El programa econ¨®mico de UCD
Miembro del Secretariado Confederal del Sindicato Unitario
A finales de diciembre, el Gobierno hac¨ªa p¨²blico el programa econ¨®mico para 1979. El objetivo fundamental que persegu¨ªa era reducir el nivel de inflaci¨®n hasta un 10%. Este fin justificaba la limitaci¨®n impuesta al crecimiento de los salarios, las restricciones de cr¨¦ditos a las PYMES y la no adopci¨®n de medidas para luchar contra el paro.
En los meses siguientes, y ante la incapacidad del Gobierno de UCD para contener las subidas de precios, renuncia a su objetivo y aprovecha el alza del petr¨®leo para autorizar elevaciones en los precios de numerosos productos, a la vez que acelera la redacci¨®n de otro plan econ¨®mico.
El porqu¨¦ de este programa hay que buscarlo en los resultados de las elecciones generales del mes de marzo. A su luz no s¨®lo cobra este programa su verdadera dimensi¨®n, sino que se ve con claridad el proceso que, iniciado con el pacto de la Moncloa, prosigue con el plan de diciembre y desemboca en el actual ?programa a medio plazo para la econom¨ªa espa?ola?.
El plan de diciembre nac¨ªa para tener una vida breve, pues con ¨¦l s¨®lo se pretend¨ªa establecer topes salariales en la negociaci¨®n de los convenios colectivos, incrementar ligeramente la inversi¨®n p¨²blica con fines electorales y abrir un comp¨¢s de espera hasta la celebraci¨®n de las elecciones generales.
El triunfo de UCD es lo que lleva al presidente de la patronal del metal de Madrid y miembro de la ejecutiva de la CEOE a decir: ?Ahora est¨¢n despejadas las inc¨®gnitas pol¨ªticas. El plan de diciembre se ha quedado viejo.?
Las medidas del mes de abril son calificadas por la CEOE como ?insuficientes y parciales?, ya que sus pretensiones, vienen a decir, no est¨¢n ni m¨ªnimamente satisfechas todav¨ªa. La respuesta de los empresarios a estas medidas tuvo un r¨¢pido efecto de cara a acelerar el proceso de elaboraci¨®n de un nuevo programa. Del verdadero programa de UCD y del que la CEOE ser¨ªa su inspirador.
El 7 de mayo, el Gobierno notifica al Congreso de los Diputados que este plan estaba en preparaci¨®n, y as¨ª la propia UCD presenta una moci¨®n en la sesi¨®n parlamentaria del d¨ªa 10 en la que se le da un plazo al Gobierno para su presentaci¨®n.
A partir de ese d¨ªa se suceden las reuniones entre Abril Martorell y Carlos Ferrer (19 de junio), entre este ¨²ltimo y Adolfo Su¨¢rez (28 de julio), y entre la banca y Abril Martorell (25 de julio). Y cuatro d¨ªas antes de que el plan econ¨®mico fuera llevado al Consejo de Ministros, y veinte d¨ªas antes de qu¨¦, en pleno mes de agosto, Abril lo presentara a los medios de comunicaci¨®n, expertos de la CEOE y del Gobierno se re¨²nen en Presidencia del Gobierno para dar conjuntamente los ¨²ltimos retoques al programa econ¨®mico. El programa de UCD era ya una realidad.
Cinco meses despu¨¦s del triunfo de UCD en las elecciones generales, y veinticinco meses despu¨¦s de que UCD subiera, como tal partido, al Gobierno, la CEOE y UCD ten¨ªan su programa.
Es imposible en este primer comentario sobre el programa econ¨®mico de UCD, y por razones de espacio, dar mi opini¨®n sobre todo su contenido y contrastarlo con las posiciones que frente a la crisis econ¨®mica mantiene el Sindicato Unitario. Me limitar¨¦, por tanto, a tocar algunos aspectos.
