Los sectores tradicionales de la Iglesia, contra la apertura social del Papa

La apertura de Juan Pablo II en el terreno social empieza a no gustar a los elementos m¨¢s tradicionalistas de la curia romana. El parecer, no les basta la rigidez dogm¨¢tica y doctrinal del papa Wojtyla. La apoyan, pero desean que el Papa mantenga esta l¨ªnea en todos los campos sin excluir el sociopol¨ªtico. As¨ª lo ha hecho saber, con mucha diplomacia, el famoso fil¨®sofo-te¨®logo del Santo Oficio (ahora Congregaci¨®n para la doctrina de la Fe) autor del libro La trampa del compromiso hist¨®rico, y uno de los redactores an¨®nimos de la revista m¨¢s reaccionaria de Roma: S¨ª S¨ª, No No. Se trata del padre Cornelio Fabro, que desde hace cuarenta a?os, escribe en L?Osservatore Romano, ¨®rgano oficial del Vaticano. El famoso consultor del Santo Oficio, no ha atacado directamente al Papa, pero s¨ª indirectamente. Ha lanzado un ataque muy duro al salesiano Vincnezo Miano, secretario del Secretariado para el Di¨¢logo con los No Creyentes.Fabro critica duramente el di¨¢logo entre cat¨®licos y marxistas y afirma que la Iglesia se est¨¢ desmoronando: ?Estamos volviendo de lleno al anianismo?, afirma, y escribe que no puede haber un di¨¢logo entre cristianos y marxistas cuando ?en el interior mismo de la Iglesia circula el caos de la permisividad, favoreciendo la incredulidad y la inmoralidad?. Seg¨²n el exponente tradicionalista de la curia, no puede existir un di¨¢logo en una Iglesia donde ?se contestan el dogma y la moral?.

La ra¨ªz de este caos, seg¨²n el padre Fabro, es que la l¨ªnea del magisterio de la Iglesia fue interrumpida con las enc¨ªclicas Mater et Magistra, de Juan XXIII, y la Octogesima adveniens, de Pablo VI. Esta afirmaci¨®n es poco menos que una abierta acusaci¨®n de herej¨ªa a ambos pont¨ªfices, hecha nada menos que por un consultor del Santo Oficio. Es como una advertencia hecha a Juan Pablo II, ya que se trata precisamente de dos enc¨ªclicas que tratan, no de temas dogm¨¢ticos, sino sociales. Para el conocido tradicionalista, las aperturas en el campo social y pol¨ªtico en materia de di¨¢logo, sobre todo con los marxistas, no son menos peligrosas para la Iglesia y menos ?her¨¦ticas? que las aperturas en campo de dogma y de moral.

Al papa Wojtyla le se?ala indirectamente cuando ataca al Secretariado, creado por el Concilio, para el Di¨¢logo de los No Creyentes, que este di¨¢logo del que el Papa ha hablado en la ONU es ?peligroso?.

En una palabra, de Juan Pablo II, primer Papa polaco, el ala m¨¢s r¨ªgida de la curia no s¨®lo quiere un Papa ?r¨ªgido en la doctrina?, sino tambi¨¦n en Papa abiertamente anticomunista y tradicional.