La sexualidad y el dinero, en el Museo Nacional de Arte Moderno de Par¨ªs
El pr¨®ximo lunes finaliza en el Museo Nacional de Arte Moderno de Par¨ªs la exposici¨®n ?Museo de los sacrificios/Museo del dinero?, organizada por J¨¹rgen Harte y Horst Kurnitzky, en la que se interrelaciona el rol de la mujer, las relaciones sociales y el surgimiento del dinero que articula y regulariza la relaci¨®n de los sexos entre ellos. La exposici¨®n re¨²ne objetos arqueol¨®gicos, etnol¨®gicos y obras de artistas contempor¨¢neos, desde Andr¨¦ Masson a Andy Warhol.
La puerta en forma de caracola ?caur¨ª?, representaci¨®n de la vagina, lugar de reproducci¨®n, pero vagina dentada, s¨ªmbolo de castraci¨®n, de muerte de la mujer, convertida en madre, en reproductora, realizada por el taller Kunsthalle de D¨¹sseldorf, que da paso al espacio donde reina la diosa Artemisa de Efeso (copia de un original del siglo 11 a. de C.), es casi un resumen de la idea que ha guiado el montaje de la exposici¨®n ?Museo de los sacrificios/Museo del dinero?, concebida y realizada por J¨¹rgen Harte, director de la Kurisithalle de D¨¹sseldorf, y el escritor Horst Kurnitzky, autor de Estructuras pulsionales del dinero, y que el Museo Nacional de Arte Moderno presenta del 4 de julio al 24 de septiembre.Kurnitzky parte de la tesis de que nuestra sociedad est¨¢ edificada sobre el sacrificio, siendo el primero el sacrificio del deseo incestuoso, al que posteriormente sucedi¨® el de otros instintos; por tanto, el tab¨² del incesto es la primera y fundamental ley econ¨®mica mediante la cual los hombres se constituyen en sociedad: en cuanto los hombres se organizan socialmente aparece algo semejante al dinero, objetos simb¨®licos (¨²tiles, sal, pieles, tabaco, conchas, etc¨¦tera), que sirve para intercambiar seres humanos, que articula y regulariza la relaci¨®n de los sexos entre ellos. ?La primera v¨ªctima de este sistema social es, por tanto, la mujer, su sexualidad queda reducida a la procreaci¨®n; el hijo, por la ley de la exogamia, tendr¨¢ que buscar esposa fuera del grupo, el dinero pagado por la novia es la expresi¨®n de su renunciaci¨®n, la mujer es un suced¨¢neo.?
El prop¨®sito de la exposici¨®n es el de plantearse la cuesti¨®n de la relaci¨®n sexualidad /dinero, su car¨¢cter sacrificial original, hoy inhibido, claramente materializado por el ?caur¨ª?, empleado como moneda en gran parte de las sociedades primitivas y que, seg¨²n Kurnitzky, ?en tanto que vagina dentada aparece como el objeto oprimido y rechazado del deseo incestuoso, del placer improductivo convertido en tab¨², pues no se ofrece a la reproducci¨®n de la descendencia?.
Pero, formando parte de los ritos propios del sacrificio, se desarrolla el arte, como expresi¨®n de la discordia, del desarrainiento entre la obligaci¨®n reproductiva y el deseo, del conflicto entre la aspiraci¨®n a la satisfacci¨®n y la obligaci¨®n de las relaciones de producci¨®n que la impiden; el arte como sublimaci¨®n, como terap¨¦utica social o individual (los bancos, como los museos, ser¨ªan en este caso lugares donde la sociedad exhibe imp¨²dicamente sus frustraciones sublimadas, a trav¨¦s de la representaci¨®n m¨¢s o menos institucionalizada de la imagen que tiene de s¨ª misma).
El cuerpo de la mujer
Para poner de manifiesto el nacimiento paralelo del dinero (sacrificio de la naturaleza en beneficio de la producci¨®n) y la expresi¨®n de este conflicto esencial, el arte, los organizadores, coherentes con sus opiniones, han reunido, junto a una serie de objetos arqueol¨®gicos y etnol¨®gicos, un n¨²mero importante de obras de artistas contempor¨¢neos que hacen referencia, voluntaria o involuntariamente, a este conflicto fundamental naturaleza/cultura, que tiene como eje central el cuerpo de la mujer, sacrificado en su origen, m¨¢s tarde dignificado (en tanto que reproductora) en funci¨®n de las necesidades de una sociedad basada en el beneficio; cuerpo exaltado o prostituido al servicio de un culto que organizaba y controlaba el sistema econ¨®mico (de todos es sabido que la ?profesi¨®n m¨¢s antigua del mundo? naci¨® en los templos, donde tambi¨¦n se acu?uron las primeras monedas conocidas): la Venus de Arman (cuerpo de mujer repleto de billetes de un d¨®lar); Crucifixi¨®n, de Niki de Saint-Phalle; Romance, de Monory, o Pornokrates, de F. Rops, y La carne muerta, de Ingrid Schreiber, ambas haciendo referencia al cerdo (en el culto de Demeter, se sacrificaban muchachas j¨®venes, con el fin de obtener una buena cosecha, pues representaban el instinto no socializado; m¨¢s tarde, fueron reemplazadas por cerdos.Pero muchos artistas contempor¨¢neos se sienten tambi¨¦n afectados por la problem¨¢tica de un arte convertido en un bien cultural m¨¢s, sometido a la misma opresi¨®n de la naturaleza, vehiculando valores econ¨®micos, un arte ?corrompido? en su funci¨®n original que el sistema cotiza en funci¨®n de sus beneficios (que pueden ser de cualquier ¨ªndole). La reflexi¨®n de estos artistas sobre el arte es m¨¢s bien ir¨®nica, c¨ªnica o corrosiva. Los organizadores han reunido una muestra interesante de la misma, la Obligaci¨®n para la ruleta de Monte-Carlo (1924), de M. Duchamp, se codea con Billetes de dos d¨®lares (1969), de Warhol; el Cerebro, de Morris; Manet Projekt, 74, de Hans Haacke (diez paneles informativos sobre el aumento del valor de la obra de Manet Naturaleza muerta con esp¨¢rragos a lo largo de una serie de transacciones), el Ritual de la cesi¨®n de zonas de sensibilidad pict¨®rica inmaterial al borde del Sena, de Yves Kein, las buenas intenciones de Beuys y la, no por divertida menos interesante, obra de Reutersward (Errata-Killsoy's Roles, Fine art of Banking, L'art pur l'or) y Pieter Engels (Golden Fiction -?esta obra cuesta 4.777,30 DM y es la raz¨®n por la que es una obra de arte?-. Proyecto para una huelga de toda actividad art¨ªstica hasta el final de la vida, ofrecida al ministro de Cultura de los Pa¨ªses Bajos por 25 millones de florines).
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