El debate del PSOE, a debate
Firmante de la ponencia de antiguos militantes del PSP al Congreso Extraordinario del PSOE
Da la impresi¨®n de que el pa¨ªs no tiene claro el gran debate interno que se est¨¢ produciendo en el PSOE. Simplificando a la manera que se est¨¢ haciendo popularmente del debate, resulta que, para el hombre de la calle, para los militantes o votantes de otros partidos y para una buena parte de los militantes del propio PSOE (me refiero a los poco activos, que no frecuentan sus agrupaciones y no participan activamente en el debate), la cuesti¨®n que se est¨¢ dilucidando en el PSOE es la de un enfrentamiento visceral entre un ala moderada pol¨ªticamente (popularmente identificada a Felipe Gonz¨¢lez) y un sector radical, cr¨ªtico, dogm¨¢tico (sector conservador a fin de cuentas, porque intenta ?conservar? la globalidad de la ideolog¨ªa), que la vox populi identifica con Francisco Bustelo o Pablo Castellano. As¨ª, pues, se simplifica peligrosamente el tema haciendo, referencia m¨¢s a personas que a ideas (Felipe versus Bustelo), y a¨²n en el plano de las ideas se simplifica tambi¨¦n personalizando ¨¦stas (Marx, s¨ª; Marx, no).
Ante esta err¨®nea y confusa situaci¨®n, no viene mal aportar un poco de luz, intentar clarificar unos puntos de referencia para que los espa?oles entiendan qu¨¦ sucede en el PSOE y por qu¨¦ sucede. Para ello es preciso partir de dos hechos que en s¨ª mismos son altamente significativos:
1. La derecha espa?ola, el espa?ol conservador votante de UCD, o posiblemente del PSOE, los liberales, progresistas, etc¨¦tera, se pronuncian abiertamente porque en el PSOE triunfe Felipe Gonz¨¢lez (lo identifican con la socialdemocracia n¨®rdica), triunfe el ala moderada.
Primera moraleja: Si el PSOE se define como partido socialdem¨®crata, el capital puede respirar tranquilo porque, aunque gane las elecciones y gobierne, el modelo social no se alterar¨¢ en absoluto, la situaci¨®n continuar¨¢ igual (es decir, el capitalismo y su sistema no perder¨¢n nada, salvo, acaso, una mayor tasa impositiva que, en cualquier caso, ser¨¢ un m¨ªnimo tanto por ciento de sus beneficios) y el PSOE, con U CD, se alternar¨¢n en el poder cada cuatro a?os, como en el Reino Unido, por ejemplo, sin que el sistema corra peligro alguno. De esta manera, la meta del PSOE se reduce a ser una alternativa de poder con irreversible olvido de su hist¨®rico ideal de alternativa al sistema.
2. Cuando todo parec¨ªa que el debate y la fraternal discordia se reduc¨ªa al abandono o no de la ideolog¨ªa marxista como fundamento de los an¨¢lisis pol¨ªticos del PSOE, resulta que el sector cr¨ªtico rechaza el marxismo dogm¨¢tico, no define al partido como marxista y acomoda su ponencia pol¨ªtica a postulados pragm¨¢ticos, realistas y nada ut¨®picos, mientras Felipe Gonz¨¢lez declara p¨²blicamente que ¨¦l es un marxista radical, porque en el marxismo tiene sus ra¨ªces.
Segunda moraleja: El gran debate interno del PSOE no es el falsamente planteado de ?marxismo, s¨ª-marxismo, no?, sino que la intenci¨®n de todos es hacer un Partido Socialista fuerte, coherente, consistente y responsable. Hacer, en definitiva, un socialismo moderno, sin que nadie pueda pensar que nos avergonzamos de nuestra historia porque el PSOE, que siempre ser¨¢ un partido de clase, ha estado hist¨®ricamente al servicio de la clase trabajadora. Por tanto, el problema del debate se centra en una cuesti¨®n de t¨¢ctica y estrategia, y sobre estas cuestiones, seguramente, no habr¨¢ entre ambas concepciones defendidas internamente m¨¢s que diferencias escasas y superables.
Una vez planteados estos dos hechos b¨¢sicos, muchos pensar¨¢n el por qu¨¦ del debate. La respuesta no es dif¨ªcil: si todo se redujera a la t¨¢ctica, el PSOE en pleno se pronunciar¨ªa por un s¨ª rotundo al acceso al poder, a¨²n con un programa socialdem¨®crata que consiguiera a medio plazo un bienestar material y cultural para la totalidad de la clase trabajadora. Cuando hay tarta para todos, se podr¨¢ discutir los pedazos del reparto; pero cuando no la hay, la discusi¨®n es por participar en el reparto, es una lucha por el bot¨ªn, y ello conduce al caos. Pero el problema no es s¨®lo de t¨¢ctica, es de estrategia y de consecuci¨®n de un modelo social que no sea injusto. En este sentido, lo que una buena parte de los socialistas espa?oles desean es que el PSOE sea un instrumento v¨¢lido para alcanzar la sociedad socialista, una sociedad en la que sea posible e indestructible el inseparable binomio socialismo-libertad y en la que existan unos valores ¨¦ticos y morales cuyo cumplimiento no signifique coacci¨®n, sino identificaci¨®n. A esto la derecha lo llama ?ilusionismo de visionarios?; nosotros lo llamamos el motor ut¨®pico que ha hecho progresar a la humanidad a lo largo de la Historia.
Y sobre ello, todos los socialistas (marxistas y humanistas) estamos de acuerdo. Quedarnos en la t¨¢ctica e institucionalizar la socialdemocracia supondr¨¢ perder por la izquierda una buena parte de? apoyo de la clase trabajadora, asimilando, por la derecha, una ¨ªnfima parte de descontentos de UCD de manera ¨²nicamente coyuntural. Eso significar¨ªa, en definitiva, acercarnos al modelo italiano con un PCE y una derecha democr¨¢tica como protagonistas de la vida pol¨ªtica. Esto, el PSOE, no lo puede aceptar.
Todos sabemos, pues, lo que nos estamos jugando en el actual debate y en el pr¨®ximo Congreso Extraordinario del PSOE. Y vamos a conseguir un Partido Socialista responsable, con un primer secretario firme, seguro y capaz -que no puede ser otro que Felipe Gonz¨¢lez- y un partido democr¨¢tico, flexible y coherente que, sin tener que soportar el poder omn¨ªmodo de alg¨²n dirigente (como en la anterior ejecutiva), pueda dar respuesta a los grav¨ªsimos problemas econ¨®micos, sociales y culturales con los que hoy se enfrenta el Estado espa?ol y ante los que el ciudadano est¨¢ esperando encontrar un partido capaz de resolverlos por la v¨ªa de la libertad y no por la v¨ªa del autoritarismo. En definitiva, el debate interno del PSOE no es est¨¦ril, y de ¨¦l va a salir el partido de todos los socialistas espa?oles, por muchas diferencias enriquecedoras que se produzcan en su seno. Con el debate no s¨®lo gana el PSOE, ni tan siquiera el socialismo; con el debate quien est¨¢ ganando es la totalidad de la clase trabajadora.
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