Cincuenta familias de El Carmen se resisten al desalojo desde hace once a?os
Unas cincuenta familias viven en situaci¨®n precaria desde hace once a?os junto a la estaci¨®n de Metro de El Carmen, en la zona de Las Ventas, en una competencia con la Administraci¨®n por conseguir unas condiciones de desahucio que estimen justas.
El problema ata?e a unas casas que en la cartograf¨ªa urban¨ªstica de Madrid reciben el nombre de pol¨ªgono 31. En 1968 fue dictaminada esta zona como de expropiaci¨®n urgente y forzosa. Viv¨ªan aqu¨ª, por aquel entonces, m¨¢s de quinientas familias. La mayor¨ªa se fueron ya a otros lugares, bien porque consideraron razonables las condiciones que se les ofrec¨ªan, bien porque no les quedaba otro remedio. Todav¨ªa quedan, sin embargo, unas cincuenta familias dispuestas a mantener sus reivindicaciones hasta el final.Aunque esto les cueste, como dice Jos¨¦ Luis Francisco, uno de los afectados, que ?algunos tengan que taparse con paraguas cuando llueve, porque duermen al raso?. Aunque tengan que caminar a saltos para evitar las ratas, como ocurre en la avenida de Daroca, porque el pozo negro est¨¢ roto y los roedores se han adue?ado del lugar.
Los inquilinos que siguen resistiendo a esa expropiaci¨®n urgente y forzosa, que ha tardado ya once a?os en aplicarse, reclaman un piso en condiciones de pago aceptables, a poder ser en una zona pr¨®xima a la que ahora habitan y que en ning¨²n caso les suponga el pago de una fuerte entrada y de unas mensualidades que, en cualquier caso, superen las 15.000 pesetas.
Pero el problema de las expropiaciones no afecta s¨®lo a estas cincuenta familias, sino tambi¨¦n a los comerciantes que tienen su puesto en el mercado de Canillas y que son, probablemente, los que con su uni¨®n han logrado seguir todav¨ªa en pie. Vicente Fern¨¢ndez, presidente de la junta de gobierno de este mercado, dice que su petici¨®n consiste en que se construya en la misma zona otro mercado equivalente que pueda entrar en funcionamiento al d¨ªa siguiente de cerrarse el actual.
Junto a los comerciantes del mercado quedan tambi¨¦n unos pocos establecimientos todav¨ªa abiertos. Sus pretensiones son parejas. Que en las nuevas edificaciones puedan disponer de unos locales de condiciones parejas a las de sus actuales comercios. De no poder llegarse a esta soluci¨®n, entienden que s¨®lo pueden irse despu¨¦s de recibir una indemnizaci¨®n que les permita reabrir sus negocios en otra parte de la ciudad.
Lo curioso de todo este asunto, que se prolonga ya once a?os, es que el mercado de Canillas funciona todav¨ªa a tope, pese a que en sus alrededores casi no quedan vecinos. Unos precios razonables han conseguido que lleguen compradores desde barrios alejados, como Ciudad Lineal o Canillejas, e incluso desde Coslada y San Fernando de Henares.
Al margen del problema concreto de estas familias, la falta de flexibilidad para resolver este tema mantiene todo un pol¨ªgono bastante c¨¦ntrico de Madrid sin utilidad alguna y, lo que es peor, como posible foco de infecciones.
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