Fernando de Castro
Vicerrector de la Universidad ComplutenseEn estos d¨ªas se celebra en Valladolid un coloquio internacional sobre la fisiolog¨ªa de los quimiorreceptores sangu¨ªneos. Se re¨²nen en la ciudad castellana m¨¢s de cincuenta cient¨ªficos, procedentes de diversos pa¨ªses, para comunicar y discutir los recientes avances logrados en el conocimiento de los mecanismos de regulaci¨®n del organismo que tienen su punto de partida en receptores especializados, localizados en peque?as formaciones conocidas como glomus, situados en la pared de los grandes vasos arteriales y que, al detectar modificaciones de la composici¨®n qu¨ªmica de la sangre, provocan respuestas reguladoras cardiovasculares y respiratorias, que tienden a conservar las constantes sangu¨ªneas.
El coloquio se celebra en honor de Fernando de Castro, descubridor de estos quimiorreceptores, y es homenaje que brindan a su memoria los investigadores de todo el mundo especializados en su estudio, Destaca entre ellos un grupo de j¨®venes investigadores espa?oles: Carlos Belmonte, catedr¨¢tico de Fisiolog¨ªa y organizador del coloquio; los profesores Margarita Bar¨®n, Roberto Gallego y Constancio Gonz¨¢lez, formados en las Universidades Complutense y de Valladolid y que, al lado de Carlos Eyzaguirre, director del departamento de Fisiolog¨ªa de la Facultad de Medicina de Salt Lake City, en Estados Unidos, han contribuido con sus estudios experimentales al esclarecimiento del mecanismo de acci¨®n del glomus carot¨ªdeo.
Desde finales del siglo XVII se conoc¨ªa la existencia en los mam¨ªferos de un peque?o organito, situado en la bifurcaci¨®n de la arteria car¨®tida primitiva, en la regi¨®n conocida como seno carot¨ªdeo, llamado glomus caroticum o cuerpo carot¨ªdeo, que consiste en una peque?a masa de vasos sangu¨ªneos, muy finos e interconectados, procedentes de la arteria car¨®tida interna y que engloban varios tipos de c¨¦lulas de estructura peculiar. Fue considerado por muchos investigadores como una gl¨¢ndula de secreci¨®n interna, parecida a la m¨¦dula de las gl¨¢ndulas, suprarrenales, hasta que Fernando de Castro elucid¨® su estructura, precis¨® sus conexiones con el sistema nervioso central y demostr¨® su funci¨®n sensorial postulando que este ¨®rgano estar¨ªa encargado de detectar las modificaciones de la composici¨®n qu¨ªmica de la sangre, esto es, ser¨ªa un quimiorreceptor, el primero que con tal funci¨®n se descubrir¨ªa en el organismo.
Alumno de Cajal
Fernando de Castro naci¨® en Madrid, en 1896; estudi¨® Medicina en la Facultad de San Carlos, donde se licenci¨® en 1921, obteniendo al a?o siguiente el t¨ªtulo de doctor. Al lado de Ach¨²carro, uno de los grandes disc¨ªpulos de Cajal, siendo estudiante, comenz¨® su formaci¨®n como hist¨®logo publicando ya, antes de graduarse, varios trabajos cient¨ªficos de gran calidad. La muerte prematura de Ach¨²carro le llev¨® a trabajar directamente con Cajal, quien le nombr¨® alumno interno de su c¨¢tedra de Histolog¨ªa en el a?o 1918 y ayudante de clases pr¨¢cticas en 1921. En 1922 pas¨® a trabajar al Instituto Cajal como becario de la Junta para Ampliaci¨®n de Estudios. En 1925 fue nombrado auxiliar de la c¨¢tedra y, en 1929, ayudante tercero del Instituto Cajal. Obtuvo, por oposici¨®n, la c¨¢tedra de Histolog¨ªa y Anatom¨ªa Patol¨®gica de la Facultad de Medicina de Sevilla en 1933 y, en 1935, fue nombrado ayudante segundo del Instituto Cajal y, por decreto, fue agregado como catedr¨¢tico al mismo centro. En 1950, despu¨¦s de las vicisitudes que comentamos en este art¨ªculo, pas¨® a desempe?ar la c¨¢tedra de Histolog¨ªa de la Facultad de Medicina de la Universidad Complutense. Falleci¨® en 1967.
Siendo auxiliar de Histolog¨ªa, De Castro public¨® tres trabajos sobre la estructura e inervaci¨®n del seno carot¨ªdeo, en 1925, 1926 y 1927, que revolucionaron los conocimientos existentes sobre los mecanismos reflejos de regulaci¨®n de la actividad cardiovascular y respiratoria. En el momento de la publicaci¨®n de los trabajos de Fernando de Castro exist¨ªan dos escuelas de fisi¨®logos que pretend¨ªan esclarecer los mecanismos de este tipo de reflejos: la escuela de Hering, que, en Alemania, estudiaba la regi¨®n del seno carot¨ªdeo como zona originaria de los reflejos, y la escuela de Heymans, en B¨¦lgica, que enfocaba su estudio sobre la regi¨®n cardioa¨®rtica.
