Un narrador de historias
Profesionalmente firma como Sixto C¨¢mara y se pelea dial¨¦cticamente con la Encarna todas las semanas. Tambi¨¦n ha signado como Manolo V el Empecinado, y en sus sue?os heroicos se autodenomina Pepe Carvalho. En realidad se trata de una m¨¢quina de escribir perfectamente catalana, que escribe en castellano y a todas las bandas. Periodismo, ensayo, poes¨ªa y novela. Con Una educaci¨®n sentimental se coloc¨® de ?senior? en el banquete de los nueve novisimos, donde hizo colar de matute su est¨¦tica enmascarada para hacer creer que se descompromet¨ªa: en verdad enga?¨® al ant¨®logo Castellet y a sus ocho compa?eros satisfechos. La poes¨ªa era una de sus m¨¢scaras: como soci¨®logo, su Manifiesto subnormal era una aut¨¦ntica novela: la novela perdida de los que ahora tienen cuarenta a?os. Habla de comics, hace canciones y las dedica -Guillermotta en el pa¨ªs de las Guillerminas-, pero queda mejor recopilando canciones de posguerra, g¨¦neros ¨ªnfimos que ennoblece su furia te?ida de escepticismo, estudiando las multinacionales o la censura en los largos a?os del franquismo. Lo que le gusta es comer, y la gastronom¨ªa es su viol¨ªn de Ingres. As¨ª, y de esta manera, por mucho que trabaje, jam¨¢s adelgazar¨¢. Y adem¨¢s, por aquello de que se sigue un r¨¦gimen, ya se sabe que adelgazar es fascista. Suya es tamb¨ª¨¦n aquella frase parad¨®jica que dice: ?Contra Franco viv¨ªamos mejor?.Su mejor definici¨®n la dio ¨¦l rrusmo: un esc¨¦ptico activo. Un activista de la pluma. Como narrador comenz¨® con aquella Recordando a Dard¨¦, donde hac¨ªa ciencia-ficci¨®n, sociolog¨ªa y pol¨ªtica. Nunca deja de hacer pol¨ªtica ni aun cuando come. Al final, Pepe Carvalho, ese detective catal¨¢n de origen gallego que naci¨® en Yo mat¨¦ a Kennedy, pasar¨¢ por Tatuaje ya dej¨® de ser guardaespaldas- con oficina en Barcelona y recetas de la coc¨ªna del principado y mucho sofrito para desembocar en La soledad del manager, donde el asesino son al final las multinacionales. Por lo dem¨¢s, un narrador nato (?un narrador de historias?, hubiera dicho T. S. Ellot) repleto de sorpresas, que cuenta sin parar en el periodismo, en sus poemas, en sus ensayos y en sus novelas, a chorro abierto.
La de Manuel V¨¢zquez Montalb¨¢n es, en fin, la biograf¨ªa de un creador que a fuerza de estar en todos los g¨¦neros no ha perdido en ninguno de ellos la frescura de quien cree en lo que hace, a pesar de que lo que haga sea a veces cumplir el deber con la pluma.
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