Paul Newman comprar¨¢ una escuder¨ªa de f¨®rmula 1
Hace s¨®lo dos meses, el popular actor norteamericano Paul Newman sorprendi¨® al mundo al participar en las 24 Horas de Le Mans, la m¨¢s c¨¦lebre carrera de resistencia del mundo, y conseguir terminar en segunda posici¨®n. Este ¨¦xito resonante parece haber espoleado a Newman a seguir en las carreras de autom¨®viles. Ahora, el actor est¨¢ decidido a comprar una escuder¨ªa de f¨®rmula 1, la Wolf -con la que hab¨ªa corrido James Hunt hasta el momento de su retirada, hace unos tres meses-, para formar parte del Circo en la pr¨®xima temporada. Ignacio Lewin cuenta la historia deportiva del c¨¦lebre actor.
La pasi¨®n por las carreras de coches no es nueva en Paul Newman. Nacido el 25 de enero de 1925 en Cleveland (Ohio), hijo del propietario de un gran negocio de art¨ªculos deportivos, Newman se sinti¨® atra¨ªdo por el riesgo y la aventura casi desde ni?o. Enrolado en la Marina norteamericana, fue rechazado en un curso especial por no poder distinguir los colores.A?os m¨¢s tarde, y ya como actor de ¨¦xito en Hollywood, comenz¨® a tomar parte en esas extra?as carreras de motos que organizan los americanos a trav¨¦s de caminos del desierto. Se iniciaba as¨ª una afici¨®n por la mec¨¢nica que pronto desembocar¨ªa en los coches y en los circuitos de carreras. Primero, de forma incipiente; luego, con una dedicaci¨®n casi febril, que ha llegado al punto culminante despu¨¦s de la muerte de su hijo, hace unos meses, v¨ªctima de un exceso de drogas.
Hoy d¨ªa, aunque la t¨¦cnica de Paul Newman como piloto diste mucho de estar a la altura de la de los grandes pilotos profesionales, el actor cuenta con la ventaja a su favor de su enorme popularidad. Gracias a ella, Newman, multimillonario merced a su actividad en el cine, ha conseguido que su pasi¨®n le permita olvidar su drama y, al mismo tiempo, le sirva incluso para aumentar sus ingresos. Porque, como su figura y su coche despiertan m¨¢s inter¨¦s para el p¨²blico que el mismo vencedor de las carreras en las que participa -?qui¨¦n se acuerda del ganador de las 24 Horas de Le Mans, cuando todos recuerdan la participaci¨®n de Newman?-, hay muchas firmas dispuestas a anunciarse sobre su traje ignn¨ªfugo, o sobre su veh¨ªculo, sabedores de que es una forma de apostar al ganador conociendo el resultado de antemano. Mientras que en el resto de los pilotos la publicidad s¨®lo es rentable en el caso de una hipot¨¦tica victoria, en el caso del actor metido a corredor su atracci¨®n para la gran mayor¨ªa del p¨²blico le convierte en permanentemente rentable.
Por todo ello, y visto el resultado de su participaci¨®n en Le Mans, Paul Newman est¨¢ decidido a comprar la escuder¨ªa Wolf de f¨®rmula 1, que pasa por una crisis semejante a la que atraviesa su propietario, el multimillonario canandiense Walter Wolf. El actor, con 54 a?os de edad, no se atrever¨¢ a pilotar en carreras ninguno de estos monoplazas, dejando esta actividad para su joven compatriota -y protegido- Rick Mears, que, a los veintisiete a?os de edad, se ha convertido en el ganador m¨¢s joven de la historia de la c¨¢lebre carrera de Indian¨¢polis. Pero podr¨¢ formar parte del Circo de la f¨®rmula 1, aunque sea como manager, y, de cuando en cuando, en las ocasiones en las que la escuder¨ªa realice los ensayos privados en los circuitos, lejos del bullicio del gran p¨²blico, podr¨¢ sentarse en el habit¨¢culo de uno de sus coches y dar unas vueltas a la pista. Y as¨ª sentir¨¢, otra vez, la emoci¨®n de la velocidad y del riesgo, muy importantes para un hombre que, como ¨¦l, ha dicho que ?si cortas a un hombre el sentido de la velocidad, de la libertad, se convierte en amorfo, en irrelevante?.
De esta forma, su nueva escuder¨ªa, al igual que la que actualmente utiliza para correr en pruebas de menor entidad, pasar¨¢ a denominarse Newman-Freeman, de acuerdo con los nombres de sus propietarios. Nombres cuya traducci¨®n, curiosamente, significa Hombre nuevo-Hombre libre. Y, con toda seguridad, se convertir¨¢ en una de las grandes atracciones de la f¨®rmula 1 en la pr¨®xima temporada.
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