Hering hab¨ªa detectado que la regi¨®n del seno carot¨ªdeo, cuando se estimulaba mec¨¢nica o el¨¦ctricamente, daba origen a respuestas cardiovasculares, aumento o disminuci¨®n de la frecuencia cardiaca y presi¨®n arterial, que el seno carot¨ªdeo estaba inervado por una ramita nerviosa procedente del glosofar¨ªngeo, uno de los pares craneales, y que el est¨ªmulo del cabo central de este nerviecillo daba lugar a las respuestas mencionadas. Por otra parte, los Heimans (padre e hijo) y sus colaboradores belgas hab¨ªan detectado que en el cayado a¨®rtico exist¨ªa una zona reflexog¨¦nica cuya acci¨®n se canalizaba por la v¨ªa del nervio vago, que los c¨¢mbios de la presi¨®n arterial daban lugar a respuestas cardiacas, de lentificaci¨®n o aceleraci¨®n, y que las modificaciones de la composici¨®n qu¨ªmica de la sangre daban lugar a variaciones de la actividad respiratoria.
Los estudios de Fernando de Castro demostraron elegante mente que la regi¨®n conocida como seno carot¨ªdeo estaba formada por estructuras diferentes, tanto morfol¨®gica como funcionalmente; por un lado, el seno propiamente dicho, zona puramente vascular en la bifurcaci¨®n de la arteria car¨®tida primitiva, y por otro lado, el glomus caroticum. Las dos zonas estaban inervadas por la primera rama nerviosa que daba el glosofar¨ªngeo al salir del cr¨¢neo, nervio que De Castro de nomin¨® intercarot¨ªdeo y que se divid¨ªa en dos filetes nerviosos: uno de ellos terminaba en la pared del seno carot¨ªdeo, dando lugar a estructuras que De Castro consider¨® como presorrecepto res, detectoras de los cambios de presi¨®n arterial, que ser¨ªan el origen de las respuestas de tipo cardiaco y vascular; el otro filete nervioso inervaba el glomus, dando lugar a finas determinaciones sobre las c¨¦lulas de este organito. La disposici¨®n de las c¨¦lulas gl¨®micas y de las terminaciones nerviosas sobre ellas, que De Castro demostr¨® ser de naturaleza sensorial, le hizo postular que el glomus era un ¨®rgano destinado a detectar modificaciones de la composici¨®n qu¨ªmica de la sangre y punto de origen de las respuestas reflejas de tipo respiratorio. Las implicaciones fisiol¨®gicas de los descubrimientos de Fernando de Castro eran obvias: en lugar de una zona refleja difusa del seno carot¨ªdeo que daba lugar a las respuestas cardiovasculares y respiratorias, seg¨²n mostraban los trabajos de las escuelas alemana y belga, exist¨ªan dos zonas originarias de estos reflejos: la pared vascular con sus presorreceptores, origen de las respuestas cardiovasculares a modificaciones de la presi¨®n arterial, y el glomus, que detectar¨ªa variaciones de la composici¨®n qu¨ªmica de la sangre y que dar¨ªa lugar a las respuestas de tipo respiratorio.