El programa de UCD es fundamentalmente un programa ideol¨®gico del que naturalmente extrae la aplicaci¨®n pr¨¢ctica en cuanto a c¨®mo actuar frente al paro, los salarios, los precios, la inversi¨®n o el sector p¨²blico. La filosof¨ªa del programa est¨¢ contenida en la nueva frase: ?flexibilizaci¨®n de la econom¨ªa? es decir, que la econom¨ªa capitalista se desenvuelva libremente, sin intervenciones del Estado. El rechazo que los trabajadores han manifestado por el intervencionismo de los Gobiernos fascistas en favor de los grandes empresarios es ahora utilizado por UCD para justificar esa ?flexibilizaci¨®n? de la econom¨ªa, ya que, a su juicio, es incompatible con la nueva situaci¨®n democr¨¢tica. Es claro que el Gobierno debe intervenir, y el programa no es sino una serie de intervenciones, pero, eso s¨ª, a favor de la banca, los monopolios y las grandes empresas.
El intervencionismo no es algo negativo por principio, lo ser¨¢ o no al respondernos a la pregunta de ?en beneficio de qui¨¦n se interviene? Los trabajadores desean que exista un Gobierno que atienda las necesidades de vivienda, sanidad o ense?anza, que dicte y obligue a cumplir leyes que mejoren las condiciones de trabajo en las empresas, que no ponga obst¨¢culos a las libertades pol¨ªticas o sindicales, que controle y no autorice las subidas de precios injustificadas, que asegure unas pensiones dignas o que garantice las condiciones de vida de los parados.
El Gobierno de UCD, bajo un enga?oso respeto a la econom¨ªa de mercado, ha elaborado un programa cuyo fin es facilitar la recuperaci¨®n de las tasas de ganancia de las grandes empresas e iniciar un nuevo proceso de acumulaci¨®n del capital, y de esta forma colocarse, a nivel interno, en una posici¨®n mejor para hacer frente a la crisis mundial del capitalismo.
El programa econ¨®mico centra los dos ejes b¨¢sicos de su actuaci¨®n en el estatuto de los traba adores y en el plan energ¨¦tico nacional. Ambos temas son el hilo conductor que recorre todas las p¨¢ginas del programa. Son como dos muletas que van a permitir al gran capital andar en medio del empedrado camino de la crisis econ¨®mica que todos tenemos que recorrer.
La CEOE sabe que si ambos se llevan a la pr¨¢ctica se habr¨¢n puesto las condiciones m¨¢s favorables para incrementar los beneficios, porque si uno le va a permitir tener ocupado rentablemente su capital en la construcci¨®n de las centrales nucleares, el otro le va a permitir no s¨®lo contratar y despedir a los trabajadores como y cuando quieran las empresas, sino restringir los derechos sindicales y, por tanto, dificultar la utilizaci¨®n por los trabajadores de medios legales de defensa frente a los planes de la patronal.
Junto a estos dos ejes de la actuaci¨®n del Gobierno, el plan recoge medidas dirigidas a legalizar el recurso a la inflaci¨®n como forma de incrementar los beneficios, a disminuir la presencia del sector p¨²blico en la actividad econ¨®mica, a trasvasar recursos de los salarios a los beneficios, a dejar la soluci¨®n al problema del paro en manos de los empresarios..., todo un conjunto de medidas puestas a disposici¨®n de los empresarios para que funcione bien la econom¨ªa ?libre? de mercado.
Ninguna sorpresa hay en el programa econ¨®mico del Gobierno de UCD, ya que se limita a trazar el camino que la CEOE ven¨ªa se?alizando.
A los trabajadores nos queda avanzar por el camino de la unidad y utilizar la combatividad, que a¨²n no han conseguido quitarnos, para enfrentarnos d¨ªa a d¨ªa a su aplicaci¨®n e ir arrancando medidas que nos beneficien.
Y de nada vale que a este programa nos opongamos con otros de compromiso, con otros que no sean elaborados unilateralmente (ya conocemos la experiencia del pacto de la Moncloa) o con otros que desde la izquierda tambi¨¦n se elaboren unilateralmente.
Frente a un programa de derechas, s¨®lo se puede levantar un programa de izquierdas, que est¨¦ basado en la m¨¢s amplia unidad de los partidos de izquierda, que cuente con el apoyo de todas las centrales sindicales y que desde ahora mismo empiece a ganarse ya la voluntad de todos los trabajadores. Los partidos de izquierda tienen esta responsabilidad y en este proyecto encontrar¨¢n el apoyo del sindicalismo de clase.
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