Galicia ante el Estatuto
Portavoz de Coalici¨®n Democr¨¢tica
Galicia (mi amada Galicia) es una de las regiones m¨¢s caracter¨ªsticas de toda Espa?a. Con Canarias, es la ¨²nica que figura un¨¢nimemente bien descrita, con los mismos l¨ªmites, en todos los estudios sobre regionalizaci¨®n de nuestra naci¨®n; l¨ªmites trazados por la geograf¨ªa, por la historia y por la influencia de la lengua vern¨¢cula (que incluso los desborda un poco). Finisterre de Espa?a y punta de Europa, entre el Cant¨¢brico y el Atl¨¢ntico, al Noroeste; Portugal, al Sur; y lindando por tierra con Asturias y el antiguo reino de Le¨®n, tiene unas caracter¨ªsticas bien definidas en la poblaci¨®n, en sus modos peculiares de asentamiento (pegado al terru?o), en las formas de vida, en las estructuras econ¨®micas y culturales.
Siendo muy Galicia, es totalmente espa?ola, y con vocaci¨®n universal. Hay gallegos, y colonias de gallegos, y centros gallegos, en todas las grandes ciudades espa?olas (Madrid, Barcelona, Valencia, Bilbao, Zaragoza, etc¨¦tera) y en muchas medianas y peque?as; como las hay en Buenos Aires, Caracas o La Habana, o en Londres, Par¨ªs, D¨¹sseldorf`. El gallego es viajero y emprendedor; se le encuentra en la milicia, en la diplomacia, en el profesorado, en la Guardia Civil; est¨¢ dedicado al comercio o al transporte, o a lo que sea, por todas partes.
Galicia es por ello consciente de dos cosas: la primera, que necesita potenciar su voz, en los asuntos nacionales, por la doble v¨ªa de una fuerte presencia en los partidos de ¨¢mbito nacional, y tambi¨¦n de una autonom¨ªa que le permita resolver de modo m¨¢s directo sus asuntos propios. La segunda, que su soluci¨®n no est¨¢ en separarse o distanciarse de las dem¨¢s regiones espa?olas (donde tambi¨¦n vive y trabaja), ni que en ellas puedan establecerse sistemas discriminatorios, ni que el Estado espa?ol (que ha de protegerle en el extranjero, y defender all¨ª sus caladeros y otros intereses) se debilite.
Esta es la verdadera actitud de la mayor¨ªa de los gallegos, que ven con escepticismo otros planteamientos de la autonom¨ªa, y con preocupaci¨®n los desarrollos posibles, de muy diferente sentido, en otras regiones m¨¢s ricas y de inmigraci¨®n.
Estas tendencias b¨¢sicas (aunque podr¨ªan reforzarse y aclararse a¨²n m¨¢s) son las que de alg¨²n modo caracterizan el proyecto de Estatuto gallego. As¨ª, en el art¨ªculo 3?, en el que, para atribuir la condici¨®n de gallego, se tiene en cuenta el jus sanguinis (ser hijo de padre o madre gallegos), que no se pierde, salvo adquisici¨®n de vecindad en otra parte del territorio. As¨ª, en el art¨ªculo 4?, n¨²mero 3, que establece como principio rector de la pol¨ªtica social y econ¨®mica de Galicia ?el derecho de los gallegos a vivir y trabajar en su propia tierra?.
As¨ª, especialmente, en el art¨ªculo 7?, que dice que ?las comunidades gallegas asentadas fuera de Galicia y sus asociaciones y centros sociales tendr¨¢n el reconocimiento de su galleguidad de origen?. Pienso que soy el gallego que ha visitado m¨¢s de estos centros por el ancho mundo, y me parece una acertada referencia a sus m¨¦ritos sociales y culturales. As¨ª tambi¨¦n en la opinable y dif¨ªcil de articular disposici¨®n sexta del art¨ªculo 11, seg¨²n la cual ?el Parlamento, mediante ley, podr¨¢ establecer una representaci¨®n especial de los gallegos residentes en el extranjero?. Se pide igualmente que la comunidad aut¨®noma de Galicia est¨¦ representada en las delegaciones negociadoras de convenios de emigraci¨®n (art¨ªculo 30, n¨²mero 6) y culturales con los ?pa¨ªses de habla gallego-portuguesa, en las materias de lengua y cultura afines? (art¨ªculo 30, n¨²mero 7). Finalmente, la disposici¨®n adicional dice que ?se podr¨¢ incorporar a la comunidad aut¨®noma gallega cualquier territorio lim¨ªtrofe de caracter¨ªsticas hist¨®ricas, geogr¨¢ficas, econ¨®micas, culturales o ling¨¹¨ªsticas semejantes? (de acuerdo con el art¨ªculo 141.1 de la Constituci¨®n).
Galicia pide, en el Estatuto, no ser discriminada en favor de otras zonas; en su art¨ªculo 29 se establece que los gallegos ?gozar¨¢n, para las inversiones que pretendan realizar en el territorio de Galicia, del tratamiento jur¨ªdico que el Estado otorgue a las zonas de r¨¦gimen fiscal beneficiado?. Consciente igualmente de su situaci¨®n actual de subdesarrollo, en relaci¨®n con otras regiones (a cuya riqueza ha contribuido el trabajo de los gallegos), Galicia no s¨®lo aspira a que se le cedan ciertos impuestos recaudados en su propio territorio (art¨ªculo 46), sino que reclama cuotas sobre la recaudaci¨®n de otros, a nivel nacional (art¨ªculos 47 y 48). Tema este fundamental, sobre todo despu¨¦s de las recientes y clarificadoras declaraciones de Jordi Pujol a la agencia Efe, en el sentido de que se quiere interpretar de modo restrictivo (por parte de los nacionalistas catalanes) el principio constitucional de solidaridad entre las regiones; interpretaci¨®n que en modo alguno pueden aceptar las regiones menos favorecidas, como Galicia o Catalu?a.
Sentado esto, las disposiciones org¨¢nicas del Estatuto est¨¢n todav¨ªa necesitadas de revisi¨®n y mejor redacci¨®n, y de llenar diversas lagunas, como lo han revelado las primeras reuniones de la ponencia constitucional; siendo de esperar que los miembros de la delegaci¨®n parlamentaria gallega se presenten m¨¢s conjuntados en la segunda fase de los trabajos de lo que por ahora han mostrado en la primera lectura.
No es este el momento de repasar los motivos de desacuerdo que he tenido la honra de presentar, en nombre del Grupo parlamentario de Coalici¨®n Democr¨¢tica. Son bien conocidos, y tienden simplemente a mejorar el Estatuto en las direcciones apuntadas: organizar bien la regi¨®n gallega, para su mejor coordinaci¨®n interna, y para una mejor cooperaci¨®n y solidaridad con las dem¨¢s regiones.
Hace a?os que tuve ocasi¨®n de prologar la obra capital de Villaamil sobre el antiguo reino de Galicia, el estudio m¨¢s completo de lo que fue el Estatuto hist¨®rico gallego a lo largo de tres siglos. Creo que las ideas b¨¢sicas siguen siendo v¨¢lidas: una Galicia m¨¢s unida, administrada m¨¢s de cerca, y totalmente integrada en una Espa?a grande.
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