lrregularidades importantes en la gesti¨®n financiera del Metro de Barcelona
Importantes irregularidades de variado orden aparecen en la auditor¨ªa del Metro de Barcelona, ordenada en junio de 1977 por el entonces alcalde Jos¨¦ M. Soc¨ªas, de la cual este diario obtuvo ayer un amplio informe oficial de los auditores, entregado al actual alcalde de Barcelona, si bien los trabajos de la auditoria concluyeron hace meses.
Las irregularidades o anomal¨ªas comprenden la existencia de ?una caja reservada?, no reflejada en la contabilidad de la empresa, as¨ª como unas extra?as relaciones con el Banco Atl¨¢ntico, una plantilla muy superior a las necesidades, una muy baja productividad comparativa y un gran costo general de funcionamiento de la empresa. Como marco general del tema hay que situar la pol¨ªtica de importantes emisiones de obligaciones, preconizada a nivel municipal por el ex alcalde de Barcelona Jos¨¦ Mar¨ªa de Porcioles y su delegado de servicios de Hacienda, Sebasti¨¢n Auger.El actual deseo del ex alcalde de Barcelona es, seg¨²n fuentes municipales muy fidedignas, no divulgar el contenido de toda la auditor¨ªa, contrariamente a lo realizado por el alcalde Soc¨ªas, quien difundi¨® oficialmente los once vol¨²menes de la auditor¨ªa de los transportes de superficie y los remiti¨® al ministerio fiscal. Ahora se divulgar¨ªa solo un informe-resumen. Con ello se evitar¨ªa, entre otras cosas, la aparici¨®n del nombre de la esposa de un ex alcalde, relacionada, seg¨²n las fuentes, con los contratos de publicidad en las estaciones de Metro. Las fuentes afirmaron tambi¨¦n que en el conjunto de la auditor¨ªa ?hay materia para una querella criminal?, y una destacada fuente jur¨ªdica, entre otros criterios m¨¢s severos, se?alaba que ?es absolutamente necesaria y plenamente justificada una inspecci¨®n del Banco de Espa?a en relaci¨®n con operaciones bancarias que expone la auditor¨ªa?.
El primer punto importante en que la auditor¨ªa centra su inter¨¦s es el c¨¢lculo de las p¨¦rdidas. En base a los hallazgos de los auditores, puede ahora presumirse que las memorias oficiales de la Empresa Municipal Ferrocarril Metropolitano de Barcelona, SA -nombre completo del Metro barcelon¨¦s-, pod¨ªan responder a un intento de esconder p¨¦rdidas, para as¨ª colocar m¨¢s f¨¢cilmente sus repetidas emisiones de obligaciones. La finalidad de algunas de las ¨²ltimas emisiones de obligaciones pod¨ªa ser simplemente pagar las primeras.
As¨ª, la auditor¨ªa realiza ajustes de importancia en la cuenta de resultados y resultan unas p¨¦rdidas, entre 1973 y 1977, de 5.090 millones, cuando las memorias oficiales mostraban unas p¨¦rdidas de s¨®lo 2.328 millones para el mismo per¨ªodo.
La postura del Metro frente a compa?¨ªas suministradoras de material rodante, en concreto La Maquinista Terrestre y Mar¨ªtima y Macosa, afirma la auditora, ?fue d¨¦bil al aceptar las condiciones impuestas?. Asimismo afirma que ?la existencia de una caja reservada, que queda fuera de los controles normales de la sociedad, como son los libros oficiales de contabilidad, y cuya existencia y disposici¨®n est¨¢ al arbitrio de determinadas personas, constituye una importante debilidad en el control interno de la empresa, que, a juicio del equipo auditor, es totalmente inadmisible?. Seg¨²n fuentes directas, esta caja reservada y secreta, de uso arbitrario, centro de todas las sospechas imaginables, era de unos ocho millones, y lleg¨® a ser de doce, con entradas y salidas. Su origen, tambi¨¦n siempre seg¨²n fuentes responsables, radica en cantidades que se detra¨ªan con ocasi¨®n de diversas compras.
Seg¨²n las fuentes, de esta caja reservada se pagaban diversos sobresueldos. Fue suprimida de inmediato por el consejero delegade, nombrado por el alcalde Soc¨ªas, Roberto Cortadas, quien fue el que solicit¨® la auditor¨ªa.
