El bombardeo del "Guernica"
La esperanza del pueblo de Euskadi de recuperar el Guernica para la ciudad que los junker alemanes, bajo las ¨®rdenes del Alto Estado Mayor del general Franco, destruyeron en 1937 no debe ser defraudada. Hay razones morales, art¨ªsticas, socioculturales e hist¨®ricas m¨¢s que suficientes para que los vascos reclamemos, como parte de la reparaci¨®n hist¨®rica a que tenemos derecho -y no s¨®lo por el bombardeo-, la obra que simboliza a la vez la barbarie y la resistencia -el grito de resistencia- contra esa barbarie.La recuperaci¨®n de la obra de Picasso ha ido unida durante decenios a las esperanzas de todo el pueblo espa?ol en una recuperaci¨®n de la libertad que se nos arrebat¨® por las armas.
Pero, por ello mismo, no es indiferente, en nuestra opini¨®n, la forma como esa recuperaci¨®n se lleve a cabo; es decir, qui¨¦nes la gestionen. No parece que el Gobierno de UCD o sus funcionarios, fundidos en el crisol del franquismo, sean las personas hist¨®ricamente m¨¢s adecuadas y moralmente m¨¢s autorizadas para gestionar esta recuperaci¨®n de la memoria hist¨®rica que representa la devoluci¨®n del, Guernica, de Picasso.
Tampoco es indiferente, en nuestra opini¨®n, el destino que se d¨¦ al cuadro.
Desde determinados sectores -algunos de ellos francamente insospechados- viene abog¨¢ndose ¨²ltimamente en favor de su instalaci¨®n en el Museo del Prado, de Madrid. Incluso en los ¨²ltimos meses parece existir el acuerdo t¨¢cito de dar el asunto por zanjado, bien por considerarlo ?deseable ?, bien por creerlo ?inevitable?. Es posible que, finalmente, el Guernica vaya al Prado. Pero debe quedar claro que ello se deber¨¢ no al peso de las razones aducidas, sino a una imposici¨®n m¨¢s del centralismo. Y para que, si as¨ª ocurre, no pueda decirse que ha sido con el asentimiento silencioso del pueblo vasco, urge una nueva llamada de atenci¨®n -e incluso una movilizaci¨®n- de la opini¨®n p¨²blica de Euskadi y de toda la opini¨®n progresista del pa¨ªs en torno al tema.
Quienes defiende n la opci¨®n del Prado argumentan que el Guernica pertenece a la sociedad espa?ola y que, por tanto, situ¨¢ndolo en la capital y junto a las m¨¢s importantes obras pict¨®ricas de la historia se realzar¨ªa su consideraci¨®n de patrimonio com¨²n de todos los espa?oles y su valor intr¨ªnseco como obra de arte. Adem¨¢s, se a?ade, situado en ese marco atraer¨ªa la atenci¨®n internacional m¨¢s que en cualquier otro.
La argumentaci¨®n s¨®lo ser¨ªa v¨¢lida si se dan por incuestionables toda una serie de premisas que son, justamente, las que ponen en cuesti¨®n el modelo no centralista de Estado con el que hoy se pretende sustituir al modelo inaugurado por C¨¢novas hace cien a?os. M¨¢s concretamente: la mentalidad que reflejan esas argumentaciones es incompatible con las autonom¨ªas.
Para empezar, Madrid no representa necesariamente m¨¢s que Guernica, ni para la sociedad espa?ola ni para la opini¨®n internacional, en relaci¨®n a la obra de Picasso. La instalaci¨®n del Guernica en el Prado no modificar¨ªa sustancialmente el inter¨¦s que ese museo ya representa a efectos de prestigio internacional. Tampoco tendr¨ªa una incidencia decisiva de cara a la econom¨ªa del pa¨ªs (en t¨¦rminos de incremento del inter¨¦s tur¨ªstico, etc¨¦tera).
Por el contrario, Guernica, la ciudad que desde hace siglos simboliza las libertades vascas, no s¨®lo ser¨ªa el lugar m¨¢s adecuado, desde el punto de vista de la relaci¨®n entre la obra de arte y el motivo que la inspir¨®, sino que podr¨ªa convertirse, con la presencia del cuadro, en el eje de un movimiento de renacimiento cultural de Euskadi (que es como decir de recuperaci¨®n de su identidad como pueblo).
Porque esa identidad se nos quiso arrebatar por la fuerza, tenemos doble derecho a exigir hoy su defensa. Y porque un Estado auton¨®mico no puede permanecer indiferente ante esa exigencia, tiene que poner todos los medios a su alcance para potenciar ese encuentro consigo mismo de uno de los pueblos que lo componen. La instalaci¨®n en la ciudad del ¨¢rbol sagrado de los vascos de la obra cumbre del arte contempor¨¢neo podr¨ªa servir de aglutinante para la creaci¨®n en tomo suyo de un centro cultural que fuera a su vez el eje sobre el que girar¨ªan toda una serie de actividades art¨ªsticas, de investigaci¨®n hist¨®rica y antropol¨®gica, encaminadas a potenciar ese reencuentro del vasco contempor¨¢neo con su identidad como pueblo.
Para que ese reencuentro no fuera s¨®lo el resultado de la propia afirmaci¨®n frente a los dem¨¢s, sino de la mirada hacia dentro de s¨ª mismo, y de la que no tendr¨ªan que ser excluidos los dem¨¢s. En un coloquio celebrado en el mismo Guernica con motivo del aniversario del bombardeo, el soci¨®logo Ignacio Ruiz de Olabuenaga dec¨ªa el a?o pasado que, ?siendo un pueblo violento, necesitamos m¨¢s cultura que los dem¨¢s para reprimir esa violencia?.
