El f¨²tbol espa?ol ha tocado fondo

Hay que echar a los mercaderes del templo. El f¨²tbol espa?ol ha tocado fondo y ha embarrancado. No es posible salvar la nave con los sistemas de siempre y los capitanes adocenados. Hay que salvar el f¨²tbol porque es la ¨²nica manera de defender al resto de los deportes que se nutren de un presupuesto que casi ¨ªntegramente sale de las quinielas. En otras circunstancias habr¨ªa que pensar en la conveniencia de cerrar el quiosco. Durante a?os se hizo del f¨²tbol una religi¨®n y ahora todo son herej¨ªas. El f¨²tbol espa?ol ha llegado al colmo de las desdichas: ganar un partido a Chipre, pero haciendo el rid¨ªculo. El deporte espa?ol es uno de los pocos estamentos que no ha pasado en los a?os de la transici¨®n por el m¨ªnimo cambio. Todo est¨¢ como estaba. Nada ha cambiado.

El deporte espa?ol, y especialmente el f¨²tbol, ni siquiera ha sufrido la experiencia de un ligero cambio en los nombres. Es como si nada hubiera sucedido. M¨¢s bien parece que hemos vuelto atr¨¢s. No hay pr¨¢cticamente diferencia alguna entre lo que era la Delegaci¨®n nacional de Deportes y el actual Consejo Superior de Deportes. El ¨²nico decorado diferente en la gran farsa del deporte espa?ol est¨¢ en el nombre del Ministerio del que depende. Antes era Secretar¨ªa General del Movimiento y ahora es Ministerio de Cultura.No hay compartimiento m¨¢s reacio al cambio que el deportivo. Al frente de las federaciones nacionales, casi los mismos. Al frente de las responsabilidades del f¨²tbol, los de siempre. Nada puede tambalearse. Ni siquiera ante la evidencia se piensa en la renovaci¨®n.

Seg¨²n public¨® un peri¨®dico deportivo la pasada semana, ?el estado mayor -Federaci¨®n y seleccionador- lo est¨¢ haciendo bien. El problema radica en la infanter¨ªa -jugadores-?. La frase de Pablo Porta es absolutamente desafortunada. Cargar a los jugadores la responsabilidad de cuanto le sucede a la selecci¨®n es una falacia. El f¨²tbol espa?ol est¨¢ en baja, pero no tanto como el propio equipo nacional, al que dirige un hombre abotagado.

Ladislao Kubala ya ha cubierto su etapa. No puede seguir por m¨¢s tiempo al frente de la selecci¨®n. Se le han agotado los recursos. El equipo no tiene basamentos profundos. Ni en los hombres que se utilizan ni en los sistemas que se siguen. Kubala renuncia a las caracter¨ªsticas de cada jugador y de ah¨ª que las habilidades que cada uno luce en su club desaparezcan en cuanto forma parte de la selecci¨®n. Quini, que es mucho Quini en el Sp¨®rting, es un alma en pena en el equipo nacional. Juega de volante sin libertad de movimientos para hacer su juego, y no corta en el centro y llega tarde al remate. A Santillana no le propician el juego ¨¢rea, ¨²nico en el que se defiende ventajosamente. Estos ejemplos, en lo que concierne a los que juegan habitualmente. Quienes est¨¢n en la suplencia entran en el equipo en las condiciones menos propicias. A Saura el domingo le hizo jugar en dos puestos completa mente diferentes, y a Dani le coloc¨® durante la mayor parte del encuentro justo en el lado en el que no act¨²a nunca. Kubala se ha vuelto medroso. Si se lajuega una vez, cuando hay resultado adverso, rectifica a la siguiente. No tiene confianza en el futuro y trata de amarrar el presente. Ni ha hecho selecci¨®n para hoy ni tiene perfilado el futuro. Recurre a los tics de siempre, aunque sean ¨¦stos los que le descomponen en m¨¢s de una ocasi¨®n el tinglado.

Kubala necesita salirse del compromiso. Los resultados de los ¨²ltimos tiempos no son satisfactorios ni siquiera en los partidos amistosos, que es donde ciment¨® su fama de hombre afortunado. La selecci¨®n necesita un hombre nuevo. Alguien capaz de jug¨¢rsela. Alguien que est¨¦ dispuesto a aguantar derrotas a cambio de hacer un equipo para el Mundial. El f¨²tbol espa?ol necesita un entrenador con autoridad. Un entrenador que tenga el valor de Menotti, de apostar por unos determinados jugadores cuya alineaci¨®n no sea contradictoria, como sucede cuando se coloca a Joaqu¨ªn junto a Del Bosque.

El rid¨ªculo de Chipre deber¨ªa producir una decisi¨®n coherente. Mas no habr¨¢ tal. Probablemente seguiremos igual. Como err¨®neamente desean los autores de los cantables de la obra. La decisi¨®n, de cara al futuro, es urgente. A Roma con esta selecci¨®n s¨®lo se ir¨¢ a hacer el rid¨ªculo. Ser¨ªa conveniente que a la Eurocopa fuera el equipo base del Mundial-82. La premisa fundamental es la eliminaci¨®n de los que por edad no estar¨¢n en condiciones de disputarlo. La era Kubala ha terminado.