Disminuci¨®n de capital
Entre 1973 y 1977, per¨ªodo auditoriado, el capital circulante de la empresa disminuy¨® en unos 3.000 millones. Ello, obviamente, repercuti¨® en la gesti¨®n financiera. De ah¨ª el recurso a las obligaciones para la financiaci¨®n a largo plazo, el aplazamiento del pago a los acreedores y la sistem¨¢tica utilizaci¨®n del cr¨¦dito bancario. Los gastos financieros de tal pol¨ªtica repercut¨ªan en un incremento del propio d¨¦ficit, fruto tambi¨¦n de una estructura de costes crecientes muy inflacionaria, por cuanto que sus aumentos anuales son superiores a los incrementos de precios al consumo.Entre 1964 y 1977 se aplicaron al Metro barcelon¨¦s 9.000 millones, mediante distintas emisiones de obligaciones. Pero de esta cantidad se invirtieron s¨®lo 4.800 millones. Seg¨²n la auditor¨ªa, el resto fue destinado nada menos que al propio pago de intereses y a la amortizaci¨®n de las propias obligaciones emitidas anteriormente. Ante ello, los auditores afirman un criterio que es antag¨®nico al sostenido en su d¨ªa por los rectores del municipio y su hacienda bajo el franquismo: ?La emisi¨®n de obligaciones no constituye la alternativa adecuada para afrontar los d¨¦ficit de explotaci¨®n.?
Respecto al an¨¢lisis de la gesti¨®n financiera, la auditor¨ªa afirma que ?el examen global del conjunto de cuentas bancarias llev¨® a fijar la atenci¨®n en las relaciones financieras sostenidas con el Banco Atl¨¢ntico?. Las relaciones con este banco se inician con la puesta en circulaci¨®n de una emisi¨®n de 2.000 millones en obligaciones del Metro barcelon¨¦s y ?se concreta en una serie de cuentas a plazo, de cr¨¦dito y corrientes, cuyas interrelaciones y devengo de intereses, a favor y en contra, merecen especial atenci¨®n?.
La operaci¨®n de empr¨¦stito se instrument¨®, seg¨²n la auditor¨ªa, a trav¨¦s de un circuito formado por Emilio Alberto Hap -director de la Empresa Municipal de Autobuses, cesado fulminantemente por Soc¨ªas, en base a notables anomal¨ªas-, una persona apellidada Reyes, una compa?¨ªa denominada Intra-americana Funding, Ltd., y el Banco Atl¨¢ntico.
Condiciones de emisi¨®n
A continuaci¨®n, la auditor¨ªa afirma ?que las condiciones reales de la emisi¨®n han sido distintas de las previstas, por cuanto que el tipo autorizado era a la par, mientras que el tipo real fue bajo la par (98 %), justificado por el Banco Atl¨¢ntico como un 2% de gastos de colocaci¨®n y, adem¨¢s, el 2% como prima de aseguramiento de la emisi¨®n?. Asimismo, afirma que el Metro no llev¨® detalle individualizado de las diez cuentas (corrientes, de cr¨¦dito y a plazo fijo) del Banco Atl¨¢ntico. Tal proceder, afirma, ?puede considerarse sorprendente?.Indica tambi¨¦n la auditor¨ªa que ?se efectuaron cr¨¦ditos financieros, en base a letras de cambio fibradas por personal directivo de Metro contra la propia compa?¨ªa y descontados a su vez por el Banco Atl¨¢ntico y abonados en la cuenta del librado, el Metro?. Podr¨ªa tratarse de las t¨ªpicas letras financieras, conocidas tambi¨¦n por pelotas en una variante nueva: el ser giradas contra una compa?¨ªa de propiedad p¨²blica.
Tambi¨¦n sostiene la auditor¨ªa que ?las imposiciones a plazo fijo, por un importe de 1.075 millones, estaban amparadas por tres documentos emitidos por el Banco Atl¨¢ntico de Barcelona, que eran meros recibos, sin firma que autentificase la operaci¨®n y sin que en ellos constase, adem¨¢s, el tipo de inter¨¦s pactado ?.
La auditor¨ªa comprob¨® que con un saldo medio depositado de 556 millones, entre junio de 1973 y diciembre de 1974, se hab¨ªa obtenido s¨®lo una rentabilidad del 3,99% anual.
Tambi¨¦n contempla la adjudicaci¨®n directa, sin concurso o subasta p¨²blica, de instalaciones comerciales -bares, estancos, quioscos- en las estaciones, y la gesti¨®n directa, en la pr¨¢ctica, en r¨¦gimen de exclusiva a tres agen cias, de los espacios para la explotaci¨®n de la publicidad de estaciones. Adem¨¢s, sin existir inventario de los espacios objeto de concesi¨®n. Finalmente, la auditor¨ªa comenta cr¨ªticamente que en 1977 el coste directo de la recaudaci¨®n del billetaje representara nada menos que 2,11 pesetas por billete expedido; es decir, el 40% del importe del billete en aquella fecha.
Como se recordar¨¢, la auditor¨ªa del transporte de superficie municipal (autobuses) fue remitida por el alcalde Soc¨ªas al ministerio fiscal, el cual no crey¨® procedente intervenir.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.