Silencio y contradicciones sobre el "t¨²nel de Barcelona"
El pasado d¨ªa 25 de octubre, d¨ªa de los referendos de los estatutos vasco y catal¨¢n, los medios de comunicaci¨®n difundieron la noticia del hallazgo de un t¨²nel en Barcelona. El pasadizo se dirig¨ªa a una colonia de viviendas militares desde un piso bajo de un edificio de la acera opuesta, en la calle de Vilamar¨ª. Un mes despu¨¦s, el t¨²nel de Barcelona sigue siendo un misterio sobre el que nadie ha facilitado nueva informaci¨®n, a pesar de que sobre ¨¦l se ciernen considerables interrogantes, que interesan a la opini¨®n p¨²blica.
El pasado d¨ªa 25 de octubre, jueves, fecha de los referendos de los estatutos vasco y catal¨¢n, los medios de comunicaci¨®n dan la noticia: un t¨²nel excavado desde un piso llega hasta cerca de unas viviendas militares, los autores han desaparecido y parece que pretend¨ªan realizar un atentado cuyas proporciones habr¨ªan superado cualquier precedente, al menos en Espa?a.La polic¨ªa sab¨ªa de la existencia del t¨²nel, al menos, desde el lunes, d¨ªa 22, por la noche. En ocasi¨®n del descubrimiento, las fuentes oficiales nunca fueron muy claras al fijar el momento en que fue localizado el pasadizo, pero vinieron a se?alar el martes por la noche, d¨ªa 23. Fue esa noche cuando se retiraron 15.000 litros de combustible almacenados en el colindante parque m¨®vil militar. Sin embargo, el d¨ªa anterior el propietario del piso hab¨ªa denunciado ya la existencia de algo anormal en el mismo.
No obstante, la operaci¨®n para evacuar a las 1.500 personas que podr¨ªan resultar afectadas por una eventual explosi¨®n no se inici¨® hasta el mi¨¦rcoles. Fue tambi¨¦n este d¨ªa, el anterior al del refer¨¦ndum, cuando en la calle de Vilamar¨ª se iniciaron las perforaciones en la calzada para localizar el final del t¨²nel.
Sin embargo, en la ma?ana del mi¨¦rcoles ya hab¨ªa sido recorrido el t¨²nel por bomberos y artificieros, sin advertir la presencia de explosivos. S¨®lo la existencia de unos sacos de tierra en el punto final del t¨²nel, donde se iniciaba una bifurcaci¨®n, justific¨® las perforaciones exteriores ?para mayor seguridad en la inexistencia de explosivos?.
El s¨¢bado d¨ªa 20, Teodoro, vecino del piso n¨²mero 6 de la planta baja del edificio n¨²mero 126/128 de la calle de Vilamar¨ª de Barcelona, comprob¨® que su mujer ten¨ªa raz¨®n. Hab¨ªa una humedad anormal en una de las habitaciones de su modesta vivienda. Se decidi¨® entonces a quitar el papel de las paredes, y cuando lo hizo, el agua casi le salpic¨®. Inmediatamente sali¨® y llam¨® en la puerta de la vivienda de al lado, la n¨²mero 8, y les dijo a los muchachos que viv¨ªan all¨ª lo que pasaba.
?Habl¨¦ con tres de ellos, de unos veintitantos a?os, y me dijeron que no me preocupara, que pagar¨ªan los desperfectos. Pero yo les advert¨ª que se lo iba a decir al due?o. Y as¨ª lo hice. Habl¨¦ con la portera para que avisase al due?o, y ¨¦ste vino al d¨ªa siguiente, el domingo.?
?El mismo domingo?, a?ade Teodoro, ?el due?o vio c¨®mo estaban las paredes y se llev¨® las manos a la cabeza. Se fue derecho a ver a los chicos y, seg¨²n dijo, qued¨® con ellos en que hablar¨ªamos todos el lunes por la tarde, a eso de las ocho.?
?Pero resulta que el lunes, a las siete de la tarde, los inquilinos, los muchachos esos, fueron vistos por aqu¨ª, por el patio, pero a las ocho, cuando vino el propietario, ya no estaban. Entonces, junto con la portera, entramos en la casa y vimos ah¨ª todos esos sacos de tierra que llenaban la habitaci¨®n. El propietario asegur¨® que iba a avisar a la polic¨ªa. Debi¨® hacerlo, porque m¨¢s entrada la noche vino con tres se?ores, creo que eran polic¨ªas, y estuvieron mirando por aqu¨ª, por la casa y por el patio.?
Entre los vecinos se comenta la osad¨ªa de los autores del t¨²nel, quienes permanecieron en el piso hasta el ¨²ltimo momento, 48 horas despu¨¦s de haber sido advertidos de las humedades en la casa colindante.
El propietario de la vivienda, Rufino Mart¨ªnez, acudi¨® a denunciar los hechos a la comisar¨ªa de polic¨ªa del distrito Sur, y aqu¨ª se tramit¨® y se tramita el asunto. Sin embargo, la calle de Vilamar¨ª no corresponde a la Jurisdicci¨®n de esta comisar¨ªa, sino a la de Universidad.
Entre ambas comisar¨ªas, en los primeros momentos, hubo un contacto, pero, por petici¨®n expresa del comisario jefe de Sur, el se?or Fuentes, el caso se qued¨® en su mano.
