar en los ¨²ltimos meses, y costes financieros que sit¨²an el coste del dinero por encima del 16%. Otras dos l¨ªneas maestras son aut¨®ctonas, cifradas en una situaci¨®n sociopol¨ªtica y laboral dif¨ªcil y en un clima de violencia que ha magnificado las anteriores circunstancias y por encima de todas se mueve la crisis econ¨®mica mundial que, desde 1974, convierte en recesivas todas las econom¨ªas y la ¨²ltima y actual crisis energ¨¦tica cuyos costes a¨²n no se han valorado.La industria del Pa¨ªs Vasco se desarroll¨® durante a?os en base a un proteccionismo oficial que garantiz¨® la colocaci¨®n de sus productos en el mercado interior. La crisis mundial de 1974 lleg¨® con retraso a Euskadi. A finales de aquel a?o su industriase encontraba en plena euforia productiva y comercial. El primer semestre del a?o siguiente fue bueno, en l¨ªneas generales, para la econom¨ªa vasca. A partir de esa fecha se comenz¨® a notar la recesi¨®n a todos los niveles.
A comienzos de 1976 la crisis energ¨¦tica mundial hab¨ªa estrangulado el mercado interior, lo que oblig¨® a la industria vasca a orientarse de forma decidida a una actividad exportadora. La competitividad de los precios, marcada por una situaci¨®n pol¨ªtica de transici¨®n en Espa?a y una devaluaci¨®n de la peseta en los mercados de valores internacionales, favoreci¨® ese desarrollo exterior.
La pol¨ªtica posterior de lucha contra la inflaci¨®n mantenida por la Administraci¨®n espa?ola y el alza de la peseta en los mercados exteriores -doble que en la OCDE- ha recortado las posibilidades exportadoras del Pa¨ªs Vasco, que el pasado a?o factur¨® por ese concepto un total de 160.000 millones de pesetas, y coadyuva a que empresas abocadas a esa actividad -Aceros Olarra colocaba el 75% de su producci¨®n en el exterior- se encuentren en aut¨¦nticas dificultades de disponibilidad financiera.
La industria vasca hace frente tambi¨¦n a una competencia -en especial la siderurgia- de pa¨ªses del Tercer Mundo que disponen de precios m¨¢s competitivos y se hallan en pleno proceso de desarrollo industrial.
El medio empresarial vasco hace en la actualidad una cr¨ªtica dura al Gobierno. Se queja de que el exportador est¨¢ marginado en el proceso de formaci¨®n del tipo de cambio, que se crea a partir de la entrada de capitales y turismo.
Crisis del monocultivo
La situaci¨®n financiera de la industria del Pa¨ªs Vasco corre pareja con la del resto de Espa?a. Las empresas tienen un pasivo ajeno cargado e insuficiencia de fondos propios. Ante la reiterada demanda de los empresarios de que se rebaje el coste del dinero, que en la actualidad gira alrededor del 16%, las instituciones bancarias responden que no es posible mientras se mantenga la actual tasa de inflaci¨®n, pr¨®xima al 18%. Este coste del dinero retrae de forma decisiva la inversi¨®n.El monocultivo sider¨²rgico existente en el Pa¨ªs Vasco y dirigido en tres direcciones: siderurgia, bienes de equipo y construcci¨®n naval, es el que m¨¢s ha sufrido la crisis de 1974. En el sector sider¨²gico, a partir de aquel a?o, en otros pa¨ªses, se estableci¨® un plan de inversi¨®n, ayudas oficiales y un sistema de flexibilizaci¨®n de plantillas que en Espa?a no se llev¨® a cabo. Las tarifas de estos productos, por otra parte subieron con discreci¨®n. Y ello, unido a los ambiciosos programas de industrializaci¨®n de pa¨ªses del Tercer Mundo, como Brasil, Corea y Argelia, que tienen costes menores en los productos exportables, oblig¨® a la industria vasca a retraer su nivel de producci¨®n, que en la actualidad se encuentra al 70% de sus posibilidades, y ello merced a unas cifras impresionantes de exportaciones que en muchos casos se hacen con p¨¦rdidas. En el sector naval. Espa?a, en el a?o 1974, era la tercera potencia mundial en construcci¨®n. Aquello motiv¨® una gran inversi¨®n, que la actual recesi¨®n est¨¢ convirtiendo en negativa, como demuestra la situaci¨®n que atraviesa Astilleros Espa?oles.
En el sector de bienes de equipo, la industria vasca lucha frente a un avanzado desarrollo tecnol¨®gico de muchas ¨¢reas occidentales y frente a una imagen de prestigio que es tanto o m¨¢s importante que los costes favorables en el mercado exterior. Si a esta situaci¨®n se a?ade la pr¨¢cticamente nula inversi¨®n en el sector, la congelaci¨®n del plan energ¨¦tico nacional y del plan sider¨²rgico, se entiende que los pedidos, en la actualidad, se hayan agotado.