El exilio
El complemento de los descubrimientos de Fernando de Castro hubiera sido la demostraci¨®n, con t¨¦cnicas fisiol¨®gicas, de los mecanismos funcionales de los reflejos cardiovasculares y respiratorios. En aquellos momentos, en Madrid, comenzaba a formarse la escuela de Fisiolog¨ªa de Negr¨ªn, en el laboratorio de la Junta para Ampliaci¨®n de Estu dios y, al menos uno de sus cola boradores, Guerra, muerto pre maturamente, dominaba las t¨¦cnicas necesarias para realizar los experimentos funcionales complementarios. Con tiempo suficiente, De Castro hubiera po dido completar sus descubrimientos con la experimentaci¨®n f¨ªsiol¨®gica adecuada, pero la guerra civil impidi¨® el desarrollo ulterior de sus trabajos en un momento crucial. A partir de 1936, la escuela de Cajal se desintegr¨®: durante la guerra, el Instituto Cajal, donde De Castro trabajaba, se encontraba bajo el fuego directo de la artiller¨ªa, y, al terminar la contienda, el grupo de investigadores del Instituto Cajal fue liquidado por depuraci¨®n: Tello, sucesor de Cajal como director del Instituto, fue destituido de este puesto, as¨ª como del de catedr¨¢tico de la facultad de Medicina, y De Castro dej¨® de ser catedr¨¢tico agregado al Instituto, permiti¨¦ndole continuar en el mismo como ayudante con la remuneraci¨®n mensual de ?250 pesetas! Situaci¨®n econ¨®mica que le oblig¨® a practicar la medicina, como ayudante de sala, uno de los m¨¢s distinguidos cirujanos del momento. Al mismo tiempo, los fisi¨®logos espa?oles que hubieran podido ayudar a De Castro, con sus t¨¦cnicas especiales, fueron lanzados al exilio. La naciente fisiolog¨ªa espa?ola fue destruida en pro del ?trascendental per¨ªodo de renovaci¨®n marcado por el triunfo de nuestras armas, asistido por el esp¨ªritu de los principios tradicionales e hist¨®ricos de nuestra naci¨®n ...?, seg¨²n reza la presentaci¨®n del primer volumen de los Trabajos del Instituto Cajal, el tomo 35, publicado despu¨¦s de la guerra, en 1940. Mientras tanto, Heymaris hijo, que hab¨ªa mostrado gran inter¨¦s por los trabajos de De Castro, hasta el punto de invitarle a realizar con ¨¦l algunos experimentos, en Gante, comienza a partir de 1932 a orientar sus estudios sobre la base de las ideas del hist¨®logo espa?ol. A Heymans le fue concedido el Premio Nobel de 1938 ?por el descubrimiento del papel jugado por los mecanismos del seno y a¨®rticos en la regulaci¨®n de la respiraci¨®n?. En este campo, el comit¨¦ Nobel hab¨ªa considerado dos veces, con anterioridad, los trabajos de Hering con la finalidad de concesi¨®n del premio, pero lleg¨® a la conclusi¨®n de que sus m¨¦ritos eran dudosos, debido a los trabajos de algunos de sus antecesores. Posteriormente se consider¨® una distribuci¨®n del premio entre Hering y Heymans, pero el comit¨¦ Nobel segu¨ªa esc¨¦ptico acerca de los m¨¦ritos de Hering. No tenemos noticia de que De Castro fuera propuesto para el Nobel.
Reconocimiento internacional tard¨ªo
El cr¨¦dito internacional a la contribuci¨®n de De Castro al conocimiento de los preso y quimiorreceptores fue tard¨ªo y s¨®lo parcial. El mismo Heymans, en su lecci¨®n Nobel, cita a De Castro s¨®lo de pasada. M¨¢s generoso se mostr¨® el profesor Liljestrand en la presentaci¨®n del premio Nobel a Heymans, el 16 de enero de 1940, en Gante: ?El glomus... ha sido considerado por algunos como una especie de gl¨¢ndula en docrina... De Castro, sin embargo, en 1927, demostr¨® que la anatom¨ªa del glomus no pod¨ªa en forma alguna ser comparada a la de la m¨¦dula suprarrenal. De Castro sugiri¨® que m¨¢s bien el glomus era un ¨®rgano cuya funci¨®n era reaccionar a las variaciones de la composici¨®n de la sangre; en otras palabras, un ¨®rgano gustativo interno con quimiorreceptores especiales.? Cierto es que no podemos quejarnos, los espa?oles, de la escasa repercusi¨®n internacional de la labor de nuestros investigadores cuando la misma no tiene proyecci¨®n ni siquiera en nuestro propio medio, indiferente hacia toda labor cient¨ªfica que no tenga matices heroicos, y limitado a la pobreza cultural propia de un ambiente provinciano y localista. R¨ªo Hortega, Lorente de No y Fernando de Castro son los tres disc¨ªpulos de Cajal cuyas contribuciones al conocimiento del sistema nervioso tuvieron proyecci¨®n internacional y, sin embargo, ninguno de los tres, con m¨¦ritos sobrados, fueron nunca propuestos para el Premio Nobel por nuestras academias o universidades. ?Por cainismo? ?Por ignorancia local de sus trabajos? Cierto es que Lorente de No vive en Estados Unidos desde 1933 y es all¨ª donde ha llevado a cabo su ingente labor cient¨ªfica, pero R¨ªo Hortega hubo de morir en el exilio y Tello y De Castro fueron marginados aqu¨ª, en Espa?a, por hombres peque?os, tan repletos de valores eternos que no tuvieron cabida para el m¨ªnimo de generosidad y ciencia que les hubiera hecho, por lo menos, respetar a sus maestros. Esperamos que pasadas dos generaciones, en vez de la vieja sentencia, tan espa?ola, de al maestro, cuchillada, se haga buena la que propugna Pedro La¨ªn, al maestro, vida nueva, en la labor de los j¨®venes universitarios espa?oles que, en Valladolid, est¨¢n dando pruebas de un renacer pujante de la escuela espa?ola de neurolog¨ªa.
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