Reivindicar el derecho al aborto es reivindicar la democracia
Secretaria general de la Joven Guardia Roja
A cualquier observador m¨ªnimamente imparcial le sorprender¨ªa las penas tan elevadas que los fiscales est¨¢n solicitando en los distintos juicios -el de Madrid es el m¨¢s reciente- que por pr¨¢cticas abortivas se est¨¢n realizando ¨²ltimamente.
?Ni en los ¨²ltimos a?os del fascismo se ped¨ªan m¨¢s de veinte a?os, como en alg¨²n caso de aborto se piden ¨²ltimamente!
Si este observador continuase pregunt¨¢ndose cuestiones, tambi¨¦n se sorprender¨ªa del elevado n¨²mero de art¨ªculos de prensa, declaraciones p¨²blicas, etc¨¦tera, que los sectores m¨¢s conservadores de la sociedad est¨¢n lanzando a la opini¨®n p¨²blica con motivo de estos juicios, mostr¨¢ndose en contra del aborto.
Y continuando con el observador citado, ¨¦ste llegar¨ªa a la paranoia cuando viese defender el ?derecho a la vida?, con toda suerte de bellas palabras, a los mismos que matan de hambre a miles de personas, que hacen vivir en la miseria a muchos miles m¨¢s, que mandan a sus hijas a abortar a Londres, etc¨¦tera.
?Qu¨¦ tiene el aborto, y en general los derechos de la mujer, para que la hipocres¨ªa natural de la derecha se centuplique?
?Qu¨¦ tiene el aborto, y en general los derechos de la mujer, para que la derecha afile sus armas y con gran ruido de fanfarrias y tambores se apreste a defender la ?sagrada moralidad? violada?
De hecho, el aborto no es ni m¨¢s ni menos que un derecho democr¨¢tico; de sentido com¨²n es que las mujeres s¨®lo. tengamos los hijos que deseemos, que la procreaci¨®n o la maternidad no es el fin exclusivo de la sexualidad, que ¨¦sta ha de ser libre, y, como la realidad demuestra, con sus fr¨ªas estad¨ªsticas, los hijos no deseados tienen normalmente un futuro bastante negro en su vida.
De mayor sentido com¨²n ser¨ªa que existiese una pol¨ªtica de informaci¨®n y educaci¨®n sexual, una posibilidad de utilizaci¨®n de los anticonceptivos para que no hubiese lugar al embarazo, si ¨¦ste no es deseado..., y de este modo hubiese el menor n¨²mero posible de abortos, pues hemos de reconocer que nadie aborta por gusto, como algunos comentaristas de derechas parecen indicar.
Sin embargo, nuestro sentido com¨²n parece fallar, pues para UCD y para la derecha en general ni una cosa ni otra son de sentido com¨²n.
?Qu¨¦ tienen, pues, el aborto y en general los derechos de la mujer para que tampoco exista el sentido com¨²n?
?Qu¨¦ tienen, pues, el aborto y en general los derechos de la mujer para que lo blanco sea negro y lo negro blanco?
Estos d¨ªas se celebra, como quien no quiere la cosa, una reuni¨®n de la Trilateral en Madrid. Pues bien, estos se?ores: ?Club de ricos?, ?Gobierno en las sombras?, u otros apelativos que tienen, dicen que las democracias europeas son ingobernables; dicho en otros palabras, que los obreros no quieren seguir explotados, que los j¨®venes no quieren seguir marginados, que las mujeres no quieren seguir sumisas en casa y ?con la pata quebrada? ... ; en fin, el ?caos? para los que siempre han mandado.
Pues bien, la Trilateral aconseja ?reforzar? estas democracias, evitar que el ?caos? vaya a m¨¢s, meter m¨¢s polic¨ªas y evitar que las gentes sean libres, y as¨ª acepten sumisas, como en otros tiempos, lo que los mandarines mandaban.
Aqu¨ª est¨¢ la madre del cordero en el tema del aborto, aqu¨ª est¨¢ el quid de tanta falsedad e hipocres¨ªa de la derecha antiabortista y antifeminista.
La mujer, tradicionalmente, ha estado sometida, ha jugado un papel sumiso y secundario.... y con el rollo de la maternidad, de la sexualidad en funci¨®n de la procreaci¨®n, de lo de ?hijos, los que mande Dios?, ha aceptado su papel y ha sido, en muchos casos, el basti¨®n y transmisor de una ideolog¨ªa conservadora y atrasada a sus hijos... Y esto se est¨¢ acabando: las mujeres ya no aceptamos este papel por m¨¢s tiempo.
Pero, claro, imag¨ªnense ustedes una mujer que use anticonceptivos, que pueda abortar, que tenga s¨®lo los hijos que desee, en el caso de que quiera tenerlos, que sea due?a de su vida y de su cuerpo..., que sea libre, en una palabra.
?A d¨®nde va a ir r¨¢pidamente la derecha?
?A d¨®nde va a ir r¨¢pidamente la sociedad machista?
?A d¨®nde va a ir r¨¢pidamente este sistema de opresi¨®n?
Pues, sin lugar a dudas, ir¨¢ a ocupar r¨¢pidamente su lugar en las p¨¢ginas de la historia pasada, dej¨¢ndonos el presente para los y las que queremos construir un mundo nuevo, donde reine la aut¨¦ntica libertad.
En efecto, la conquista al derecho al aborto, su legalizaci¨®n, es un primer paso para una vida distinta, sin dependencias ni controles, sin miedos ni temores, una vida de mujeres y hombres libres, due?os de su vida y de su cuerpo, una vida en aut¨¦ntica libertad, donde cada individuo pueda desarrollarse plenamente.
Y por ello, hoy la lucha de la mujer no es s¨®lo conseguir la igualdad de derechos en esta sociedad de muerte y opresi¨®n -?lo que ya ser¨ªa un buen paso!-, sino, prioritariamente, conquistar una sociedad nueva. Y las miles de mujeres y hombres que estos d¨ªas nos estamos movilizando por el derecho al aborto estamos ayudando a alumbrar una sociedad donde no s¨®lo cambie el mundo, sino tambi¨¦n cambie la vida.... y a su vez hoy, cambiando la vida, legalizando el aborto, estamos ayudando a cambiar el mundo.
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