Do?a Juana

De forma casi sistem¨¢tica, las pel¨ªculas de Brigitte Bardot fueron prohibidas o cortadas por la censura del general Franco. Su mito adquiri¨® unas peculiares caracter¨ªsticas para los espa?oles, en la medida en que no pod¨ªamos verla en las escenas u obras que le dieron fama mundial. Cuando comenzaron a estrenarse, el paso de los a?os les hab¨ªa quitado inter¨¦s y la casi totalidad de su carga er¨®tica. Aunque para nosotros siempre ser¨¢ dif¨ªcil comprender su ¨¦xito, la real¨ªdad es que en la segunda mitad de los a?os cincuenta y buena parte de los sesenta hizo que sus pel¨ªculas proporcionasen a Francia m¨¢s divisas que Renault.El creador del mito B. B. fue en gran parte Roger Vadim. M¨¢s conocido como promotor y marido de ?estrellas?, dados sus trabajos y matrimonios con Brigitte Bardot, Annette Stryberg, Catherine Deneuve y Jane Fonda, que por sus pel¨ªculas, y m¨¢s interesado en convivir con la denominada ?alta sociedad? que por su trabajo, la realidad es que Vadim hizo Y Dios cre¨® la mujer... (1956), que en su momento constituy¨® una aut¨¦ntica bomba er¨®tica.

Desde entonces ha intentado casi constantemente repetir la jugada, bien adaptando famosas novelas er¨®ticas, como en Le repos du querrier (1962), seg¨²n la obra de Christian Rocheford, u obras teatrales de probado ¨¦xito, como en Ch¨¢teau en Su¨¦de (1963), seg¨²n el drama de Fran?oise Sagan, haciendo nuevas versiones de cl¨¢sicos del cine, como en Juegos de amor a la francesa (1964), seg¨²n la pel¨ªcula de Max Oph¨¹ls, o de la literatura, como en Relaciones peligrosas (1959), sobre la obra de Choderles de Laclos, o incluso utilizando conocidas historietas gr¨¢ficas, como en Barbarella (1969). Pero por su frivolidad y mal gusto la jugada nunca volvi¨® a salirle bien.

Uno de sus ¨²ltimos intentos es Don Juan 73, escrita en colaboraci¨®n con Jean Cau, donde diecis¨¦is a?os de su primera y mejor pel¨ªcula recurre otra vez a Brigitte Bardot para que encame a la protagonista. Esta vez es una Do?a Juana que va por la vida destrozando hombres, llena de mala conciencia y que acaba devorada por las llamas en un exagerado y moralizante final. Con este nuevo trabajo en com¨²n, ni la Bardot ni Vadim consiguieron enderezar sus muy torcidas carreras; s¨®lo demostraron lo bien que ella se conservaba a los 38 a?os, y el mal gusto y la poca habilidad de ¨¦l, que ni siquiera logr¨¦ sacar partido er¨®tico de una escena de cama entre la Bardot y la inquietante Jane Birkin.