Claridad sobre Puerto Rico
Al venir de San Juan a Barcelona para acompa?ar los restos mortales de Pablo Casals he recibido de manos puertorrique?as fotocopia de un reportaje sobre Puerto Rico en el Interviu del 27 de septiembre que, por lo injusto y distante de la verdad, deseo rectificar. Se trata de acusaciones imaginarias lanzadas por un ex terrorista puertorrique?o, Oscar Collazo, contra el m¨¢s heroicio, eficaz y querido de los paladines puertorrique?os de este siglo, Luis Mu?oz Mar¨ªn.La reciente excarcelaci¨®n federal del se?or Collazo y la de otros tres participantes condenados en cada caso por delitos de sangre cometidos contra el presidente y el Congreso de Estados Unidos, en noviembre de 1950 y marzo de 1951, respectivamente (excarcelaci¨®n lograda en gran medida por gestiones insistentes de independentistas y no independentistas, inclusive de cuatro ex gobernadores puertorrique?os con el m¨¢s prestigioso y primero de todos, Luis Mu?oz Marin, a la cabeza), ha, revivido inter¨¦s en aquellos sucesos tr¨¢gicos de hace veintinueve a?os.
Los datos esenciales fueron los siguientes. Luego de cincuenta a?os de alzas y bajas en nuestras relaciones con Estados Unidos -cedidos por Espa?a luego del desastre de 1898- y despu¨¦s de un prolongado per¨ªodo de reajustes e incertidumbres que incluyeron el Gobierno interno electivo, la com¨²n ciudadan¨ªa, la participaci¨®n voluntaria en dos guerras mundiales, la separaci¨®n de Iglesia y Estado, el reconocimiento de los derechos civiles sociales y educativos, los puertorrique?os resolvimos en las elecciones de 1948, y bajo el liderato del candidato a gobernador Luis Mu?oz Mar¨ªn, reclamar del Congreso un estatuto auton¨®mico. Esta gesti¨®n mereci¨® el 65% de los votos, frente a un total del 35% alcanzado por asimilistas y separatistas juntos.
El Congreso de Estados Unidos acept¨®, en ley votada el 3 de julio de 1950, la demanda auton¨®mica. Dispuso su vigencia sujeta a un refer¨¦ndum ratificador y a una subsiguiente convenci¨®n constituyente, elegida mediante sufragio libre y universal. Esta convenci¨®n redact¨® la Constituci¨®n del Estado Libre Asociado de Puerto Rico, actualmente en vigor.
Para impedir el cumplimiento de este procedimiento, un grupo exiguo, pero militante, de activistas nacionalistas urdi¨® un golpe insensato y tr¨¢gico, encaminado a sublevar dos poblaciones y asesinar al gobernador Mu?oz Mar¨ªn en su despacho. Docenas de personas de un lado y otro perecieron en aquel ilusorio intento.
Dos nacionalistas residentes en Nueva York viajaron a Washington para matar al presidente Truman. Uno de ellos logr¨® matar a un polic¨ªa escolta frente a la residencia presidencial, pero perdi¨® la vida. Su compa?ero, Oscar Collazo, fue herido y luego juzgado por un tribunal del distrito de Columbia. El jurado le conden¨® a muerte.
Entre tanto, el tr¨¢mite constituci¨®nal prosigui¨® normalmente con endoso electoral mayor, del 85%. Dos d¨ªas antes de proclamarse el Estado Libre Asociado, en el 25 de julio de 1952, Luis Mu?oz Mar¨ªn, en cablegrama seguido de conversaci¨®n telef¨®nica, gestion¨® y obtuvo del presidente Truman la conmutaci¨®n dela pena m¨¢xima ¨ªnipuesta a Oscar Collazo.
Pedro Albizu Campos, presidente del Partido Nacionalista, encontrado culpable por un jurado puertorrique?o como autor intelectual de aquellos sucesos sangrientos, fue indultado condicionalmente, por el gobernador Mu?oz Mar¨ªn, en septiembre de 1953. El indulto fue cancelado luego de ocurrir en marzo de 1954 el ataque nacionalista al Congreso de Estados Unidos, donde cinco representantes resultaron heridos en el hemiciclo, algunos de gravedad. Mu?oz otorg¨® segundo indulto a Albizu, ya sin condiciones, en noviembre de 1964. Contrario a lo que informa Interviu, no hubo fusilamientos en ocasi¨®n alguna. En Puerto Rico no existe la pena de muerte.
El Estado Libre Asociado prevalece en Puerto Rico por voluntad democr¨¢tica puertorrique?a, no por imposici¨®n de Estados Unidos. Todos los sistemas imperiales del Mundo: Inglaterra, Francia, Holanda, B¨¦lgica, Portugal, Espa?a, han descubierto que el r¨¦gimen colonial es obsoleto y que constituye el peor negocio del mundo. Esta es una de las razones por las cuales existen hoy 152 pa¨ªses supuestarriente soberanos en la Organizaci¨®n de las Naciones Unidas, en vez de los 55 originales.
Los puertorrique?os sabemos que con nuestra alta densidad poblacional -mil personas por milla cuadrada- y nuestro elevado nivel de vida -2.500 d¨®lares de ingresos anuales-persona-, el aislamiento separatista significa la ruina colectiva, y que la incorporaci¨®n asimilista representa nuestra destrucci¨®n espiritual. Por eso hemos optado por la interdependencia libre y asociada, que conlleva la autonom¨ªa.
Por su parte, Estados Unidos ha incurrido en la grave miop¨ªa de no haber previsto al grado necesario la enorme importancia que tiene en los tiempos actuales y para el porvenir el desarrollo din¨¢mico del concepto auton¨®mico, no s¨®lo en Puerto Rico, sino a trav¨¦s del mundo entero. La formulaci¨®n y esclarecimiento de este concepto en Am¨¦rica ha correspondido a personas de excepcional visi¨®n y valor intelectual. Entre ¨¦stas se cuenta en forma preeminente el gran patriota puertorrique?o Luis Mu?oz Mar¨ªn.
(Ex rector de la Universidad de R¨ªo Piedras)
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.