La aviaci¨®n comercial resucita los dirigibles
Vuelven los dirigibles. En los proximos a?os, el cielo volver¨¢ a, estar surcado por dirigibles que, con la forma de enormes platillos volantes, correr¨¢n con gran parte del transport¨¦ a¨¦reo de personas y mercanc¨ªas. Ingleses, franceses, alemanes, norteamericanos y rusos se aplican febrilmente en la tarea de ultimar sus modelos de ?autobuses voladores? que podr¨¢n sertifilizados comercialmente dentro de dos a?os. Se trata del tercer nacimiento de los dirigibles. En la era de los aviones supers¨®nicos, es m¨¢s el inter¨¦s comercial que la eterna nostalgia de los legendarios zeppelines, lo que ha provocado su resurgimiento. Escribe F¨¦lix Monteira
Son muchas las razones que han impulsado la fabricaci¨®n de dirigibles para su inmediata utilizaci¨®n comercial. La necesidad de ahorrar energ¨ªa, la reducci¨®n de los niveles de contaminaci¨®n y la necesidad de reducir costos en un momento de crisis energ¨¦tica generalizada, proporcionan claras ventajas a los dirigibles frente a los aviones actuales. El empleo de los ?m¨¢s ligeros que el aire? supone un ahorro de un 60% en combustible y una mayor capacidad. Adem¨¢s no precisan de infraestructura de transporte: cualquier descampado espacioso sirve para su aterrizaje o despegue y los problemas de amarraje est¨¢n m¨¢s que resueltos por la moderna tecnolog¨ªa. El problema de escape de helio a trav¨¦s de su envoltura est¨¢ tambi¨¦n superado.Al tratarse de una tecnolog¨ªa tradicional, suficientemente experimentada, la construcci¨®n de los modernos dirigibles no plantea problemas t¨¦cnicos. Por otra parte, su continuado uso, desde la segunda guerra mundial, con fines militares y de observaci¨®n meteorol¨®gica, significa que no se trata de un sistema desechado. En 1961, Estados Unidos construy¨® un dirigible nuclear, el Nuclear Air Ship, de trescientos metros de longitud y 350 toneladas de peso, con capacidad para transportar cuatrocientas personas con un confort equiparable al de un crucero de lujo. Pero entonces, el ¨¦xito de los grandes aviones comerciales (Jumbo, DC- 10, Tristar ...) y los intereses comerciales de las grandes compa?¨ªas. arrinconaron la viabilidad del proyecto. Una vez m¨¢s, el avi¨®n triunfaba sobre el dirigible. Ahora, las circunstancias parecen haber cambiado.
El barco del cielo
Brit¨¢nicos y franceses parece que ser¨¢n los primeros en disponer de un dirigible que efect¨²e regularmente la ruta Londres-Par¨ªs. Su entrada en servicio est¨¢ prevista para inicios de 1981. El prototipo una vez superadas las pruebas de navegaci¨®n, est¨¢ en fase avanzada de construcci¨®n. Para su fabricaci¨®n se ha constituido una sociedad, cuyas acciones ya se cotizan en la Bolsa londinense.El primer Sky ship se asemejar¨¢ a un enorme platillo volante, de 45 metros de di¨¢metro y con una altura de siete metros en el morro y diecis¨¦is en el centro. Dos veces al d¨ªa transportar¨¢ cien pasajeros entre Londres y Par¨ªs, en un tiempo levemente superior a las dos horas. Pero la comodidad es un factor importante: en el interior de la aeronave, los viajeros dispondr¨¢n de tiendas, bares, y de un espacio de tres metros cuadrados por pasajero. Y eso es s¨®lo el principio. Pronto, las principa les capitales europeas estar¨¢n comunidadas entre s¨ª por una verdadera flota de dirigibles. Y de los primeros modelos de cincuenta toneladas se pasar¨¢ sucesivamente a modelos de 150 toneladas y hasta de quinientas toneladas, con capacidad para 5.000 pasajeros o para 3.000 y doscientos coches.
Los rusos est¨¢n construyendo un autoba volador de 296 metros de longitud, 52 de di¨¢metro, con m¨¢s de tres millones de metros c¨²bicos de helio y una velocidad de crucero de 170 kil¨®metros a la hora. Su destino parece ser, el de transportar tropas a su frontera con China. Sin embargo, su versi¨®n civil, denominada ?autocar volante de Siberia?, podr¨ªa transportar 1.800 pasajeros. Y otra versi¨®n comercial podr¨ªa transportar el equivalente a dos trenes de mercanc¨ªas de Mosc¨² a Vladivostok en s¨®lo cuarenta horas, en lugar de los siete d¨ªas,que emplea el tren.
Otras tareas
Numerosos proyectos est¨¢n siendo dise?ados por las m¨¢s importantes compa?¨ªas del mundo.Y su utilidad no se reduce s¨®lo al campo del transporte. Los ?m¨¢s ligeros que el aire ? pueden ser empleados en tareas de vigilancia costera y observaci¨®n, como bases de redes de telecomunicaci¨®n y de televisi¨®n, e incluso como descomunales gr¨²as en aquellos lugares en que por su inaccesibilidad no es posible el empleo de las, maquinarias tradicionales. Por otra parte, los proyectos de construcci¨®n de los superhelic¨®pteros han sido abandonados ante las ventajas que presentan los dirigibles.Cada d¨ªa, un mayor n¨²mero de pa¨ªses se muestra interesado en las ventajas de los nuevos dirigibles. El ¨²ltimo coloquio sobre dirigibles reuni¨® a los representantes de 51 pa¨ªses. Niger¨ªa acaba de contratar a la compa?¨ªa americana Westinghouse la construcci¨®n de enormes globos con la cu¨¢druple misi¨®n de servir para la vigilancia y como transmisores de radio, televisi¨®n y tel¨¦fono. Firmas japonesas, francesas, inglesas y alemanas trabajan en proyectos de enormes autobuses voladores destinados a ser medios primordiales de transporte en pa¨ªses africanos y de Am¨¦rica Latina. La escasa infraestructura de transporte con que cuentan estos pa¨ªses y el bajo coste de explotaci¨®n proporcionan la los dirigibles una incontestable ventaja sobre la aviaci¨®n comercial.
Con los modernos dirigibles, aquellos globos aerost¨¢ticos inventados por los hermanos Mongolfier y los impresionantes zeppelines recuperar¨¢n su historia. Antes de que los aviones comerciales hubieran surcado las aguas del Atl¨¢tico, los zeppelines hab¨ªan transportado m¨¢s de 30.000 personas, con medias horarias de noventa kil¨®metros a la hora.
Si el Graf Zeppelin hubiera dispuesto de helio ininflamable, que Estados Unidos se neg¨® a suministrar, en aquel viaje en que se incendi¨® en el momento de tomar tierra, quiz¨¢ el futuro de los dirigibles no hubiera quedado truncado. En opini¨®n de los t¨¦cnicos, el porvenir de la aviaci¨®n est¨¢ reservado a los aviones supers¨®nicos y a los dirigibles. Si con la segunda guerra mundial, los intereses b¨¦licos dieron preponderancia a la aviaci¨®n, hoy, con toda probabilidad, las condiciones econ¨®micas ofrecer¨¢n su nueva oportunidad a los dirigibles.
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