Aproximaci¨®n en Francia de la ciencia oficial al fen¨®meno ovni
El destacado semanario franc¨¦s L'Express acaba de publicar un valioso trabajo de Jerome Dumoulin sobre el fen¨®meno ovni, en el que se informa sobre la creaci¨®n de un grupo oficial en Francia dedicado al estudio cient¨ªfico del tema. Independiente mente de este hecho, la agencia espacial sovi¨¦tica Novosti acaba de difundir un informe cient¨ªfico sobre las posibilidades de vida e inteligencia extraterrestres. Mientras algunos cient¨ªficos comienzan a interesarse por este fen¨®meno, psic¨®logos y soci¨®logos lo explican en funci¨®n de la necesidad de ayuda experimentada por una sociedad en crisis, que se dirige de nuevo hacia ?lo alto? y espera que nuevos ¨¢ngeles, esta vez mec¨¢nicos, sean portavoces de un mensaje de salvaci¨®n. analiza el tema.
El tema surge en el verano, pero est¨¢ siempre ah¨ª. Una interpretaci¨®n de este hecho es el que, por estas fechas, los pol¨ªticos suelen andar de vacaciones y el espacio que, en primavera u oto?o, ocupan en los peri¨®dicos los comunicados de los partidos o las declaraciones de los l¨ªderes queda en blanco, con los calores estivales dan paso a otro tipo de temas, m¨¢s extra?os o esot¨¦ricos que las habituales noticias de la vida pol¨ªtica o social. Claro que hay otras interpretaciones: ?En verano, la gente est¨¢ muchas m¨¢s horas en la calle?, protesta airado, ante mi interpretaci¨®n, un defensor de los ovnis. Y tiene raz¨®n. La estad¨ªstica revela que en verano las personas permanecen m¨¢s horas a cielo abierto que en invierno, y pueden ver as¨ª m¨¢s cosas.?Debe uno tomarse lo de los ovnis en serio o no? Esta es la pregunta que se hacen miles de personas, entre las que figura quien firma estas l¨ªneas, a quienes no nos ha sido dada la suerte, fortuna o desconcierto de divisar un ovni. Pero cuando el ciudadano afectado por este interrogante se dirige a la ciencia oficial o a las autoridades de otro tipo, la respuesta no puede ser m¨¢s descorazonadora: sonrisas, gestos de desprecio.... y, m¨¢s en el fondo, desconocimiento total.
Si, por el contrario, quien desea aproximarse al tema dirige su pregunta hacia quienes ?saben de ovnis?, el desconcierto a¨²n es mayor: multitud de libros publicados, exponiendo las m¨¢s diversas y extra?as teor¨ªas; grupos de ?iniciados? al tema que aseguran saberlo todo sobre una, u otra civilizaci¨®n extraterrestre; explicaciones del tema desde perspectivas parapsicol¨®gicas o telep¨¢ticas; luchas entre multitud de escuelas o clanes ... ; en fin, algo le indica claramente a nuestro imaginario investigador que donde la ciencia emp¨ªrica no puede trabajar renace el reino de la imaginaci¨®n, los sue?os o los deseos humanos. Pero a¨²n queda la duda. ?Habr¨¢ algo de cierto en todo este asunto?
Objetos no identificados
Simplificando un poco el tema, la supuesta experiencia ovni puede ser clasificada en dos grandes grupos de personas: la de aquellos que s¨®lo han visto algo objetivo y constatable, sin saber nada m¨¢s del asunto, y la de quienes viven intensamente la cuesti¨®n. Al primer grupo pertenece una verdadera legi¨®n de personas para las que la aparici¨®n del ovni s¨®lo fue una evidencia vivida como f¨ªsica. Se trata, fundamentalmente, de pilotos, controladores de vuelo o personas que consumen muchas horas de su vida en contacto directo con la observaci¨®n celestial. Una de estas personas, miembro del equipo de control de vuelo del aeropuerto de Las Palmas de Gran Canaria, cont¨® a EL PAIS esta historia: ?En la pantalla de uno de nuestros instrumentos apareci¨® un d¨ªa de diciembre pasado un objeto a gran velocidad, cuya altura de vuelo no era la de ning¨²n aparato habitual comercial actual. Al emitir nuestra petici¨®n habitual de identificaci¨®n, no hubo respuesta alguna. Pocos instantes despu¨¦s, la mancha de la pantalla del radar desapareci¨® a las mismas sorprendentes velocidad y altura con las que hab¨ªa aparecido. Puestos al habla con el centro militar de control de vuelo, les preguntamos: "Hab¨¦is visto eso". "S¨ª, ya lo hemos visto", fue su respuesta. ?