El comisario Fuentes lleva poco tiempo en esta comisar¨ªa; anteriormente era jefe de la Brigada de Seguridad Ciudadana en la Jefatura Superior de Barcelona. Su traslado fue uno de los varios forzosos realizados por esta Jefatura recientemente para ocupar los cargos con funcionarios de plena confianza del nuevo jefe superior y en medio de una operaci¨®n interna de reorganizaci¨®n y cambio de imagen (v¨¦ase EL PAIS de 23-10-79).
Seg¨²n la declaraci¨®n de Rufino Mart¨ªnez, ¨¦l alquil¨® su piso el pasado 13 de marzo a un joven llamado Jes¨²s Javier Prada Velasco. Y aqu¨ª se pierde la pista, porque, seg¨²n las investigaciones realizadas -a cargo del grupo de Informaci¨®n-, tal identidad es falsa; nadie ha reconocido a ninguno de los diez o doce j¨®venes que viv¨ªan en el piso, a trav¨¦s de las fotograf¨ªas que les han sido mostradas por la polic¨ªa.
Todos los vecinos del patio de la casa de Vilamar¨ª los hab¨ªan visto con cierta frecuencia, a unos u otros, en el transcurso de estos meses. ?A lo mejor es que con la barba o el pelo largo les cambia la expresi¨®n y por eso no los sabemos reconocer en las fotos?, dice el vecino que dio la alarma.
Un t¨²nel para expertos
Ni siquiera la declaraci¨®n de la portera, Celestina Gallar, aporta nada en las diligencias instruidas, que llevan fecha de 26 de octubre, cuatro d¨ªas despu¨¦s de la denuftia.
En el piso se hallaron un ventilador y un tubo de pl¨¢stico usado para llevar aire al t¨²nel, y un plano ?tosco y rudimentario? de ¨¦ste.
Seg¨²n expertos consultados por EL PAIS, resulta extra?o que no se encontrara otro tubo para ?dar salida al aire, pues, con un s¨®lo tubo de entrada de aire, la respiraci¨®n en el t¨²nel es imposible?. Las mismas fuentes a?aden: ?Parece como si quisieran dar idea de que eran unos tipos ingeniosos, pero no expertos?.
Esta misma idea puede deducirse de esos planos vulgares del t¨²nel. Sin embargo, ¨¦ste ?est¨¢ muy bien hecho y, con planos; o sin planos, los autores sab¨ªan lo que ten¨ªan entre manos?, asegura un conocedor de la t¨¦cnica empleada. Y afirma: ?Tengo entendido que es un t¨²nel de boca triangular y no somos muchos quienes sabemos c¨®mo hay que hacer una conducci¨®n de este tipo para que las paredes del t¨²nel no se desprendan. Se han hecho t¨²neles en la c¨¢rcel Modelo de caracter¨ªsticas parecidas y, desde luego, los presos no deb¨ªan saber hacerlos; alguien les debi¨® facilitar buena informaci¨®n y buenos planos.?
El t¨²nel med¨ªa 62 metros. Nac¨ªa en el piso citado, atravesaba todo el patio de la finca y cruzaba la calle hacia la acera de enfrente, donde se levanta la colonia de viviendas militares. La perforaci¨®n corr¨ªa a unos tres metros y medio de profundidad, paralela a la superficie de la calzada; en algunos momentos, fectuaba alguna l¨ªnea quebrada para eludir obst¨¢culos, como, por ejemplo, el ascensor.
Su final llegaba hasta siete metros antes de la cimentaci¨®n de las viviendas militares. En consecuencia, y seg¨²n criterios de especialistas, los autores del t¨²nel ?podian haber volado las viviendas a partir del s¨¢bado por la noche, una vez que ya hab¨ªa sido descubierto su trabajo?. En este sentido, a?aden que ?es incomprensible que aguantasen hasta el lunes por la noche en la casa s¨®lo para recoger unas cuantas cosas, dej¨¢ndose el sistema de aireaci¨®n y el supuesto ,plano del t¨²nel?.
?ETA, anarquistas o qui¨¦n?
Aunque oficialmente no se afirm¨® nada, las versiones oficiosas sobre la identidad de los autores apuntaron hacia ETA, si bien no se especific¨® qu¨¦ rama o tipo de comando. Sin embargo, hubo un peri¨®dico, Diario 16, que, el mismo d¨ªa que informaba sobre la existencia del t¨²nel, afirmaba que los autores eran un comando de anarquistas-¨¢cratas aut¨®nomo.
La escalada de la aparici¨®n de los comandos aut¨®nomos ¨¢cratas-anarquistas se inscribe en el transcurso de una cierta proliferaci¨®n de comandos de distinta denominaci¨®n. Se inicia principalmente con el incendio del Scala, de Barcelona (enero de 1978). Su segunda presentaci¨®n Importante surge en junio pasado, con la detenci¨®n de un grupo de la Federaci¨®n Ib¨¦rica de Grupos Anarquistas (FIGA), que ocasiona un muerto a este comando. La tercera relaci¨®n de relieve es establecida con el t¨²nel de Barcelona.
Sin embargo, ninguna reivindicaci¨®n fiable ha sido hecha sobre dicho t¨²nel. Y, despu¨¦s del hallazgo, el silencio.
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