El rechazo de un cr¨¦dito por parte de UCD puede paralizar el plan de obras de la Diputaci¨®n

Los diputados provinciales de UCD votaron ayer contra la aprobaci¨®n definitiva de un cr¨¦dito extraordinario, para el que hac¨ªa falta la mayor¨ªa de dos tercios de los votos. El se?or Castellanos, portavoz de UCD, bas¨® la postura de su grupo en el hecho de que era la ¨²nica forma de obligar a la mayor¨ªa de izquierdas a negociar con ellos su participaci¨®n en los ¨®rganos de gobierno de la Diputaci¨®n. Tanto por parte del PSOE como del PCE la actitud de los ucedistas fue calificada en t¨¦rminos muy duros, como un claro intento de chantaje pol¨ªtico, irresponsabilidad, coacci¨®n y preponderancia de los intereses partidistas sobre los de los ciudadanos de Madrid.

Lo sucedido ayer en el transcurso del pleno fue pr¨¢cticamente una declaraci¨®n de guerra por parte de UCD hacia el resto de la Corporaci¨®n. El pleno dur¨® cuatro horas y estuvo lleno de discusiones con trasfondo pol¨ªtico concretadas en varios de los puntos. Al final del mismo, Jos¨¦ Borrell, socialista, presidente de la Comisi¨®n de Hacienda, declar¨® a la prensa que el bloqueo del cr¨¦dito extraordinario, dado que estaba incluido en los presupuestos generales del Plan Provincial, pod¨ªa paralizar los proyectos a realizar en toda la provincia, lo que confiere al tema una importancia grav¨ªsima. El se?or Borrell a?adi¨® que estaba convencido de que ni los mismos diputados de UCD se hab¨ªan percatado del alcance real de su negativa.El pleno comenz¨® con una amplia exposici¨®n del se?or Castellanos, explicando lo que calificaba como exclusi¨®n de su grupo de la Diputaci¨®n y la imposibilidad de desarrollar un trabajo efectivo en su seno, lo que les llevaba, como forma de presi¨®n, a votar en contra de la aprobaci¨®n del cr¨¦dito.

A continuaci¨®n vino una lluvia de ataques, imprecaciones y ruegos de los diputados socialistas y comunistas para hacerles desistir de su prop¨®sito. C¨¦sar Cimadevilla, vicepresidente segundo, les acus¨® de chantaje pol¨ªtico y de irresponsabilidad. Abund¨® en el planteamiento de que los diputados de UCD hab¨ªan aprobado por unanimidad todos los pasos previos del proceso en la comisi¨®n informativa, comisi¨®n de Gobierno y primera aprobaci¨®n provincial en el pleno y que era ahora, cubiertos todos los tr¨¢mites, cuando daban un giro de 180 grados y se mostraban en contra. Les acus¨® de boicotear el funcionamiento de la Diputaci¨®n, de anteponer los intereses de su partido ante las necesidades de los pueblos donde las obras a realizar son urgentes y dijo que era falso que UCD no pudiera trabajar eficazmente en las comisiones.

"Sacaremos el dinero"

En una rueda de prensa posterior, el vicepresidente primero, Luis Larroque, centr¨® el tema, al se?alar que no se trata de querer trabajar, sino de querer trabajar desde los ¨®rganos de Gobierno de la Diputaci¨®n. Acus¨® a UCD de no ser capaz de digerir la idea de que son oposici¨®n, y que desde all¨ª tambi¨¦n se puede colaborar por los intereses colectivos. El se?or Larroque, en el pleno, y con un tono de voz airado, dijo que a UCD se le hab¨ªa olvidado incluir en su programa electoral la siguiente promesa: ?Utilizaremos la coacci¨®n para impedir la ejecuci¨®n de actividades beneficiosas para el pueblo, por el mero hecho de que las proponga la izquierda.?El se?or Borrel insisti¨® con los argumentos de que la pol¨ªtica tiene un componente noble, el de satisfacer las necesidades colectivas y que el fin no puede justificar los medios. ?UCD a¨²n no se ha dado cuenta de que la izquierda tiene tanto derecho a gobernar en solitario como la derecha, pero prometo a los ciudadanos que sacaremos el dinero de donde sea, a pesar de sus pr¨¢cticas obstruccionistas. ?

