"La verg¨¹enza", en el cielo de Bergman
Dentro del ciclo iniciado la semana pasada y dedicado a Ingmar Bergman, el espacio Cine Club emite esta noche, a las 21 horas, La verg¨¹enza, una de las mejores y m¨¢s caracter¨ªsticas pel¨ªculas del famoso autor sueco.Despu¨¦s de su famosa trilog¨ªa, integrada por Como un espejo (1960), Los comulgantes (1961) y El silencio (1961), que le consagra internacionalmente como uno de los m¨¢s importantes realizadores europeos, durante unos a?os Bergman dedica especial atenci¨®n al teatro y desciende su actividad cinematogr¨¢fica. En la primavera de 1967, antes de la invasi¨®n sovi¨¦tica de Checoslovaquia y de la escalada de la guerra del Vietnam, tal y como le gusta puntualizar, Bergman escribe el gui¨®n de La verg¨¹enza, que rueda el verano de ese mismo a?o. El ¨¦xito de Persona (1966) ha quedado ensombrecido por el fracaso de La hora del lobo (1967), y su nueva pel¨ªcula deja vislumbrar el camino que conduce a El rito (1968) y a Pasi¨®n (1969) -que se emitir¨¢ la pr¨®xima semana dentro de este mismo espacio.
?En el origen de La verg¨¹enza hay?, dice Bergman, ?una sensa ci¨®n de horror personal. ?C¨®mo me habr¨ªa comportado durante la segunda guerra mundial si Suecia hubiese sido ocupada por los nazis? ?Qu¨¦ valor f¨ªsico habr¨ªa podido oponer a la violencia f¨ªsica o ps¨ªquica? Cuando pienso en esto siempre llego a la conclusi¨®n de que soy un cobarde, tanto f¨ªsica como ps¨ªquicamente, salvo quiz¨¢ cuando me enfado. Este problema fue puesto en marcha por un reportaje que vi en televisi¨®n sobre el sufrimiento de los civiles en la guerra del Vietnam. ?
Por primera y ¨²nica vez en su obra cinematogr¨¢fica, Bergman se plantea en La verg¨¹enza un tema directamente enraizado con la pol¨ªtica, una indagaci¨®n sobre la condici¨®n pol¨ªtica de una pareja. Parte de unos personajes, situaciones y esquemas habituales en su obra, pero consigue unos resultados diferentes al ser analizados desde un nuevo punto de vista. El intelectual sumido en su mundo, f¨ªsica y moralmente apartado de los dem¨¢s, debati¨¦ndose solo con sus problemas, en busca de una soluci¨®n que no encuentra, est¨¢ aqu¨ª encarnado en una pareja de m¨²sicos, la tradicional pareja de Bergman, aislada en una isla y que trata de huir de la guerra civil que atraviesa su pa¨ªs, mientras discute sobre la conveniencia de tener un hijo. Observados a trav¨¦s del prisma de una situaci¨®n an¨®mala, de una guerra que zarandea a los personajes hasta convertirles en piltrafas humanas.
Bergman somete a estos intelectuales, que viven al margen de la guerra que sucede en el imaginario pa¨ªs en que se desarrolla la acci¨®n, a una dura y despiadada cr¨ªtica, en la que personalmente tambi¨¦n se ve envuelto, por la que descubre que la mayor parte de los horrores que les ocurren se deben a no querer tomar partido, a intentar ser neutrales, a su falta de preocupaciones pol¨ªticas. Sucesivamente arrastrados por los de uno y otro bandos, sucumben y se desgastan hasta llegar, en la lucha por la supervivencia, v¨ªctimas de sus propias contradicciones, al fr¨ªo asesinato y a una huida desesperada y sin fin. Al no estar dada esta acusaci¨®n desde el exterior sino desprenderse de la progresiva destrucci¨®n de la pareja protagonista, por reflejo de los sucesos que se ve obligada a vivir, la obra tiene la habitual riqueza y ambig¨¹edad de este autor. Desarrollada entre dos sue?os, con arreglo a la progresiva estructura de una pesadilla, est¨¢ contada en largos planos donde los personajes hablan o se relacionan sin perderse nunca la referencia a la guerra que les destruye hasta la surrealista huida final.
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