?Por qu¨¦ hay que pagar las multas?
Teniente de alcalde del Ayuntamiento de Madrid, socialista
Dicen que Aldo Moro en una entrevista que concedi¨® poco antes de morir asesinado, a la pregunta de si era dif¨ªcil gobernar Italia, contest¨®: ?No es dificil, es in¨²til.? Lo peor de esta terrible desesperanza es que suele terminar con el conformismo.
El nuevo Ayuntamiento democr¨¢tico de Madrid, consecuente con su mayor¨ªa de izquierdas, no se contenta con lamentarse de la realidad e intenta transformarla. Uno de los cambios que nos hemos propuesto realizar representar¨ªa, case de lograrlo, una verdadera revoluci¨®n: se trata de conseguir que todo el mundo se porte como es debido. Por eso vamos a procurar que, entre otras cosas, los parques no se destrocen, las calles de la ciudad no sean basureros o los coches no le invadan todo. Estos objetivos pueden lograrse, no son imposibles; pero la soluci¨®n no es f¨¢cil, ning¨²n problema complejo -y los nuestros lo son en grado sumo- tiene un remedio simplista. En todos ellos el Ayuntamiento tiene lo obligaci¨®n de tomar decisiones, -procurando que sean acertadas-, y afrontando el riesgo de pasajeras ?impopularidades?, que a lo mejor no lo son tanto. Tambi¨¦n hay que tener la constancia y tenacidad suficientes para dar tiempo a que las decisiones surtan el efecto deseado, aumentando la participaci¨®n y la conciencia c¨ªvica de los ciudadanos.
El tema de la disciplina en materia de circulaci¨®n es uno de lo m¨¢s apremiantes en nuestros d¨ªa, Los expertos en circulaci¨®n proponen en todo el mundo diversos remedios de ?parcheo?, pero en una cosa est¨¢n de acuerdo: los problemas circulatorios en las grande ciudades s¨®lo pueden solucionars si logramos disuadir -no prohibir- en el uso del autom¨®vil privado en amplias zonas de la ciud¨² Una de las medidas, no la ¨²nica pero s¨ª importante en este sentido, es la de mejorar la disciplina circulatoria y eso pasa, inevitablemente, por el reforzamiento de la autoridad municipal y el prestigio de sus agentes, haciendo que sus mandatos sean cumplidos y las sanciones impuestas hechas efectivas.
Para combatir esta toma de postura, tan clara, del nuevo Ayuntamiento se emplean varios argumentos, unos de la mejor buena fe y otros fruto de la mala conciencia o del sectarismo pol¨ªtico habitual. Frente a unas y otras argumentaciones contrarias, conviene sentar las siguientes afirmaciones:
- Nuestra posici¨®n est¨¢ bien fundada jur¨ªdicamente. Las leyes vigentes no son las mejores del mundo. A nosotros no nos gustan en muy buena parte, pero son las que tenemos que aplicar mientras no tengamos otras. Otra postura distinta llevar¨ªa a la inactividad y par¨¢lisis casi totales del Ayuntamiento. El pueblo de Madrid no nos lo perdonar¨ªa. Nuestros electores saben que no lo podemos todo, pero s¨ª quieren que hagamos cuanto sea posible, con los insatisfactorios medios existentes.
El Ayuntamiento seguir¨¢ adelante con sus decisiones y, si en alg¨²n caso concreto, la jurisdicci¨®n anula o modifica una de nuestras resoluciones, la acataremos, como corresponde a una Corporaci¨®n, que es beligerante a favor del Estado de Derecho. Debe quedar claro, no obstante, que en todos los supuestos en los que pensemos nos acompa?a la raz¨®n -moral y legal- litigaremos hasta el final y caso por caso, utilizando todos los recursos de que podamos disponer.
- No habr¨¢ indultos ni rebajas para las multas impuestas desde 1976. Legalmente el Ayuntamiento no puede hacerlo y, adem¨¢s no ser¨¢ conveniente, s¨®lo beneficiar¨ªa a los infractores contumaces. Tomada la decisi¨®n de dar al Ayuntamiento la autoridad que le es debida, la afrontaremos con todas las consecuencias. Somos muy conscientes de que esta no es batalla de un d¨ªa; se prolongar¨¢ a lo largo de bastantes meses.
- Habr¨¢ medidas nuevas de ordenaci¨®n de tr¨¢fico que propondr¨¢ la Delegaci¨®n de Circulaci¨®n y Transportes, competente en esa materia. Estas medidas afectar¨¢n, sin duda, a la prohibici¨®n de circulaci¨®n de autom¨®viles en determinadas zonas; restricci¨®n al tr¨¢fico privado con incremento de los carriles-bus y otros; mejora del transporte p¨²blico; revisi¨®n de se?ales de circulaci¨®n y de estacionamiento indebido; pol¨ªtica de aparcamientos, p¨²blicos y privados, etc¨¦tera.
Todas estas medidas se tomar¨¢n a su debido tiempo, seg¨²n vayan estando terminados los estudios pertinentes y se disponga de los medios necesarios, pero requieren como supuesto previo, y no al rev¨¦s, la disciplina en la circulaci¨®n.
El Ayuntamiento de Madrid necesita del apoyo y colaboraci¨®n de los ciudadanos para cumplir su tarea y una de sus manifestaciones es el respeto a su autoridad, que viene ¨²nicamente, conviene recordarlo, de la voluntad de la mayor¨ªa. En los cuatro a?os de nuestro mandato se van a hacer bastantes cosas en mejora de la habitabilidad de la ciudad. Todas nuestras acciones ir¨¢n orientadas a favorecer a la mayor¨ªa de los ciudadanos aunque, para ello, en ocasiones, tengamos que enfrentamos a alguna minor¨ªa. Eso no tiene nada de particular, ya que lo sab¨ªamos cuando llegamos.
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