La transfonnaci¨®n presidencialista de AP acapara la atenci¨®n de los Compromisos

El III Congreso de Alianza Popular (AP) que comienza hoy, se abre, sin ning¨²n tema que, previsiblemente, pueda acarrear sorpresas, en medio de una innegable tensi¨®n de fondo -aunque se niegue oficialmente- tras la dimisi¨®n del presidente, F¨¦lix Pastor, y los vicepresidentes, Isabel Barroso y Carlos Argos, y con la expectativa de un debate sobre la reforma de los estatutos y sobre la ponencia pol¨ªtica que pueden promover alguna manifestaci¨®n de disconformidad con la l¨ªnea oficialista que ha preparado el congreso.

Guillermo Piera, actual secretario general en funciones del partido, tiene presentada una enmienda a la totalidad de la ponencia que plantea una profunda reforma de los estatutos. A trav¨¦s de ella se configura un partido claramente presidencialista, que, en opini¨®n de los disidentes, ahoga cualquier posibilidad de de mocracia interna y deval¨²a la significaci¨®n del resto de los ¨®rganos del partido. Manuel Fraga, presidente interino de AP y cuya elecci¨®n para la presidencia se da por segura, ha negado estas acusacio nes y admite, simplemente, que la presidencia tiene funciones suficientes como para tener el papel que le corresponde y no quedar vac¨ªa de contenido.En fuentes del propio partido se espera que Guillermo Piera mantenga p¨²blicamente su enmienda, aunque se da casi por seguro que no prosperar¨¢ su empe?o. Se sabe tambi¨¦n que al hacer el balance del p¨¢rtido, desde el ¨²ltimo congreso, Barroso y Argos han decidido, definitivamente, no asistir al congreso argumentando que su presencia podr¨ªa generar tensiones innecesarias, mientras que en c¨ªrculos del propio partido se aseguraba anoche que Pastor Ridruejo podr¨ªa defender una enmienda a la ponencia pol¨ªtica.

Argos, uno de los vicepresidentes dimitidos, declaraba ayer, entre otras cosas, que ?a la vista de la ponencia de estatutos que se va a presentar en el congreso, y sin prejuzgar ahora cual ser¨¢ el resultado final, entiendo, honradamente, que dicha ponencia supone, la construcci¨®n de un partido que no tiene una m¨ªnima democracia interna, que no supone un reparto equilibrado de poderes y que no supone una participaci¨®n democr¨¢tica de todos los instrumentos del partido?.

Otro de los temas que no ha pasado desapercibido para los observadores es la ausencia de algunas personalidades de cierta significaci¨®n pol¨ªtica con las que se prentend¨ªa renoyar la imagen directiva de AP. El ¨²nico nombre que se mencion¨® con seguridad, el ex ministro de Trabaj¨®, Fernando Su¨¢rez, decidi¨® a ¨²ltima hora no aceptar su nominaci¨®n para una de las vicepresidencias. Oficialmente se ha explicado esta renuncia porque Su¨¢rez ha considerado inoportuna su inclusi¨®n en las listas, despu¨¦s de considerar su escaso tiempo de militancia en AP -se afili¨® a mediados de octubre-y por presiones familiares.

Las previsiones m¨¢s seguras apuntan a que las listas confeccionadas cuenten en la cabecera con Fraga, como presidente, Jos¨¦ Mar¨ªa Ruiz Gallard¨®n, Luis Ortiz y, quiz¨¢, Abel Matutes; ser¨¢n vicepresidentes. La secretar¨ªa general la ocupar¨¢ Jorge Vestringe, y, como secretarios generales adjuntos, se daban los nombres de Guillermo Kirkpatrick y Jes¨²s P¨¦rez Bilbao. Para las cinco vocal¨ªas se mencionaban los nombres de Carmen Llorca, Bego?a Urquijo y Miguel Rarn¨ªrez.

Todos estos cargos se entienden para el Partido Unido de Alianza Popular. Se ignora c¨®mo se compaginar¨¢ la nueva situaci¨®n con la Federaci¨®n de Alianza Popular, que actualmente integran adem¨¢s de AP, dos min¨²sculos grupos: Acci¨®n por Ceuta y el Partido Liberal y Progresista de Ibiza-Formentera, aunque la situaci¨®n en torno a este punto, e incluso a la relaci¨®n jur¨ªdica coilos antiguos partidos de Federico Silva y Gonzalo Fern¨¢ndez de la Mora, es especialmente confusa.