El ¨¢rbol politizado

Concejal de UCD del Ayuntamiento de MadridUna de las necesidades m¨¢s acuciantes de la actual sociedad urbana es, sin duda, la de zonas verdes. El indicativo de la calidad de vida de una gran ciudad suele ir en funci¨®n de la abundancia o escasez de estas zonas, que, sin menospreciar su componente est¨¦tica, son hoy una necesidad vital para el habitante de la gran urbe.

Las zonas verdes dan cobijo al ocio al aire libre, integran arm¨®nicamente un elemento tan artificial como es la ciudad en la misma naturaleza y ejercen una funci¨®n ecol¨®gica importante, merced al desprendimiento de oxigeno, su aportaci¨®n de vapor de agua, Ia emisi¨®n de ozono, la amortiguaci¨®n del ruido, etc¨¦tera.

De las inversiones que se realizan en una ciudad, las zonas verdes son de las m¨¢s sociales, por lo que suelen ir acompa?adas de una importante carga pol¨ªtica. Buena prueba de ello han sido los carteles de las distintas ofertas electorales realizadas por los diversos partidos pol¨ªticos en las respectivas campa?as electorales, donde el elemento verde siempre fue protagonista.

Otra fiesta del ¨¢rbol

Pol¨ªticamente, cualquier actitud que potencie las zonas verdes es de agradecer por todos, aunque, como consecuencia de ello, se obtengan rentabilidades pol¨ªticas para el grupo que las lleve a cabo. Es l¨®gico y natural. Lo que ya no lo es tanto es que la politizaci¨®n del elemento verde se lleve hasta los l¨ªmites de criticar una actuaci¨®n objetivamente eficaz y positiva por la ¨²nica raz¨®n de que el realizador es tu adversario pol¨ªtico. Esta actitud, tan ¨¦ticamente dudosa y tan descaradamente electoralista, adem¨¢s de perjudicar al ciudadano, representa un claro desprecio hacia los electores en beneficio de un cierto ego¨ªsmo partidista.

Las dos fiestas del ¨¢rbol madrile?as -la del a?o pasado y la celebrada en estos d¨ªas- han respondido a estas consideraciones. Del 11 al 17 de diciembre de 1978 se organiz¨® la primera fiesta del ¨¢rbol, que se materializ¨® en la plantaci¨®n de casi 25.000 ¨¢rboles en Madrid. La campa?a, que se denomin¨® ?D¨ªa del Arbol?, se prolong¨® durante una semana, el ¨²ltimo de cuyos d¨ªas los ciudadanos pod¨ªan plantar un ¨¢rbol en cuatro raquetas de la autopista M-30. Esta fiesta ten¨ªa un doble objetivo: por una parte, realizar una labor de forestaci¨®n importante, y por otra, concienciar al ciudadano en los temas ecol¨®gicos, en los que el ¨¢rbol es su m¨¢s alto protagonista. Realmente esta campa?a pudo representar una baza polica para el alcalde -que entonces era de UCD-, pero nadie dud¨® que el objetivo final era positivo, noble y necesario. Como consecuencia de ello, algunos jardineros de Comisiones Obreras -cuyo representante m¨¢s significativo formar¨ªa posteriormente parte de la candidatura del PCE al Ayuntamiento de Madrid- intentaron desprestigiar el D¨ªa del Arbol mediante una serie de cr¨ªticas a la realizaci¨®n t¨¦cnica. de las plantaciones. Hubo que recurrir a informes periciales de los Colegios de Ingenieros Agr¨®nomos y T¨¦cnicos Agr¨ªcolas, los cuales desmintieron rotundamente los infundios. El objetivo de la cr¨ªtica, evidentemente, era reducir el posible ¨¦xito pol¨ªtico de UCD, pero, consiguientemente, tambi¨¦n reducir¨ªan la consecuci¨®n del objetivo de la campa?a a favor del ¨¢rbol, que, sin ning¨²n tipo de dudas, era correcto y necesario.

Una iniciativa estimable

Esta absurda postura, que el tiempo la hubiera hecho olvidar, pues se podr¨ªa situar en un contexto especial previo a unas elecciones, nos vuelve a la memoria ante la todav¨ªa m¨¢s incre¨ªble actitud de este a?o. En estos d¨ªas se ha vuelto a organizar la fiesta del ¨¢rbol pr¨¢cticamente similar a la del pasado a?o, en la que colegios, entidades ciudadanas y vecinos en general se re¨²nen alrededor del ¨¢rbol Curiosamente, el PCE vuelve a tomar el protagonismo. Pero este a?o y dada la situaci¨®n actual del Ayuntamiento de Madrid, las cr¨ªticas de ayer se convierten hoy, en defensas entusiastas por lo que parece en principio una obsesi¨®n estar siempre en el tema verde por en cima de todos los partidos pol¨ªticos, aun cuando este protagonismo no le corresponda. No olvidemos que la actual competencia de los temas verdes en Madrid pertenecen a la Delegaci¨®n de Saneamiento y Medio Ambiente, cuyo responsable es del PSOE.

Sin embargo, lo m¨¢s sorpresivo de la fiesta del ¨¢rbol de este a?o es el folleto explicativo realizado a tal fin. En ¨¦l se destaca como titulo ?Primera Semana del Arbol?, con lo que se olvida premeditadamente la celebrada el pasado a?o. Pero esta amnesia parece ser total, pues adquiere toda su magnitud al leer la introducci¨®n del folleto, en el que se dice que la primera fiesta del ¨¢rbol se celebr¨® en el a?o 1896. M¨¢s tarde se pasa al a?o 1904, posteriormente al 1915, y de ah¨ª, directamente, a la fiesta del ¨¢rbol de este a?o.

El intento de borrar la iniciativa que supuso la primera semana del ¨¢rbol en 1978, es tan tosco como evidente. Se oculta la verdad y se trata al ciudadano madrile?o como si fuera un menor de edad.

La fiesta del ¨¢rbol es una iniciativa estimable, positiva y buena para la ciudad, independientemente de quien la organice. Para UCD es un gran motivo de satisfacci¨®n que vuelva a celebrarse este a?o y que sea asimismo un ¨¦xito. Para ello hemos prestado nuestro apoyo porque, por encima de cualquier inter¨¦s partidista, est¨¢n Madrid y los madrile?os.