"Mi pueblo quiere ver al Rey de Espa?a"
?El rey Juan Carlos tiene que visitar Guinea Ecuatorial. Es una verg¨¹enza que por hallarse mi pa¨ªs en las condiciones en que se hallaba bajo Mac¨ªas, el Rey de Espa?a visitara Africa y no pudiera detenerse aqu¨ª. Mi pueblo quiere ver a Juan Carlos de Borb¨®n. Tiene que ser un hombre valeroso y visitar su antigua posesi¨®n. Espa?a goza aqu¨ª de un aprecio especial, muchos espa?oles est¨¢n sepultados aqu¨ª, en este pedazo de tierra africana?, dijo el mi¨¦rcoles en Malabo el presidente del Consejo Militar Supremo de Guinea Ecuatorial, teniente coronel Teodoro Obiang Nguema.
Para el teniente coronel Obiang Nguema, ?las relaciones con Espa?a van a ser de prioridad y excelentes?, afirm¨®. ?En Africa central todos los pa¨ªses han mantenido buenas relaciones con sus respectivas metr¨®polis y no hay raz¨®n para que a partir de ahora nuestras vinculaciones con Espa?a no sean preferentes respecto a las de Francia o Gran Breta?a, por poner un ejemplo.? En cuanto a si un alineamiento muy pronunciado con Espa?a o cualquier pa¨ªs occidental podr¨ªa provocar problemas a su pa¨ªs por parte de los pa¨ªses progresistas africanos, el nuevo dirigente guineano se?al¨® textualmente: ?No tenemos nada que ver con ellos.?"Los militares no queremos pol¨ªtica"
?Invitamos a todos los guineanos a que regresen a su patria?, dijo, ?a contribuir en la reconstrucci¨®n nacional, pero no queremos divergencias ideol¨®gicas. En ellas hay marxistas, hay capitalistas, y las divergencias han sido muy da?inas para nuestro pa¨ªs. Los militares no queremos pol¨ªtica. Unicamente deseamos el bienestar de nuestro pueblo.? De la oposici¨®n pol¨ªtica, a?adi¨®: ?No tendr¨¢ problemas para regresar al pa¨ªs, pero no vamos a autorizar los partidos pol¨ªticos, porque habr¨ªa luchas. En los momentos de la preindependencia hubo mucha pol¨ªtica y el pueblo sufri¨® mucho. El pueblo guineano est¨¢ escarmentado ya con las ideolog¨ªas.?
El joven presidente del Consejo Militar Supremo de Guinea tiene 37 a?os, es casado tres veces y tiene cinco hijos y una ni?a nigeriana adoptada. Para el m¨¢ximo ¨®rgano militar podr¨¢ contar incluso con la presencia de soldados rasos. ?En el Consejo Militar van a estar presentes los que m¨¢s han alentado el cambio y los que con m¨¢s honestidad se han comportado a lo largo de los acontecimientos; entre ¨¦stos, hay soldados. De acuerdo con su participaci¨®n -tendr¨¢ que quedar demostrada- se les conceder¨¢ la prerrogativa de pertenecer al m¨¢ximo ¨®rgano de gobierno del pa¨ªs.?
Hasta el momento no se ha facilitado la lista completa con la composici¨®n ni del Consejo Militar ni del Gobierno. ?No hay prisa, por el momento. Habr¨¢ que constituir plenamente el m¨¢ximo ¨®rgano militar y luego se formar¨¢ el Gobierno. ?
El teniente coronel Nguema recalca que ¨¦l preside un ¨®rgano m¨¢ximo castrense y no la naci¨®n; habr¨¢ de ser el Consejo en pleno quien determine las competencias respectivas. Para ¨¦l, los militares participar¨¢n en el Gobierno, ?ser¨¢n los supervisores de todo, y aunque se cuente en el Gobierno con civiles, siempre en la cabeza del pa¨ªs estar¨¢n los militares. Durante once a?os, los pol¨ªticos lo han embarullado todo?.
De sus prop¨®sitos pol¨ªticos inmediatos, el nuevo hombre fuerte de Guinea subraya la reorganizaci¨®n administrativa y econ¨®mica, la organizaci¨®n de las instituciones sociales y la reconstrucci¨®n global del pa¨ªs, a quien la dictadura de Mac¨ªas ha dejado en bancarrota. De sus colaboradores destaca los que protagonizaron el levantamiento en Bata, la capital continental, y cuyo m¨¦rito pondera ampliamente.
