Los misiles norteamericanos en Europa dividen a la socialdemocracia alemana
A medida que se aproxima la conferencia de la OTAN, en la que habr¨¢ de decidirse si los pa¨ªses europeos de la Alianza aceptan o no la instalaci¨®n en ellos de nuevas armas de alcance intermedio, el Gobierno de la Rep¨²blica Federal de Alemania ve incrementarse en el pa¨ªs la resistencia contra este programa. Esta resistencia proviene, por diferentes perspectivas, de la derecha cristianodem¨®crata y de la izquierda del propio Partido Socialdem¨®crata. El Gobierno de Bonn, de otra parte, ha expresado su malestar ante Washington por unas declaraciones de Brzezinski, asesor de Seguridad de la Casa Blanca, en las que pide un aumento del presupuesto militar germano. Bonn considera la actitud norteamericana una injerencia en asuntos ajenos.
, Willy Brandt ha advertido, en unas declaraciones al Frankf¨²rter Rundschau, contra el peligro que conllevar¨ªa prestar o¨ªdos a los halcones dentro del aparato pol¨ªtico alem¨¢n. Aun sin citar nombres, la alusi¨®n parece ir dirigida especialmente no s¨®lo a la oposici¨®n conservadora, sino tambi¨¦n, y quiz¨¢ especialmente, al canciller, Helmut Schmidt, y a sus ministros de Exteriores, Genscher, y Defensa, Apel. Los tres se proponen llevar ultimado al congreso socialdem¨®crata de diciembre, a celebrar en Berl¨ªn, un plan por el que la RFA respalda al presidente Carter en su prop¨®sito de fabricar en cadena nuevas armas estrat¨¦gicas de mediano alcance y de establecerlas en los territorios de sus aliados europeos.Brandt y su segundo en el partido, Egon Bahr, son partidarios de que no se provoque a la izquierda del partido dando a conocer este plan con car¨¢cter definitivo en la asamblea socialdem¨®crata, que ya estar¨¢ suficientemente agitada con la discusi¨®n sobre la proliferaci¨®n de centrales nucleares. Gobierno y partido est¨¢n de acuerdo, desde luego, en que el estacionamiento de tales armas ser¨¢ inevitable si hasta 1987 la Uni¨®n Sovi¨¦tica no da un paso definitivo hacia el desmantelamiento de sus misiles de alcance medio. Pero los halcones a?aden a esta condici¨®n la de armarse previamente para luego negociar.
El ministro Apel y el secretario general socialdem¨®crata, Bahr, tampoco est¨¢n de acuerdo en un punto de partida estad¨ªstico: mientras que el primero, seg¨²n su libro blanco de este a?o, afirma que los sovi¨¦ticos superan a los occidentales desde mediados de los a?os sesenta en potencial nuclear de ataque de mediano alcance, Bahr sit¨²a este nivel a mediados de la pr¨®xima d¨¦cada si no se produce un frenazo.
A su vez, los detractores de la oferta de Brejnev en el sentido de retirar 20.000 soldados y mil tanques sovi¨¦ticos de la IDA, dicen que este prop¨®sito apenas encierra inter¨¦s: ya en 1958 Kruschev se comprometi¨® a replegar 4.900 hombres de los pa¨ªses aliados del Pacto de Varsovia, una oferta en puertas de la decisi¨®n de la OTAN sobre estacionamiento en suelo europeo de los primeros Pershings. La situaci¨®n actual parece muy similar en su contexto.
Presiones de Washington
El canciller Schmidt debe hacer frente tambi¨¦n a una cuesti¨®n de base sobre la que los democristianos parecen dispuestos a plantar batalla: el presupuesto militar. Estados Unidos presiona a Bonn, menos a Bruselas y La Haya, para que eleve su presupuesto de defensa ?efectivo? hasta un 3%, con el fin de que la RFA pueda hacer frente a un nuevo per¨ªodo de modernizaci¨®n de armamentos. Sin embargo, este incremento real en el presupuesto de defensa de 1980 se ha fijado en un 1,6% como m¨¢ximo.
Ello ha sido motivo para que el consejero del presidente Carter para cuestiones de Seguridad, Brzezinski, manifestase este fin de semana al jefe del Gobierno de Baja Sajonia, Albrecht, democristiano, que lamenta la poca generosidad del Gobierno federal en este punto. El comentario del consejero y la comunicaci¨®n a la prensa por Albrecht ha movido al canciller a declarar que los pol¨ªticos alemanes en la oposici¨®n, por muy jefes de Gobiernos regionales que sean, deber¨ªan abstenerse de actuar como ministros de Asuntos Exteriores de la federaci¨®n en sus viajes por otros pa¨ªses. La raz¨®n impl¨ªcita no apuntada por el canciller es el malestar creciente, dentro de la socialdemocracia, del intervencionismo norteamericano incluso en cuestiones de presupuesto interno alem¨¢n.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Archivado En
- Diplomacia
- RFA
- Guerra fr¨ªa
- Misiles
- Pol¨ªtica exterior
- OTAN
- Estados Unidos
- Alemania
- Relaciones internacionales
- Organizaciones internacionales
- Gobierno
- Historia contempor¨¢nea
- Conflictos pol¨ªticos
- Historia
- Armamento
- Relaciones exteriores
- Administraci¨®n Estado
- Partidos pol¨ªticos
- Defensa
- Pol¨ªtica
- Administraci¨®n p¨²blica