Duras condiciones sociopol¨ªticas
Las condiciones sociopol¨ªticas en que se mueve el desarrollo vasco tienen dos vertientes definidas. Una primera de ¨¢mbito reivindicativo de tipo pol¨ªtico -Estatuto de Guernica- y laboral, y la segunda, marcada por el signo de la violencia de grupos armados.Por lo que respecta a la violencia de ciertos grupos radicales, caso de ETA, incide de forma directa en el industrial vasco a trav¨¦s del impuesto revolucionario, y de manera indirecta en las inversiones en la empresa. Este punto, no obstante, no tiene una posible cuantificaci¨®n econ¨®mica y son muchas las voces que en este sentido se levantan. En opini¨®n de Jos¨¦ Luis Ib¨¢?ez, subdirector de la Caja Municipal de Ahorros de Bilbao, es el ?propio empresario quien est¨¢ exagerando los tonos; muchos se amparan en la violencia para no invertir?. Para Luis Angel Lerena, jefe del servicio de estudios econ¨®micos del Banco de Bilbao, ?el terrorismo puede estropear la reconversi¨®n industrial, pero no se puede exagerar su efecto e incidencia en la inversi¨®n ?.
La aspiraci¨®n generalizada en el Pa¨ªs Vasco de un Estatuto de Autonom¨ªa se consideran fundamental dentro del desarrollo econ¨®mico regional. Medios industriales, financieros, sindicales y pol¨ªticos coinciden en que el Estatuto es el punto de arranque de una nueva marcha ascendente ?y puede ser un primer paso, seg¨²n Jaime San Sebasti¨¢n, secretario general de UGT de Euskadi, para la convivencia en el pa¨ªs, aunque es important¨ªsimo que sus defensores no dejen plumas, que no le peguen recortes porque ser¨ªa utilizado por la izquierda abertzale?.
El dato de 1,23 puntos de subida en la Bolsa de Bilbao al d¨ªa siguiente de ser acordado el Estatuto de Guernica por la Comisi¨®n Constitucional y el Grupo parlamentario Vasco es un dato significativo de su importancia. Las dificultades que se prev¨¦n para su puesta en marcha son, sin embargo, muchas, al padecer en la actualidad de ?falta de medios econ¨®micos y humanos?.
En el Pa¨ªs Vasco se perdieron 2.250.000 jornadas de trabajo entre los meses de enero y mayo del presente a?o, dato que da una idea de la conflictividad laboral.
El sindicalismo en Euskadi tiene un gran arraigo. Incorpora en su espectro una alternativa nacionalista ELA-STV, que no se da en el resto de Espa?a, que comporta el protagonismo con UGT y Comisiones Obreras, dispone de una ?caja de resistencia? y defiende para el Pa¨ªs Vasco ?un marco aut¨®nomo de relaciones laborales?.
La conflictividad laboral tan marcada tiene dos razones sindicales. En opini¨®n de Jaime San Sebasti¨¢n, ?no hemos hecho sindicalismo, sino antifranquismo. Y por atavismo es posible que, en ocasiones, exageremos nuestras posturas Pero tenemos los mismos medios que en la ¨¦poca franquista y se nos caen expedientes de crisis por todas las esquinas?. La segunda raz¨®n, en opini¨®n de Jos¨¦ Elorrieta, miembro del comit¨¦ ejecutivo de ELA-STV, es que ?el empresariado vasco a¨²n no ha aceptado el papel del sindicalismo en una sociedad industrial y democr¨¢tica ?.
Organizaciones empresariales y sindicatos est¨¢n de acuerdo en la urgente necesidad de un marco de relaciones laborales en el que se midan las respectivas fuerzas y se ?deje de jugar al ¨®rdago? en las negociaciones.
Los empresarios, por su parte, acusan a las centrales de no ser representativas de la clase trabajadora y hacen hincapi¨¦ en que las relaciones se hacen complicadas por el gran n¨²mero de sindicatos que se sientan en la mesa negociadora.
Lem¨®niz, s¨ª;
Sobre el panorama industrial del Pa¨ªs Vasco se cierne la sombra de la central nuclear de Lem¨®niz, un tema politizado y sobre el que nadie se manifiesta a favor o en contra de su puesta en marcha. Ninguna fuerza pol¨ªtica, social o econ¨®mica, da su definitivo s¨ª o no, aunque s¨ª se hacen aproximaciones sobre el problema. Para Jes¨²s Dorao, abogado y economista, paralizar Lem¨®niz ?supondr¨ªa una reacci¨®n en cadena sin precedentes en la crisis actual y dar¨ªa un golpe de muerte a las Bolsas espa?olas?. En la central de Lem¨®niz la inversi¨®n efectuada asciende a 80.000 millones de pesetas, y la compa?¨ªa propietaria, Iberduero tiene en Vizcaya 60.000 accionistas; en el Pa¨ªs Vasco, 100.000, y 300.000 en toda Espa?a. Para Iberduero, Lem¨®niz representa un tercio de sus activos.Para Jes¨²s Dorao, la opci¨®n nuclear es imprescindible. Sin ella ?no podemos vivir. En Euskadi, la energ¨ªa que tenemos es reducida, y en el resto de Espa?a no hay pr¨¢cticamente gas natural ni fuentes de carb¨®n y los recursos hidra¨²licos est¨¢n agotados. Paralizar las centrales nucleares Implicar¨ªa unos costes de 200.000 millones de pesetas, es decir, el 10% de la formaci¨®n bruta de capital. Para el a?o 1995 tendr¨ªamos que construir tal n¨²mero de centrales t¨¦rmicas convencionales que necesitar¨ªamos importar cincuenta millones de toneladas de carb¨®n, lo que resulta descabellado para nuestra balanza de pagos?.
Lem¨®niz, no
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