Los Reyes de Espa?a concluyeron su visita oficial a Suecia
Los Reyes de Espa?a, don Juan Carlos y do?a Sof¨ªa, terminaron ayer en la ciudad de Gotemburgo su visita oficial a Suecia de tres d¨ªas de duraci¨®n y con la que los monarcas espa?oles han iniciado una nueva etapa de las relaciones pol¨ªticas y diplom¨¢ticas hispano-suecas. Los Reyes de Espa?a, que regresaron a Madrid en la tarde de ayer, visitaron en Gotemburgo el estanque de ensayos navales y almorzaron en el palacio de la Bolsa.
El viaje por tierras suecas de los Reyes de Espa?a ha despertado en estas latitudes m¨¢s inter¨¦s del que se esperaba. El escepticismo imperante en los partidos de la izquierda de este pa¨ªs frente al nivel actual de la democracia espa?ola ha facilitado la politizaci¨®n por parte de los medios de comunicaci¨®n suecos de un viaje que intentaba desarrollarse en los niveles del Estado, y que ha servido para romper el hielo, al menos oficialmente, en las relaciones hispano-suecas. Los resultados de la visita, como afirm¨® el ministro de Asuntos Exteriores, Marcelino Oreja, habr¨¢ que recogerlos dentro de unos meses. Ahora, en un primer balance del viaje real, se puede afirmar que los suecos, con retraso, han empezado a revisar su actitud pol¨ªtica frente a Espa?a.La informaci¨®n de los diarios de Estocolmo
Los diarios de Estocolmo de los tres ¨²ltimos d¨ªas no dieron mucha informaci¨®n sobre el contenido de la visita que, en algunos casos, entremezclaron con informaciones y comentarios sobre el terrorismo de, ETA y con lo que calificaban como tensa expectaci¨®n en los medios militares espa?oles. Los an¨¢lisis sobre la implantaci¨®n en Espa?a de las libertades pol¨ªticas y de los derechos humanos, la existencia de una nueva Constituci¨®n en nuestro pa¨ªs y la pr¨¢ctica de elecciones libres brillaron por su ausencia. La embajada de Espa?a en Bruselas pago una llamativa publicidad en los diarios m¨¢s cr¨ªticos a Espa?a, en la que se pod¨ªa leer algo as¨ª como: ?En Espa?a han cambiado mucho las cosas en los ¨²ltimos meses?.
A nivel oficial, la visita de los Reyes ha supuesto el reconocimiento formal de la democracia espa?ola en la persona del Rey don Juan Carlos, y as¨ª lo comentaron a los informadores espa?oles los l¨ªderes de los partidos pol¨ªticos -liberal, centrista y conservador- que ganaron las ¨²ltimas elecciones, y que participan en el Gobierno actual sueco bajo la ¨¦gida del centrista Faldin. Como contraste informativo, hay que se?alar en esta cr¨®nica que la actitud de las autoridades suecas frente a los enviados especiales de los medios de comunicaci¨®n espa?oles que realizaron la cobertura informativa del viaje real fue ben¨¦vola en su ¨²ltimo d¨ªa, gracias a la intervenci¨®n del propio don Juan Carlos, quien coment¨® al ministro de Asuntos Exteriores, Ola Ullsten, las quejas de los informadores hispanos, que s¨®lo recibieron obst¨¢culos para desempe?ar libremente su trabajo, y en especial, en lo que se refiere a los reporteros gr¨¢ficos, que sufrieron la inclemencia de una pesada burocracia y de una polic¨ªa, en algunos casos, excesivamente r¨ªgida.
En la ¨²ltima jornada de la visita oficial, los Reyes de Espa?a, acompa?ados de los monarcas suecos, se trasladaron a la ciudad de Gotemburgo, donde visitaron un centro de ensayos navales en el que don Juan Carlos y el rey Carlos Gustavo pilotaron personalmente el m¨®dulo de pruebas n¨¢utico. Al t¨¦rmino de las pruebas, los reyes se desplazaron en autom¨®vil al centro de Gotemburgo, para asistir a un almuerzo que en su honor ofrecieron las autoridades de la ciudad en el palacio de la Bolsa.
Pancartas y gritos republicanos en la plaza de la Bolsa
Unas quinientas personas esperaban la llegada de la comitiva real en la plaza de la Bolsa, frente a la escalinata de la entrada. En el centro de la esplanada ondeaban tres pancartas rojas y dos banderas republicanas. En las pancartas, una en sueco y dos en espa?ol, se pod¨ªa leer: ?Espa?a, ma?ana, ser¨¢ republicana? y ?Libertad para los presos pol¨ªticos?. A la llegada de la comitiva comenzaron los gritos en favor de la rep¨²blica, animados por seis espa?oles y numerosos suecos y entre los que se entremezclaron t¨ªmidos aplausos de un sector del p¨²blico. Los monarcas don Juan Carlos y Carlos Gustavo descendieron del autom¨®vil -el soberano sueco reflejaba un rostro de contrariedad, mientras que don Juan Carlos sonre¨ªa- y comenzaron a subir las escaleras del edificio de la Bolsa, de espaldas a las personas reunidas en la plaza. Al llegar al umbral de la puerta, don Juan Carlos se volvi¨® hacia el p¨²blico y, sonriente, llev¨® el ¨ªndice de su mano derecha a la sien, como diciendo que las protestas eran una locura e, inmediatamente salud¨® con la mano. La reina Sof¨ªa tambi¨¦n salud¨® sonriente con la mano y la comitiva entr¨® en el edificio.
En este momento las protestas se convirtieron en insultos. Esta situaci¨®n se reprodujo a la salida del cortejo, esta vez entremezclados los insultos con gritos de ? ?Viva los Reyes! ?, en espa?ol. Los organizadores de la protesta difundieron un escrito en el que piden, la libertad de una quincena de presos espa?oles, que califican de pol¨ªticos y de militantes del Partido Comunista, rama marxista-leninista (PCE-ml), y que est¨¢n acusados de actividades terroristas. Los monarcas espa?oles concluyeron su estancia en Suecia en el aeropuerto de Gotemburgo, donde fueron despedidos por los reyes Carlos Gustavo y Silvia. Una vez en vuelo, y antes de abandonar el espacio a¨¦reo sueco, los reyes enviaron por radio un mensaje de agradecimiento a los monarcas suecos por el resultado de la visita.
Simulacro de cobertura a¨¦rea
M¨¢s tarde, y una vez que el DC-8 volaba en territorio espa?ol, don Juan Carlos pidi¨® que se llamara a la escuadrilla de alerta espa?ola de la base de Torrej¨®n, para probar una maniobra de cobertura de emergencia. En once minutos y medio, dos aviones de combate, tipo Phantom, con todo su armamento, estaban situados bajo la panza del avi¨®n real, al que dieron escolta hasta poco antes de su llegada a Barajas. En la terminal de autoridades del aeropuerto madrile?o, los Reyes fueron recibidos por el presidente del Gobierno, Adolfo Su¨¢rez, y miembros del Gobierno y alcalde de la ciudad, y posteriormente se trasladaron al palacio de La Zarzuela en helic¨®ptero.
El presidente del Gobierno fue recibido anoche en audiencia por el Rey, tras el regreso del monarca a Madrid.
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