La opini¨®n de los controladores de vuelo consultados es que es evidente y constatable que en las pantallas de radar est¨¢n apareciendo constantemente objetos cuyas caracter¨ªsticas son desconocidas. El valioso informe que acaba de publicar el semanario franc¨¦s L'Express comienza con una historia parecida a la vivida por los controladores de Las Palmas, pero de m¨¢s escalofriante proximidad. El 13 de julio pasado, un vig¨ªa franc¨¦s, ?hacia las 13 horas pudo observar un objeto ovoide, muy brillante, de alrededor de un metro de di¨¢metro, como ca¨ªdo del cielo; se desplazaba a poca altura y con baja velocidad sobre las colinas. De repente, qued¨® inm¨®vil..., cambi¨® de direcci¨®n, como si estuviese obedeciendo directrices precisas. Finalmente, se remont¨® hacia el cielo a una velocidad prodigiosa?. Este informe, recibido por la Gendarmer¨ªa Nacional de Francia, es uno de los muchos que han dado lugar a que la ciencia oficial de aquel pa¨ªs comience a aproximarse t¨ªmidamente a un tema al que resulta bastante dif¨ªcil abordar con la metodolog¨ªa de la ciencia emp¨ªrica.
?En Francia?, seg¨²n afirma en L'Express Jerome Dumoulin, ?las cosas han empezado a cambiar a partir del primero de mayo de 1977. Aquel d¨ªa, el Centro Nacional de Estudios Espaciales cre¨® el Grupo de Estudios de Fen¨®menos Aerospaciales no Identificados (GEPAN). Las iniciativas de algunas autoridades cient¨ªficas, gubernamentales y militares, impresionadas por el car¨¢cter duradero y coherente del fen¨®meno ovni, est¨¢n en el origen de este organismo, ¨²nico en el mundo: los trabajos de GEPAN son regularmente evaluados por un consejo cient¨ªfico plurisdisciplinario, del cual sus ocho miembros han preferido conservar el anonimato.?
Este organismo franc¨¦s, seg¨²n la misma fuente, ?dispone ya de 15.000 informes de observaci¨®n, los analiza y los clasifica entre fen¨®menos de tipo A, completamente identificables (balones sonda, aviones, etc¨¦tera); tipo B (no identificables con certeza, pero asimilables a fen¨®menos conocidos, tales como aviones, globos, meteoritos, etc¨¦tera); tipo C (no identificados, pero demasiado imprecisos para ser explorados), y, en fin, del tipo D, fen¨®menos que los expertos -entrecomillado en el original- no pueden identificar, a pesar de los informes, relativamente precisos y completos. S¨®lo estos fen¨®menos del tipo D pueden ser leg¨ªtimamente bautizados como ovni?.
De la no identificaci¨®n a la intimidad
Existen, pues, o mejor dicho, se ven de cuando en cuando, objetos voladores no identificados. Pero aqu¨ª es donde comienzan a entrar en juego otras ciencias, como la psicolog¨ªa o la psicosociolog¨ªa. Las personas que ven ovnis, ?pertenecen a alguna tipolog¨ªa especial? Seg¨²n afirmaba en estas p¨¢ginas, recientemente, un psic¨®logo espa?ol, la necesidad de ver extraterrestres tiene mucho que ver con problemas de soledad o aislamiento. Existe la hip¨®tesis de que individuos so?adores, con problemas de comunicaci¨®n con el resto de los seres humanos, terrestres, necesitasen otro tipo de humanos -humanoides- con los que relacionarse. El tema ovni ser¨ªa entonces la expresi¨®n de un deseo o una aspiraci¨®n colectiva,: la aparici¨®n de una humanidad mejor que ¨¦sta, una nueva religi¨®n donde los ¨¢ngeles, enviados por Dios, tienen, en esta ocasi¨®n, las alas de acero y franquean la velocidad de la luz.
