"Marat¨®n oto?al" gan¨® la Concha de Oro
El jurado internacional del 27.? Festival Internacional de Cine de San Sebasti¨¢n, compuesto por Dusan Makavejev, Angel S¨¢nchez Harguindey, Emil Lotianu, Florestano Vancini, Marc Legasse, Christian Ferri y Emilio Garc¨ªa Riera, ha decidido otorgar la Concha de Oro al mejor largometraje al rilme sovi¨¦tico Marat¨®n oto?al, de Gueorgui Danelia, y la Concha de Oro al mejor cortometraje, a Iluska 3, de Ant¨®n Mericaecheverr¨ªa.
El Premio Especial del Jurado ha sido para Mam¨¢ cumple cien a?os, de Carlos Saura; una Concha de Plata ha premiado la direcci¨®n de Angi Vera, de Pal Gabor (Hungr¨ªa), y la fotograf¨ªa y los efectos especiales de Alien, de Ridley Scott. La Perla del Cant¨¢brico, premio al mejor largometraje en cualquiera de las lenguas del Estado espa?ol, ha sido para El proceso de Burgos, de Imanol Uribe. Laura Betti obtuvo el Premio San Sebasti¨¢n a la mejor interpretaci¨®n femenina, por Il piccolo Archimedes, de Gianni Amello (Italia), y Nelson Villagr¨¢, el correspondiente al mejor actor, por Prisioneros desaparecidos, de Sergio Castilla (Suecia). El jurado internacional de la secci¨®n Nuevos Realizadores decidi¨® repartir el Premio Donosti, dotado con 5.000 d¨®lares (unas 300.000 pesetas) de premio entre el filme colombiano Gamin, de Ciro Dur¨¢n, y el italiano Una emmozione in piu, de Francesco Longo. Estas dos pel¨ªculas han compartido tambi¨¦n el Premio Fipresci.Las dos grandes ausencias de este palmar¨¦s son, sin ninguna duda, el filme de Peter Bogdanovich Saint Jack y Rafaela Aparicio, mucho m¨¢s merecedora del premio a la mejor actriz que Laura Betti, por su intervenci¨®n en el filme de Saura.
La ceremonia de la entrega de premios tuvo lugar ayer en el teatro Victoria Eugenia, previamente a la proyecci¨®n de Apocalypse Now, con la que se clausur¨® esta edici¨®n del certamen.
Apocalypse Now, de Francis Ford Coppola, y La luna, de Bernardo Bertolucci, han sido los dos platos fuertes con que se ha cerrado este festival. Ambos filmes tienen en sus t¨ªtulos de cr¨¦dito un nombre en com¨²n: el del operador italiano Vittorio Storaro. Bertolucci, que ha asistido a la clausura del Festival, ha contado c¨®mo ¨¦l mismo recomend¨® a Coppola que utilizara a Storaro, en lugar de pedir a otros operadores que lo imitaran, como hizo en El Padrino. Bertolucci explic¨® en la rueda de prensa concedida ayer las razones por las cuales solicit¨® que no se hiciera ning¨²n pase de prensa de su pel¨ªcula durante el Festival, alegando que cree que los cr¨ªticos deben ver los filmes junto con el p¨²blico.
Con La luna, Bertolucci ha realizado una nueva obra maestra. Si ya cuando realiz¨® El ¨²ltimo tango en Par¨ªs se hac¨ªa dif¨ªcil prever qu¨¦ derroteros proseguir¨ªa con su siguiente pel¨ªcula, Novecento, colm¨® todas las expectativas, creando un interrogante a¨²n mayor. La luna es la respuesta. Se trata del filme m¨¢s personal de su autor, tan ¨ªntimo como Prima della rivoluzione, y tan desgarrador como El ¨²ltimo tango... Pocas veces un cineasta se ha implicado a s¨ª mismo en supel¨ªcula hasta tal punto. La luna es un viaje al interior de s¨ª mismo, al de su cine y al de sus personajes, para tocar fondo por triplicado. La luna ha desencadenado vivas pol¨¦micas en Italia, donde, a pesar de todo, est¨¢ constituyendo un notable ¨¦xito de p¨²blico, como, por otro lado, era de esperar. Algunos se han ofendido por el trato c¨®mico que da a un personaje interpretado por Renato Salvatori, un comunista bastante torpe y poco edificante. Otros han querido ver en la escena final de? filme un. canto a la familia, y en algunas otras escenas, un alegato contra la droga. Pero, ya se sabe, estas cosas no deber¨ªan sorprender a nadie. Parece que el esc¨¢ndalo acompa?a a la obra de Bertolucci, pero, sin embargo, no es ¨¦ste quien lo busca.
Apocalypse Now, de Francis Ford Coppola, es una exc¨¦ntrica epopeya inspirada en El coraz¨®n de las tinieblas, de Joseph Conrad, escrita por John Millius y el propio Coppola. El contenido y alcance de esta pel¨ªcula, como el de la de Bertolucci, desborda el reducido espacio de estas l¨ªneas y su apresurada redacci¨®n. Se trata de dos obras fundamentales del cine de nuestra ¨¦poca, y habr¨¢ que volver sobre ellas.
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