C¨®mo elegir los regalos
La mitad de los presupuestos destinados a la compra de juguetes son mal empleados. Padres o amigos, generalmente, compran juguetes poco adaptados a los gustos y a la edad de los ni?os. Siete de cada diez son adquiridos sin ninguna reflexi¨®n previa. Parece como si, al verlos en los escaparates, los padres escogieran aquellos que alguna vez desearon y que nunca tuvieron. Pero hay compradores de diferentes categor¨ªas. Est¨¢n los fan¨¢ticos del juego educativo, que en la mayor¨ªa de los casos confunden con un elemento escolar. Est¨¢n los inquietos, que arrastran un cierto complejo de culpabilidad y quieren comprar ?lo mejor?.El juguete, en fin, puede consolar al t¨ªo o al abuelo que piensa ¨²nicamente en la vanidad de los padres, sin tener en cuenta ni siquiera la edad del destinatario. Y si bien es cierto que la mitad de los ni?os asisten a la compra de sus juguetes, las razones que gu¨ªan a los compradores no siempre son las mejores.
Un buen juguete debe ser simple para que le permita al ni?o crear. Hoy, todo est¨¢ dotado de motor. La mu?eca super-sofisticada que habla, anda, canta y se hace pis en la braguita no es tan f¨¢cil de ?consolar? o ?reprender? como la simple mu?eca de trapo que responde a todas y cada una de las voluntades del ni?o.
Reglas a seguir
Por otro lado, muchas veces se considera al precio como una raz¨®n indiscutible de ?buena? compra. Pero ¨¦ste no es necesariamente indicativo del inter¨¦s que el ni?o pondr¨¢ en el juguete. ?No se puede relacionar autom¨¢ticamente precio y juguete?, indica el encargado de compras en un gran almac¨¦n. ?Muchas veces, el juguete caro se compra?, agrega, ?porque ser¨¢ bien visto por la familia, pero esto no es suficiente como para despertar el inter¨¦s del ni?o.?Algunas reglas muy generales garantizar¨¢n que la compra est¨¦ dentro de lo aceptable.
Creatividad. Si se compra plastilina para modelar, por ejemplo, es mejor escogerla sin moldes.
Est¨¦tica. La belleza es preferible a la fealdad, las marionetas con grandes cabezas y muecas exageradas no son indicadas.
Veracidad. Un instrumento de m¨²sica debe tocar de verdad. La panoplia del mecano debe ser de excelente calidad.
Solidez. Los juegos que duren ?lo que una. rosa?, evitarlos en lo posible.
Adem¨¢s, habr¨¢ que tener en cuenta la edad, pero ¨¦sta se debe interpretar correctamente, porque es la edad mental la que cuenta. De todas formas, las caracter¨ªsticas definidas por los especialistas en juguetes son bastante orientativas. A los dos o tres meses, el sonajero, preferentemente rojo, es bien recibido por el beb¨¦, quien a partir de los siete-ocho meses, cuando emprende la conquista del mundo exterior, es m¨¢s sensible a los animales de material flexible o de peluche. A los dos a?os y medio, son convenientes los juegos de cubos, de objetos para encastrar y de f¨¢cil ensamblaje. Entre los tres y cuatro a?os, el ni?o adquiere una cierta imaginaci¨®n e imita a los adultos. Es el per¨ªodo adecuado para las cajas de colores o pinturas, los juegos mec¨¢nicos o de construcci¨®n. Los juegos de grupo y al aire libre son interesantes entre los seis y siete a?os.
M¨¢s adelante, a los diez-doce a?os, los juguetes de t¨¦cnica, como los circuitos de coches, los trenes el¨¦ctricos, al igual que los juegos de sociedad que requieren reflexi¨®n y t¨¢ctica, son los m¨¢s recomendados. la preadolescencia es especialmente atra¨ªda por los juegos ?cient¨ªficos? de qu¨ªmica, f¨ªsica, etc¨¦tera, aunque, atenci¨®n a los peligros derivados de los productos utilizados y a las explicaciones insuficientes o err¨®neas del fabricante.
?Y sobre los juegos ?guerreros?? Los psic¨®logos y educadores no est¨¢n de acuerdo con ellos, pero ser¨¢n los padres los que deban decidir en funci¨®n de su propia conciencia. Algunos educadores aconsejan que, ante la insistencia de los ni?os, se les insin¨²e qu¨¦ las armas se las construyan ellos mismos, en la forma y modelo que deseen.
Pero, quiz¨¢, en el mundo del juguete no haya nada tan influyente como la televisi¨®n. En los juegos infantiles siempre est¨¢n presentes los personajes de la peque?a pantalla, los h¨¦roes de ficci¨®n son imitados y, por tanto, los juegos que los representan son vendidos con facilidad. Y la publicidad. Su impacto en los ni?os es elevado y, sin duda, sin la publicidad televisiva, hoy no existir¨ªa el desarrollo al que ha llegado la industria del juguete en Espa?a. En este sentido, padres y amigos tendr¨¢n la misi¨®n de explicar, convencer, aceptar o negar la compra solicitada por el ni?o, aun teniendo en cuenta lo dif¨ªcil que puede resultar.
Seguridad ante todo
Otro detalle importante: la seguridad. El peligro puede tener dos or¨ªgenes: provenir del propio juguete o de su uso. As¨ª, los rev¨®lveres y carabinas que lanzan proyectiles pueden ser peligrosos por el simple hecho de disparar. Una cometa no es en s¨ª misma peligrosa, pero si se emplea un hilo met¨¢lico, puede serlo al tocar una l¨ªnea de alta tensi¨®n.La extremidad de los proyectiles en forma de flecha lanzados por los fusiles, pistolas o arcos deben ser protegidos con una embocadura de material flexible s¨®lidamente fijado. Los juegos similares a m¨¢quinas de vapor y que involucran una fuente de calor no deben presentar una temperatura superior a los sesenta grados cent¨ªgrados en las asas de madera o pl¨¢stico, cincuenta grados cent¨ªgrados en las de metal, ochenta grados cent¨ªgrados en las paredes envolventes y 120 grados cent¨ªgrados en las superficies calentadoras. A nuestro juicio, los peque?os electrodom¨¦sticos infantiles deber¨ªan pasar los mismos an¨¢lisis que los utilizados por los adultos.
En cuanto a los vestidos de mu?ecas, pelucas, juguetes de peluche, deber¨ªan ser ininflamables. Los juegos de qu¨ªmica, por su parte, no deben contener sustancias t¨®xicas. Tambi¨¦n hay que considerar que un juego aparente mente inofensivo puede complicar las cosas si no est¨¢ de acuerdo con la edad del ni?o que lo utiliza. La vigilancia de los padres ser¨¢, por tanto, siempre necesaria.
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