Juan Pablo II, preocupado por la evoluci¨®n de los jesuitas

El Papa est¨¢ preocupado por la Compa?¨ªa de Jes¨²s. Lo dijo ayer con mucha delicadeza, pero con mucha claridad, al recibir, en audiencia especial, al superior general de la orden, el espa?ol Pedro Arrupe, a quien acompa?aban catorce jesuitas de todo el mundo, que reprensentan las diversas provincias en las que se divide la orden.

?No ignoro?, dijo el Papa, ?que la crisis que en estos ¨²ltimos tiempos ha sacudido y sacude la vida religiosa no ha ahorrado a vuestra Compa?¨ªa, causando desorientaci¨®n en el pueblo cristiano, preocupaci¨®n en la Iglesia y tambi¨¦n personalmente al Papa que os habla.?El papa Wojtyla a?adi¨®: ?S¨¦ muy bien qu¨¦ fuerza represent¨¢is, y por eso deseo que crezca y prospere la Compa?¨ªa seg¨²n su esp¨ªritu genuino, dando a todos el ejemplo de profunda religiosidad, de seguridad doctrinal y de fecunda actividad sacerdotal. ?

En su discurso, el padre Arrupe hab¨ªa dicho al Papa que los representantes de la Compa?¨ªa reunidos en Roma hab¨ªan estudiado en estos d¨ªas en esta ciudad el papel de la Compa?ia en el campo ?social y pol¨ªtico?, y que hab¨ªan discutido sobre el ?estilo de la vida religiosa?.

El Papa, por su parte, despu¨¦s de muchos elogios a los jesuitas, ?que desde hace cuatro siglos trabajan incansablemente en todas las partes del mundo?, les dijo tajantemente: ?Deseo que juntos pong¨¢is remedio a las deploradas deficiencias, de modo que toda la Compa?¨ªa trabaje movida siempre por el genuino esp¨ªritu de San Ignacio.? Les record¨® que tambi¨¦n Pablo VI hab¨ªa deseado siempre que la Compa?¨ªa mantuviera ?su plena integridad?, y les desempolv¨® un discurso que les hab¨ªa preparado antes de morir Juan Pablo I, y que no tuvo ocasi¨®n de leerles. Wojtyla les ha revelado ayer a los jesuitas que en esa carta in¨¦dita, el papa Luciani hab¨ªa indicado que la Compa?¨ªa deb¨ªa ser ?completamente fiel a las leyes de su fundador?, y a?adi¨® el Papa: ?Especialmente en lo que se refiere a la austeridad de la vida religiosa y comunitaria, sin ceder a tentaciones secularizadoras: un sentido profundo de disciplina interior y exterior, la ortodoxia de la doctrina en la total fidelidad al supremo magisterio de la Iglesia y del romano Pont¨ªfice, fuertemente deseada por san Ignacio.?

Despu¨¦s de haberse complacido por el aumento de las vocaciones sacerdotales en la Compa?¨ªa, el Papa ha recordado al padre Arrupe que eslo le crea una gran responsabilidad, y le pide que prepare a los futuros jesuitas con ?una s¨®lida base filos¨®fica y teol¨®gica, seg¨²n las directrices de la Iglesia?.

Lo que se llama en castellano un tir¨®n de orejas. Los primeros comentarios en Roma son que este tir¨®n de orejas demuestra que los jesuitas, a pesar de todo, son un instituto religioso que ?no se ha dormido?, y que si puede quitar el sue?o al Papa con algunas de sus aperturas, tambi¨¦n se lo quita a m¨¢s de un dictador en Am¨¦rica Latina, donde varios jesuitas han sido ¨²ltimamente vejados.