Xavier Grau

Un principio de temporada tan fuerte ofrece entre sus muchas ventajas y contInuas invitaciones s¨®lo un inconveniente rese?able: el de que algunas muestras individuales de gran inter¨¦s no van a disfrutar de la atenci¨®n que merecen y que otro momento menos agitado seguramente les habr¨ªa proporcionado.Tal es el caso de la de Xavier Grau. Trat¨¢ndose de su primera muestra individual deja claro que estamos ante un pintor en pleno dominio de sus recursos. En relaci¨®n a su obra anterior da la impresi¨®n de que en alg¨²n momento de su trayectoria se ha abierto una ventana de aire que ha puesto todo en movimiento. Nada de violencias o borrascas; tan s¨®lo una suave brisa haciendo vibrar pincel, color y dibujo. Como bien se?ala al introducirlo su compa?ero de oficio y antiguas cruzadas Jos¨¦ Manuel Broto, esto no es sino el producto de ?un cambio decisivo en la actitud del pintor?.

De aqu¨ª su verdadero alcance, pues, a pesar de ser su primera muestra individual, Grau no es un desconocido. Miembro de lo que, por extensi¨®n del nombre de la revista, se ha venido conociendo como grupo Trama, durante los ¨²ltimos cinco a?os ha participado de manera destacada en numerosas, pol¨¦micas y militantes exposiciones colectivas, defendiendo siempre los postulados de la abstracci¨®n m¨¢s radical, en apariencia, sobre la que tanta tinta se virtiera en pasadas temporadas. Sin embargo, el salto adelante en su obra ha sido posible, at parecer, gracias, entre otras cosas, a un decidido recoger velas en el campo de la teor¨ªa. Sus resultados no s¨®lo son as¨ª m¨¢s libres y frescos, sino que, llevando su atrevimiento hasta el extremo, como se?ala Broto, de trabajar sus cuadros ?a la manera cl¨¢sica?, act¨²a directamente contra todas las normas que hasta ahora hab¨ªa defendido: frontalidad, all over...

Moraleja: cuando alguien entra en un callej¨®n sin salidano siempre es mejor, como ha sostenido recientemente un cr¨ªtico quiz¨¢ demasiado empachado de telefilmes, elevarse sobre ¨¦l y superar a saltos los obst¨¢culos. A veces, sobre todo cuando nadie nos persigue, dar media vuelta, encender un cigarrillo y salir por donde se ha entrado resulta m¨¢s c¨®moda y, sobre todo, m¨¢s limpio.