Un centro cultural de ese tipo, aglutinado en tomo al Guernica, constituir¨ªa un est¨ªmulo important¨ªsimo para la revitalizaci¨®n del arte y la cultura vascos. En ¨¦l encontrar¨ªa su marco m¨¢s adecuado, entre otras iniciativas posibles, un museo antropol¨®gico e hist¨®rico que conservase el patrimonio cultural -en sentido amplio- del pueblo vasco: desde las obras de arte hasta los utensilios de trabajo y m¨¢quinas que recogieran la historia de la industrializaci¨®n de Euskadi.
Desde un punto de vista econ¨®mico-social, la presencia del Guernica en la ciudad bombardeada podr¨ªa convertirse en un atractivo tur¨ªstico de primer orden. Ello supondr¨ªa a su vez la posibilidad de salvar del desastre ecol¨®gico la zona de la r¨ªa de Guernica, ¨²nica todav¨ªa no contaminada en todo el Pa¨ªs Vasco, pero sometida ya a la degradaci¨®n que supone su creciente industrializaci¨®n.
Euskadi debe estar presente en el proceso de recuperaci¨®n del cuadro
Quienes defienden la opci¨®n del Prado suelen recordar que el propio Picasso fue partidario de instalarlo all¨ª tras la recuperaci¨®n de las libertades democr¨¢ticas. Hay que comenzar por decir que eso es cierto: Picasso habl¨® varias veces del Prado como emplazamiento posible de su obra. Pero ser¨ªa totalmente deshonesto -y probablemente contradictorio con el pensamiento profundo del propio artista- olvidar las condiciones en que Picasso expres¨® -oralmente, pues no consta en el testamento escrito ninguna referencia al respecto- tal idea.
No hay que olvidar que el comunista Picasso, como muchos de nosotros, pensaba en unas condiciones de conquista de la libertad muy distintas a las que luego se han producido en la pr¨¢ctica. En 1937, Picasso era director del Museo del Prado, siendo director general de Bellas Artes el tambi¨¦n comunista Jos¨¦ Renau. Seg¨²n me ha transmitido este ¨²ltimo, ambos so?aban con un marco pol¨ªtico y social que permitiera romper con la concepci¨®n de los museos -y del arte- impuesta por los sectores reaccionarios. Que permitiera, por ejemplo, romper los muros entre arte ?cl¨¢sico? y arte ?moderno?.
El Guernica se incorporar¨ªa as¨ª, junto a otras muchas obras contempor¨¢neas, a un Museo del Prado que muy poco tendr¨ªa que ver, en su estructura interna, al Prado actual. El plan, que inclu¨ªa la perspectiva de ampliaci¨®n f¨ªsica del recinto, implicaba la desconcentraci¨®n del patrimonio art¨ªstico y la existencia de otras actividades que completasen y diesen sentido a la funci¨®n espec¨ªfica del museo.
El contexto es, evidentemente, muy distinto al esperado por Picasso. Por ello mismo, el significado del Guernica en el Prado actual nada tiene que ver con lo que su autor pensaba. Por el contrario, favorecer¨ªa la concepci¨®n muse¨ªstica -de concentraci¨®n y mausoleo- a que se opon¨ªa Picasso.
Euskadi, como los dem¨¢s pueblos del Estado espa?ol, tiene derecho a compartir el patrimonio art¨ªstico y cultural com¨²n. No admitirlo revelar¨ªa la escasa sinceridad de quienes, sin embargo, aseguran ser partidarios de un replanteamiento auton¨®mico de la estructura del Estado.
La opini¨®n de Carrillo es contraria a la del IX Congreso
Si antes he aludido a apoyos insospechados a la forma como UCD est¨¢ planteando la recuperaci¨®n del Guernica es porque en el ¨²ltimo n¨²mero de La Calle hay unas declaraciones de Santiago Carrillo que, como comunista que soy, me han llenado de consternaci¨®n. ?Me parece?, dice Carrillo, ?que querer adjudicarse el Guernica porque existe la ciudad que lo inspir¨®, o llevarlo a M¨¢laga porque en ella naci¨® Picasso y discutir por ello, es una pol¨¦mica un poco provinciana?.
Sin aspavientos, pero con firmeza, debo recordar a Carrillo que el II Congreso del Partido Comunista de Euskadi y, posteriormente, el IX Congreso del PC de Espa?a aprobaron sendas resoluciones reclamando la devoluci¨®n de la obra de Picasso y su instalaci¨®n en Guernica. Y quiero tambi¨¦n recordarle que las razones hist¨®ricas (bombardeo), morales (reparaci¨®n), art¨ªsticas (marco adecuado), socioculturales (aglutinante de un centro cultural de recuperaci¨®n de la identidad vasca) y econ¨®micas en que el pueblo de Euskadi basa su reclamaci¨®n no tienen nada de ?provinciano?.
Lo que pedimos es, como m¨ªnimo, que se nos permita exponerlas. Exigimos para ello una presencia directa del pueblo vasco en cuantas gestiones se lleven a cabo. Desde ahora mismo, y no a toro pasado.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Archivado En
- Bombardeo Guernica
- El Guernica
- Opini¨®n
- Cubismo
- Guernica y Lumo
- Guerra civil espa?ola
- Bombardeos
- Pablo Picasso
- Cuadros
- Franquismo
- Movimientos art¨ªsticos
- Arte siglo XX
- Ataques militares
- Pintura
- Bizkaia
- Acci¨®n militar
- Fascismo
- Pa¨ªs Vasco
- Artes pl¨¢sticas
- Historia arte
- Patrimonio cultural
- Dictadura
- Ultraderecha
- Historia contempor¨¢nea
- Comunidades aut¨®nomas