Un mayo franc¨¦s

?( ... ) Cuando parec¨ªa que podr¨ªa concluir en paz esta semana se han producido de nuevo dolorosos y lamentables hechos de violencia. Dos j¨®venes han muerto en Madrid cuando, contra la polic¨ªa, se produjeron grav¨ªsimos enfrentamientos, y esto al tiempo que se realizaba otra manifestaci¨®n en contra del Estatuto de los Trabajadores, un tema que acaso se ha desquiciado no poco levemente. ?Qu¨¦ gran alegr¨ªa para los enemigos de la democracia que la polic¨ªa sea agredida, que se produzcan muertos y que la inseguridad reine en las calles madrile?as! Pi¨¦nsenlo quienes convocan manifestaciones ilegales -la de Comisiones Obreras era legal-, que tratan de involucrar con causas extra?as los derechos de los obreros. De alguna curiosa manera alguien est¨¢ tratando,aqu¨ª de conseguir un mayo franc¨¦s -aquel trist¨ªsimo de 1968-, cuando la democracia en el pa¨ªs vecino estuvo en juego. A la democracia no hay que acogotarla, porque es fr¨¢gil, tiene demasiados adversarios en estos momentos y las "Galaxias" siempre rondan por imaginaciones calenturientas. Que nadie se salga del orden democr¨¢tico, que nadie vulnere ni la vida ciudadana ni el derecho. Siempre hay sangre de j¨®venes, sangre de espa?oles, que paga por la sinraz¨®n que no ¨²biera cometerse. Y, sobre todo, que no caigan en peligros¨ªsimos contubernios los ultras de ambos extremos. Los Pinochet no nacen por generaci¨®n espont¨¢nea: se les crea.?Madrid, 15 de diciembre