En esta l¨ªnea, de intimidad con extraterrestres o comunicaciones telep¨¢ticas, parece estar la vivencia de millares de personas que aseguran mantener o haber mantenido comunicaci¨®n con extraterrestres, Para ellas, el fen¨®meno no comenz¨® ?el 24 de junio de 1947?, fecha en la que, seg¨²n asegura J¨¦r?me Dumoulin, en L'Express., ?se abri¨® la caza de objetos votantes no identificados... El 24 dejunio de 1947, Kenneth Arnold, un hombre de negocios nortearnericano, que pilotaba su avi¨®n en la regi¨®n de las Monta?as Rocosas, cont¨® que hab¨ªa visto una formaci¨®n de nueve objetos, parecidos a discos met¨¢licos, volando a gran velocidad. El periodista que le interrog¨® tras su aterrizaje forj¨® la expresi¨®n deplatillo volante. Desde hace treinta a?os, estos objetos no han cesado jam¨¢s de frecuentar los cielos y las imaginaciones?.
?Citas telep¨¢ticas?
Para un joven profesional espa?ol, que asegura haber vivido una intensa experiencia en el terreno de los ovnis y que exige, antes de contar su historia a EL PAIS, el anonimato, ?el fen¨®meno ovni no empez¨® el 24 de junio'de 1947? cuando aquel periodista bautiz¨® con el nombre de platillo volante al escuadr¨®n de misteriosas siluetas no identificadas en el cielo que contemplara Kenneth Arnold. ?Yo creo?, afirma, ?que el fen¨®meno ovni ha estado siempre con el hombre. Tal vez, los ¨¢ngeles de la Biblia y el carro de fuego de El¨ªas ahora mismo ser¨ªan considerados como extraterrestres, como ovni. ?
La persona interrogada por EL PAIS ha experimentado -eso es evidente- una intensa vivencia, que ha afectado hondamente su forma de vida. No estamos ante el individuo que contempl¨®, una noche cualquiera, un extra?o fen¨®meno y que dio o no dio parte del mismo; estamos ante el individuo para el cual el tema ha pasado a formar parte de su vida. Se trata de una de tantas personas para las que el fen¨®meno ovni constituye objeto de estudios, lecturas, viajes, noches de vigilia y modificaci¨®n del comportamiento. Algo similar a un efecto terap¨¦utico. ?Cuando estaba en la facultad?, contin¨²a su relato el mencionado joven profesional espa?ol, para el que los ovnis son mucho m¨¢s que unas extra?as e inidentificadas apariciones, ?tendr¨ªa yo dieciocho o diecinueve a?os. Un amigo m¨ªo me propuso mantener contactos de tipo telep¨¢tico con extraterrestres. Yo acept¨¦ inmediatamente. ?
Algo recuerda en su relato a la predicaci¨®n de un mensaje de salvaci¨®n. ?Todo el asunto fue evolucionando?, prosigue su narraci¨®n, ?nos reun¨ªamos de noche, normalmente, que es cuando pod¨ªamos estar todos juntos para mantener los contactos. Har¨¢ m¨¢s de dos a?os, fuimos citados telep¨¢ticamente hacia un lugar.? El cuenta que en las reuniones, cuyo desarrollo, seg¨²n su descripci¨®n, era muy similar a la de las sesiones de espiritismo, fueron aprendiendo muchas cosas sobre quienes les estaban visitando, acerca de su procedencia y caracter¨ªsticas: pero, parad¨®jicamente, asegura que aprendieron m¨¢s sobre ellos mismos, sobre lo que no es y debe ser esta humanidad.
Los contactos duraron cierto tiempo y quiz¨¢ merecen un comentario m¨¢s detenido, pero, para ¨¦l, lo importante, tras un final similar al del filme Encuentros en la tercera fase, de Steven Spielberg, es el aprendizaje vivido, donde el encuentro con seres superiores puede sumir en una profunda sensaci¨®n de paz, progreso y esperanza, a la especie humana. ? Lo realmente interesante de todo esto?, dice, ?es que todas las personas implicadas hemos cambiado radicalmente nuestra forma de ver la vida. Ahora somos pacifistas; no apol¨ªticos, sino apartidistas. Nos interesan mucho m¨¢s las cosas relacionadas con la mente y el pensamiento que los logros materiales, sin despreciar ¨¦stos, por supuesto. Sentimos mucho m¨¢s respeto hacia los dem¨¢s, o -mejor dicho- hacia todas las cosas.? Pero antes de proseguir en esta reflexi¨®n sobre lo que pueda haber en el fen¨®meno ovni, de evidencia fisica extraterrestre o necesidad ps¨ªquica y social de salvaci¨®n, conviene analizar lo -que piensa la ciencia oficial acerca de la posibilidad de vida e inteligencia extrate rres tres.
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Altas posibilidades de vida inteligente en el universo
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