Una contradicci¨®n que salta a la vista es la de que hasta el momento no se ha producido un solo cambio entre el funcionariado y la Administraci¨®n de Mac¨ªas y el nuevo r¨¦gimen. ?Son prematuros los cambios entre el personal pol¨ªtico-administrativo. De momento no hay nada de cambios bruscos. Si empezamos ahora con experimentos de cambio, todo puede echarse a rodar?, se?al¨®, al tiempo que matizaba que tampoco pueden achacarse todas las decisiones del derrocado presidente a los funcionarios. ?Yo mismo, que colabor¨¦ con ¨¦l como tantos otros guineanos?, dice el presidente Nguema, ?pude comprobar en estos a?os que todas nuestras sugerencias no serv¨ªan para nada. S¨®lo se escuchaba a s¨ª mismo. Todo lo hab¨ªa centrado y personificado sobre s¨ª mismo, y ¨¦l era su ¨²nico consejero?.
Adem¨¢s de se?alar su prop¨®sito de fundir los distintos cuerpos militares en un solo ej¨¦rcito de Guinea Ecuatorial, el presidente del Consejo Supremo Militar se?ala que poco a poco las instituciones pol¨ªticas consultivas ir¨¢n siendo repuestas. Su preocupaci¨®n m¨¢s inmediata es la del saneamiento econ¨®mico del pa¨ªs. ?Durante once a?os, Guinea ha estado cerrada a canto y lodo al exterior? dice, ?muchos se?ores quer¨ªan invertir aqu¨ª y no pod¨ªan hacerlo bajo el mandato del ex presidente. Ahora, con el nuevo r¨¦gimen, no s¨®lo Espa?a, sino Europa en su conjunto, los pa¨ªses socialistas y todos los que lo deseen, tienen las puertas abiertas para invertir su dinero en Guinea Ecuatorial. Tenemos intenci¨®n de fomentar y desarrollar el turismo, de que nuestro pa¨ªs se llene de turistas. Que el que quiera venir a espiarnos, que venga, que nos da igual?.
Para el teniente coronel Nguema, tanto de la econom¨ªa capitalista como de la socialista se pueden extraer beneficios para el pueblo. ?Hay formas mixtas entre ambas que han producido muchos beneficios?, destac¨®.
De una eventual abolici¨®n de la confiscaci¨®n de los bienes extranjeros, el nuevo hombre fuerte de Guinea Ecuatorial se?ala que se tratar¨¢ en su d¨ªa, ya que por el momento hay tareas prioritarias. ?Se ha creado una comisi¨®n de juristas y expertos, que estudiar¨¢n los casos uno a uno y pronto dar¨¢n el resultado de sus estudios.?
Mac¨ªas se suicidar¨¢
Teodoro Oblang Nguema, de la etnia fang, como el depuesto presidente, considera que Francisco Mac¨ªas ha de pasar por un establecimiento psiqui¨¢trico antes de ponerse ante los jueces. ?Siempre habl¨® de las haza?as de Hitler, a quien admiraba, y no puedo descartar que si no consigue atravesar la frontera, se suicide. Dudo que sobreviva en la selva, lo mismo que desconf¨ªo de que una avioneta o un helic¨®ptero le hayan sacado de la selva. ?
A lo largo del golpe militar, ?hice todo lo posible para evitar el derramamiento de sangre?, dice el nuevo presidente. ?Mand¨¦ un telegrama a Mac¨ªas, en el que le dec¨ªa que si dimit¨ªa de sus funciones, garantizar¨ªa su vida y la de su familia. Mand¨¦ incluso al presidente de la Asamblea. Todo fue in¨²til. Su fanatismo le ha conducido a la selva. No s¨®lo soy yo quien dice que estaba ya loco. Sus reacciones no eran ya normales. En caso de que sea capturado, ha de pasar antes por un centro psiqui¨¢trico.?
Una de las esposas del derrocado presidente, Clara, embarazada y con dos hijos, habita todav¨ªa el palacio presidencial de Malabo, en la zona prohibida y cerrada al tr¨¢fico por el ex presidente hace a?os. ?No me interesa el palacio. Vivo tranquilamente en las casas de los cuarteles y los palacios se convertir¨¢n en museos para el pueblo. Abrir¨¦ la ciudad prohibida a todos y todos ser¨¢n aqu¨ª libres?, dice el teniente coronel.
M¨¢s de la mitad de la ciudad de Malabo est¨¢ vallada. Francisco Mac¨ªas prohibi¨® todo tipo de tr¨¢nsito por su interior. En este casco se hallaba precisamente la catedral y la embajada de Espa?a y hoy est¨¢ ocupada por las nuevas autoridades militares. Fue en su recinto donde el presidente guineano nos recibi¨®, paseando sobre la playa y el puerto de Malabo.
?Hasta el momento nos han reconocido diplom¨¢ticamente Espa?a, Camer¨²n, Gab¨®n y la URSS. Ni China ni Francia han dado sus confirmaciones por el momento, pero poco a poco esperamos ir recibiendo todas?, concluye con una amplia sonrisa.
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