Despu¨¦s de la pol¨¦mica, en la que UCD no encontr¨® demasiados argumentos que oponer a los de sus contrarios, se lleg¨® a la votaci¨®n, sin que cambiaran su postura inicial. La aprobaci¨®n del cr¨¦dito fue rechazada, al no alcanzarse la mayor¨ªa de los dos tercios necesarios.

El debate, sin embargo, surgi¨® de nuevo al llegar a los puntos 65 y 66, consistentes en quedar enterados de que la Comisi¨®n de Colaboraci¨®n del Estado con las corporaciones locales hab¨ªa aprobado el Plan Provincial de Obras y Servicios de este a?o, confeccionado por la Diputaci¨®n. Uno de los cr¨¦ditos con que se iban a financiar las obras del Plan, que en su conjunto ascienden a casi mil millones, era precisamente el cr¨¦dito rechazado. Se plantea ahora la duda de si la no aprobaci¨®n de una parte invalida el todo. Si es as¨ª, quedar¨ªa paralizado por completo un Plan Provincial destinado a realizar obras de primera necesidad y que, adem¨¢s, se iba a procurar que fueran realizadas por los parados de cada localidad.

?Al menos en Madrid, y dados los hechos similares ocurridos en el Ayuntamiento, la actitud de UCD en el pleno parece que responde a una estrategia de partido, y no a problemas concretos de la Diputaci¨®n?, declar¨® el presidente de la misma, Carlos Revilla, en rueda de prensa. ?No s¨¦ si el trasfondo de todo esto ser¨¢ un intento de restar competencias a las corporaciones locales y de impedir que demuestren su eficacia, lo que, comparativamente, podr¨ªa poner en entredicho la de la pol¨ªtica gubernativa de UCD. Si es cierto eso, ser¨ªa una irresponsabilidad a¨²n mayor. ?

El se?or Revilla anunci¨® que no habr¨¢ variaci¨®n en la pol¨ªtica de la mayor¨ªa de izquierdas, en el sentido de que PCE y PSOE seguir¨¢n gobernando la Diputaci¨®n. El se?or Larroque puntualiz¨® que, en su opini¨®n. las maniobras de UCD iban, en ¨²ltimo t¨¦rmino, a intentar romper el pacto entre ambos partidos.

Castellanos acusa a Revilla

El pleno continu¨® su azaroso desarrollo. El grupo de UCD vot¨® en contra de una subvenci¨®n de 250.000 pesetas a la comisi¨®n promotora del homenaje a Blas de Otero realizado en Madrid, as¨ª como a las subvenciones de un mill¨®n de pesetas cada una a los centros culturales del Gayo Vallecano y de la Sala Cadarso. En el primer caso, por no sentar un precedente de subvenci¨®n a un acto cultural, que obligar¨ªa a concederlo tambi¨¦n en muchos otros, y en los ¨²ltimos, por entender que desarrollaban sus actividades en Madrid y que la atenci¨®n de la Diputaci¨®n deb¨ªa volcarse en la provincia.Se abrieron entonces de nuevo las pol¨¦micas con un trasfondo pol¨ªtico evidente. La izquierda defendi¨® su tesis de promocionar la cultura, incluso en Madrid, de forma subsidiaria cuando no bastara la ayuda ministerial. En un momento de la pol¨¦mica, el se?or Castellanos acus¨® al presidente de tendencioso, lo que motiv¨® el enfado del se?or Revilla, quien orden¨® que constara en acta, ante la negativa del primero a retirar el adjetivo empleado. En los tres casos, sin embargo, las propuestas fueron aprobadas por mayor¨ªa de votos.