Conferencia del profesor Tugenhat sobre las paradojas de la moral
Prosigue en Madrid el seminario sobre Etica
En la Universidad Nacional de Educaci¨®n a Distancia continu¨® el pasado martes el seminario sobre ¨¦tica, con una conferencia del profesor Ernst Tugenhat, catedr¨¢tico de la Universidad Libre de Berl¨ªn y colaborador del Instituto Max Planck, de Munich, sobre La pretensi¨®n absoluta de la moral y experiencia hist¨®rica. Present¨® al conferenciante el profesor Emilio Lled¨®.
El profesor Tugenhat comenz¨® su exposici¨®n se?alando la paradoja que entra?a el concepto de la moral. Por un lado, existe una experiencia emp¨ªrica de la moral con la posibilidad de su aprendizaje y un desarrollo individual y social. De otra parte, una proposici¨®n moral es normativa, tiene un valor incondicionado que no nos remite a la experiencia emp¨ªrica. Por consiguiente, esta ¨¦tica normativa tiene una legitimaci¨®n objetiva en s¨ª misma y no necesita ning¨²n fundamento inductivo o emp¨ªrico. As¨ª, pues, la pretensi¨®n absoluta de la moral, se?al¨® el profesor Tugenhat, entra en conflicto con la experiencia emp¨ªrica de la moral. Es indudable que la experiencia hist¨®rica de la moral lleva al relativismo, a desenmascarar la moral misma, convirti¨¦ndose los valores absolutos de la moral en relativos y provisionales: ?las ideas de bien y de mal han cambiado tanto, de pueblo a pueblo, de siglo a siglo, que no pocas veces se contradicen abiertamente?, dijo Engels.El conferenciante trat¨® de conciliar la moral sistem¨¢tica a priori y la emp¨ªrica hist¨®rica. Mediante un an¨¢lisis sem¨¢ntico de la relaci¨®n entre las tres primeras personas del singular nos se?ala que la tercera persona puede llegar a integrarse como primera persona. De esta forma, mi convicci¨®n moral se objetiva para todos. As¨ª, el relativismo moral cae por su base, pues mi convicci¨®n moral personal siempre puede hacerse absoluta. Ahora bien, se pregunt¨® el profesor Tugenhat, ?c¨®mo un individuo puede desarrollarse moralmente? Debemos partir de una moral con su pretensi¨®n total y que es una norma siempre cambiante de contenido por la experiencia. Estas normas que rigen nuestras vidas revelan que la moral es una ligaz¨®n o cooperaci¨®n de los hombres, de las que se infiere que hay distintos tipos de moral: una, autoritaria, tradicionalista, basada en s¨®lidos c¨®digos de revelaci¨®n divina o humana y de car¨¢cter prohibitivo; otra moral racional, basada en la libre elecci¨®n individual, como el imperativo categ¨®rico de Kant, que posee un car¨¢cter de imparcialidad caracter¨ªstico de lo racional.
Dentro de esta moral no hay espacio para un juicio moral concreto ni tampoco para una decisi¨®n personal.
La moral kantiana es tambi¨¦n, como la autoritaria, est¨¢tica y r¨ªgida, pues sus normas son tambi¨¦n coercitivas. El profesor Tugenhat nos propuso una nueva f¨®rmula moral basada en el principio de la imparcialidad. En este sentido, el concepto de lo bueno tiene un car¨¢cter de universalidad y, a la vez, personal, que permite, como sugiri¨® Hair, el desarrollo moral de una persona realizado a trav¨¦s de normas morales m¨¢s concretas.
La realidad existencial de la moral exige la formulaci¨®n de nuevas reglas morales m¨¢s concretas, que obligan al individuo a enfrentarse con decisiones morales dram¨¢ticas, debido a sentires opuestos y conflictos de intereses. As¨ª, pues, surge la necesidad de un juicio ¨¦tico imparcial para equilibrar antagonismos y lograr el bien de todos.
El profesor Tugenhat concluy¨® su exposici¨®n, admirablemente construida, afirmando que de la Historia misma no brota un juicio moral. Tom¨® como ejemplo la cr¨ªtica de la justicia burguesa que formula Marx en La cuesti¨®n jud¨ªa, que buscaba una nueva moral y una nueva idea de justicia superior a la existente, y sirvi¨® al profesor Tugenhat para comprobar la validez permanente de una moral a trav¨¦s de la Historia, basada en el juicio a priori de la imparcialidad.
Babelia
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