Hubert Matos niega su participaci¨®n en una conjura contra Castro
El m¨¢s c¨¦lebre de los prisioneros pol¨ªticos cubanos, Hubert Matos, liberado el 21 de octubre pasado, una vez cumplida su condena, neg¨® en sus primeras declaraciones p¨²blicas haber intentado una rebeli¨®n armada contra el r¨¦gimen de Fidel Castro en 1959, acusaci¨®n por la que fue condenado a veinte a?os de c¨¢rcel.
Algo cansado, pero en perfecto estado de salud, Matos, ex compa?ero de armas del presidente Castro, declar¨®, en una rueda de prensa celebrada en la noche del martes al mi¨¦rcoles en San Jos¨¦ de Costa Rica, que en 1959 s¨®lo renunci¨® a su puesto militar en una carta escrita a Fidel Castro por ?discrepar con la evoluci¨®n del proceso revolucionario?.Su dimisi¨®n, a?adi¨®, sirvi¨® de pretexto al jefe del Estado cubano para movilizar tropas y pedir al pueblo que se defendiera contra un presunto levantamiento. Detenido por el comandante Camilo Cienfuegos, Matos fue juzgado por un tribunal popular y condenado a veinte a?os de reclusi¨®n, condena que cumpli¨® ¨ªntegramente.
Matos -que tiene hoy d¨ªa 61 a?os- narr¨® tambi¨¦n su vida carcelaria, que calific¨® de ?dif¨ªcil?, aunque reconoci¨® que no hab¨ªa sido torturado excepto en mayo de 1973, cuando, a causa de una paliza, sufri¨® una rotura de costillas y su brazo izquierdo qued¨® atrofiado.
Dos veces, en 1967 y 1969, Matos llev¨® a cabo dos huelgas de hambre, que le colocaron al borde de la muerte. ?O respetan mis derechos o me echan a la fosa?, dijo en ambas ocasiones el ex comandante de la provincia cubana de Camag¨¹ey a los funcionarios de prisiones.
Matos padeci¨® las ¨²ltimas presiones cuatro d¨ªas antes de ser excarcelado, el 17 de octubre, cuando agentes de la polic¨ªa pol¨ªtica intentaron chantajearle para conseguir su silencio tras su liberaci¨®n. Su negativa le vali¨® tambi¨¦n algunos golpes.
Lo que m¨¢s a?or¨® Matos en prisi¨®n no fue su familia, sino la ?libertad?. ?Vivir en Cuba y que nos negaran a Cuba. Saber que est¨¢bamos en tierra cubana y que se nos negara la patria. No tener una ventanita para mirar una palma.?
Interrogado sobre sus intenciones futuras, Matos rechaz¨® toda posibilidad de di¨¢logo con las autoridades de La Habana, a la vez que descart¨® convertirse en el m¨¢ximo l¨ªder de la colonia cubana en el exilio. ?No conozco el exilio, afirm¨®, pero considero que, al igual que en la c¨¢rcel, cumplir¨¦ con mi deber.?
Enfatiz¨®, a rengl¨®n seguido, la necesidad de que los restantes presos pol¨ªticos sean liberados. ?El problema?, subray¨®, ?no es el caso Matos. El problema es que mientras haya un preso pol¨ªtico hay que rescatarlo de las rejas comunistas, de las rejas castristas?.
Hubert Matos concluy¨® su intervenci¨®n criticando severamente las negociaciones en pro de la libertad de presos pol¨ªticos que ha venido realizando el ?comit¨¦ de los 75?, de la colonia cubana.
Considera tales negociaciones como ?una farsa? y ?una componenda del se?or Fidel Castro con personas que no representan a la colonia cubana?.
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