Sigue sin identificarse el ganador del Premio Heliodoro
El rostro oculto de Bastida, o "el misterio de los curr¨ªculos"
Cuando han pasado veinticuatro horas desde la concesi¨®n del premio mejor dotado econ¨®micamente de los que se conceden en los pa¨ªses de habla espa?ola, el ganador, Claudio Bastida, contin¨²a siendo una figura misteriosa. La prensa est¨¢ detr¨¢s de las declaraciones del millonario escritor. ?El misterio se resolver¨¢ a su debido momento?, dijo a EL PA?S ayer, Antonio Fern¨¢ndez, Heliodoro. Y como un misterio cl¨¢sico se ha enfocado la historia.
?La clave de todo?, ha dicho varias veces Heliodoro ?est¨¢ en el curriculum?. Por primera vez, un premio literario se planteaba como un enigma, por capricho de ese caballero, millonario y algo exc¨¦ntrico, al que no cuesta mucho imaginar sonriente, en las sombras, esperando al Sherlock Holmes capaz de encontrar las muchas respuestas que merec¨ªa la ¨²nica pregunta planteada. ?C¨®mo ayudar a Antonio Fern¨¢ndez, Heliodoro, y c¨®mo, adem¨¢s, divertirse instruyendo? Pregunta que s¨®lo se resolver¨ªa, naturalmente, encontrando las pistas justas para las otras cuestiones propuestas el d¨ªa del fallo: ?Qui¨¦n es el jurado? ?Qui¨¦n es el mecenas? Y tambi¨¦n: ?Existen o no esos diez millones y d¨®nde? Pronto se a?adir¨ªa otro enigma m¨¢s, que uno pensaba, daba a la clave verdadera: ?Qui¨¦n es Bastida?Feliciano Fidalgo, corresponsal de EL PA?S en Par¨ªs, fue recibido en el n¨²mero 38 de la calle de Taine, en casa del se?or Jean Garc¨ªa -¨²nica direcci¨®n conocida de Claudio Bastida-, por Mar¨ªa Fortunata Prieto Barral, una mujer relacionada con el mundo de las artes y que es colaboradora desde Par¨ªs del diario Abc y de la agencia Efe. La casa de Jean Garc¨ªa sol¨ªa ser visitada por muchos espa?oles, claro, pero ni el se?or Garc¨ªa (?) ni el se?or Bastida estaban a mano. Este ¨²ltimo pod¨ªa estar en Estados Unidos, porque es muy viajero, y deja esa direcci¨®n casi siempre, para la correspondencia. Aunque ¨¦l vive en Par¨ªs desde 1960, no tiene casa fija...
Tambi¨¦n esa fue la direcci¨®n de Bastida en el Premio Adonais, del que efectivamente qued¨® finalista el a?o pasado con Descripci¨®n de Grecia. Por escrito -seg¨²n confirm¨® a EL PA?S su director, Luis Jim¨¦nez Martos- mantuvo la relaci¨®n autor-editor con Rialp; y siempre desde Par¨ªs, salvo cuando hab¨ªa que corregir las pruebas de imprenta: entonces, extra?amente, Claudio Bastida pide al editor le env¨ªe las galeradas a su amigo Antonio Fem¨¢ndez Molina, a Zaragoza... Esta es la primera vez que el segundo Antonio Fern¨¢ndez, pintor, novelista y poeta, m¨¢s conocido como A. F. Molina, hace su aparici¨®n, si no fuera porque en el dossier aparece ya un libro de Claudio Bastida sobre A. F. Molina.
Nadie ha visto hasta ahora la cara de Bastida: hu¨¦rfano desde la primera infancia -m¨¢s o menos como Antonio Fern¨¢ndez Molina-, ha sufrido reveses de fortuna casi constantes -m¨¢s o menos, como Antonio Fern¨¢ndez a secas-, y juntos forman un tr¨ªo unido por el arte y la escritura. Bastida escribe, desde hace pocos a?os -en realidad, uno y medio, me confirma Ana Mar¨ªa Navales, compa?era suya en la final de Adonais, que se cartea con ¨¦l y que al que de verdad conoce es a Antonio Fern¨¢ndez Molina-, desde que fue entrevistado por, adiv¨ªnenlo, Antonio Fern¨¢ndez Molina, para la revista Letras del Sur. Ah¨ª aparecen las ¨²nicas fotos que se conocen del supuesto Bastida, una de ellas con Rafael Alberti, al parecer. A otro de la generaci¨®n del veintisiete se refieren dos versos comentados por Bastida en un art¨ªculo de Insula: se cuenta un encuentro entre el nuevo Heliodoro y nada menos que Luis Cernuda, en M¨¦xico, y estas l¨ªneas que el poeta recitaba: ?Ahondar en la entra?a tal disparo suicida/hasta llegar al fondo del hecho consumado. ?
?Una pista regalo? Tal vez. La que aparece confesadamente como verdadera -en el curriculum de Antonio Fern¨¢ndez, el primero- es una frase destacada sobre el personaje Maximiliano, h¨¦roe de la novela que escribe Antonio Fern¨¢ndez desde la convocatoria de este premio, y que ha descubierto ?el c¨®digo del ordenador de los megalitos, una l¨®gica binaria y ternaria basada en los n¨²meros y sus valores fon¨¦ticos, que permite no s¨®lo recuperar la lengua universal de Babel, sino descifrar los misteriosos y oscuros textos b¨ªblicos, as¨ª como..., escrituras hasta hoy indescifrables?. Que dos y tres personas est¨¢n en el ajo est¨¢ claro. Que el parecido y confusi¨®n de nombres entre Antonio Fern¨¢ndez y A. F. Molina es sugestivo para cualquier amante de lo oculto, tambi¨¦n. Que el editor est¨¢ interesado por estos temas, es evidente: ¨¦l mismo confes¨® a EL PA?S, por una parte, que A. F. Molina le ilustr¨® un Tarot, entre otras cosas...
Y por fin hay un tercer personaje, Manuel Garc¨ªa Vi?¨®, autor de la selecci¨®n y amigo de ambos antonios, ligado al arte y a la literatura..., el es, quiera o no, el tercero en n¨²mero, en este babel confuso y divertido, descaradamente dad¨¢, en que se ha convertido el Premio Heliodoro. Porque respecto a Claudio Bastida no me extra?ar¨ªa encontrarme ante un nuevo Joseph Torres Campanals, tan confuso y divertido como aqu¨¦l. Por cierto, Antonio Fern¨¢ndez editar¨¢ de nuevo el maravilloso invento de Max Aub, ilustrado por... ?Pero no lo adivinan? Pues por Antonio Fern¨¢ndez Molina.
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