Mud¨® "Mamie" Eisenhower, una esposa a la sombra del presidente
Mamie Eisenhower, la viuda de Ike, el presidente que represent¨® una ¨¦poca de Estados Unidos ya perdida en la historia, muri¨® en la madrugada de ayer, sola, mientras dorm¨ªa, en un hospital de Washington, seg¨²n informa Efe. La se?ora Eisenhower -de soltera Genoveva Doud- falleci¨® en su sue?o, de un paro card¨ªaco, en la misma cama donde permanec¨ªa hospitalizada desde que el pasado 25 de septiembre sufri¨® una trombosis.
Mamie, modelo de mujer y esposa en los Estados Unidos de los a?os cincuenta, siempre a la sombra de su famoso marido, muri¨® precisamente en la misma habitaci¨®n del mismo hospital donde hace diez a?os falleci¨® Ike. Dentro de una semana, la ex primera dama, como dec¨ªan entonces los norteamericanos, habr¨ªa cumplido los 83 a?os de edad.Desde la muerte del ex presidente, explican sus amigos, Mamie se encontraba sola, con frecuencia aburrida, aquejada de diversas enfermedades, que apenas le permit¨ªan salir de su granja de Getisburg, en Pensilvania.
Naci¨® en lowa, creci¨® en Denver (Colorado), donde de joven fue considerada una de las chicas m¨¢s guapas de la buena sociedad, mientras recib¨ªa una educaci¨®n propia de las j¨®venes bien -su padre era un gran hombre de negocios- de su ¨¦poca: labores, piano y cultura general.
Pero Mamie se cas¨® con un modesto teniente, Dwight David Eisenhower, tuvo dos hijos varones -uno de ellos muri¨® en la infancia- y emprendi¨® la vida propia de mujer de un militar de carrera: de puesto en puesto, de casa en casa, a menudo haciendo las mudanzas sola y dando a luz mientras su marido se encontraba trabajando en otra ciudad.
En una de sus m¨¢s recientes entrevistas, Mamie record¨® que un mes despu¨¦s de casarse, Ike hizo las maletas y, al despedirse de ella, le dijo que no sab¨ªa cu¨¢ndo podr¨ªa volver. ?Al verme llorar me estrech¨® en sus brazos y me anunci¨®: "Mamie, debes comprender algo. Mi pa¨ªs es siempre lo primero y siempre lo ser¨¢. T¨² tendr¨¢s el segundo lugar. ?
La se?ora Eisenhower siempre se conform¨® con el segundo puesto desde entonces. ?No entiendo lo de la liberaci¨®n de la mujer, no s¨¦ de qu¨¦ quieren ser liberadas?, coment¨® hace poco. Con sus guantes blancos, sus trajes y sus sombreros, que compraba en las rebajas, Mamie fue la perfecta y admirada esposa del general, comandante en jefe de la invasi¨®n aliada de Europa y presidente de Estados Unidos entre 1952 y 1960.
Los rumores -confirmados en los ¨²ltimos a?os- de que su marido mantuvo un idilio con una teniente inglesa durante la guerra y pidi¨® permiso a sus superiores -que le fue negado- para divorciarse, jam¨¢s fueron tenidos en cuenta por Mamie.
En la Casa Blanca, la se?ora Eisenhower fue s¨®lo esposa, y nunca se interes¨® por la pol¨ªtica, ni llev¨® a cabo actividades por causas sociales. Despleg¨® todos sus conocimientos de buena ama de casa para lograr que la residencia presidencial funcionara a la perfecci¨®n. Tambi¨¦n se dedic¨® a renovar su vivienda de Getisburg, para fijar en ella su hogar cuando llegara la hora del retiro.
Nunca se levantaba de la cama antes del mediod¨ªa y todas las tardes se reservaba varias horas para jugar con sus amigas una partida de bridge. A pesar de esta vida, o precisamente por ello, se convirti¨® en la mujer m¨¢s popular de los a?os cincuenta en Estados Unidos, y nunca perdi¨® el cari?o de sus compatriotas.
Ike Eisenhower muri¨® en 1969, a la edad de 79 a?os. Desde esta fecha, su viuda se convirti¨® en la gran dama del Partido Republicano, especialmente cuando su nieto mayor, David, contrajo matrimonio con Julie Nixon, la hija menor del presidente Nixon, y Mamie fue hu¨¦sped de la Casa Blanca en, muchas ocasiones. La se?ora Eisenhower deja un hijo, John -coronel retirado-, cuatro nietos, una biznieta -la ni?a de David y Julie- y un recuerdo en los Estados Unidos nost¨¢lgicos de otra era.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.