Pintoresco robo de una efigie de Zorrilla en Valladolid
Muchos a?os despu¨¦s de su muerte, el poeta y dramaturgo vallisoletano Jos¨¦ Zorrilla ha sido protagonista de una historia entra?able y, a la vez, dram¨¢tica y jocosa vivida recientemente en su ciudad natal. Responsable directo de los hechos fue un tal Juli¨¢n Gallito, personaje quiz¨¢ real, quiz¨¢ inventado, que, primero, sorprendi¨®, desde su anonimato, a la opini¨®n p¨²blica vallisoletana con un suceso descabellado, y, posteriormente, mantuvo durante algunos minutos en vilo a los ciudadanos que el pasado d¨ªa 3 de enero circulaban tranquilamente por la calle del Duque de la Victoria.
El comienzo de la an¨¦cdota se remonta al 21 de diciembre, fecha en que se present¨® en la Jefatura Superior de Polic¨ªa una denuncia por el robo de la cabeza-efigie del escritor rom¨¢ntico que se hallaba situada junto a la escalera principal del Instituto de Ense?anza Media Jos¨¦ Zorrilla.Hasta el 3 de enero nadie supo del paradero de la estatua, de cuarenta kilos de peso y de escaso valor material, aunque si hist¨®rico. Pero en la ma?ana del mencionado d¨ªa una llamada telef¨®nica recibida en el peri¨®dico El Norte de Castilla dio cuenta de la presencia en la fachada principal del edificio del mencionado diario de un paquete, que infundi¨® sospechas a cuantos lo vieron. Se person¨® en el lugar la Polic¨ªa-Nacional, qued¨® cortado el tr¨¢fico peatonal en la zona,- cundi¨® la consiguiente alarma, acudi¨® un artillero, que examin¨® detenidamente la bolsa, y al final, en un clima tenso de temor y curiosidad, apareci¨®, envuelta en ropas viejas y depositada cuidadosamente, la cabeza-efigie de Jos¨¦ Zofrilla desaparecida semanas atr¨¢s.
Sin embargo, lo m¨¢s curioso Reg¨® luego. En el saco se encontr¨® tambi¨¦n una carta, que, al igual que el busto, fue entregada al juez. En el escrito, dirigido al director de El Norte de Castilla y firmado por Juan Gallito, se le¨ªa: ?Se?or director: Ruego publique la carta que aqu¨ª le env¨ªo. Perdonad que un hombre solo y abandonado por todos haya tenido el ego¨ªsmo. de al no quererse encontrar solo, ha querido tener en estas fiestas un amigo en su casa: Zorrilla, al que ah¨ª ten¨¦is sano y salvo. ?Veis? No le ha pasado absolutamente nada; incluso le ha venido bien, pues ¨¦l tambi¨¦n se encontraba muy solo, y estas son sus primeras Navidades desde hace muchos a?os. Lo hemos pasado divinamente. Ya os contar¨¦ c¨®mo pas¨® la nochevieja; le tuve que meter en la cama, pues se pas¨® un poco con el champ¨¢n. Pero lo importante es que lo pasamos juntos. S¨®lo nos falt¨® una amiga, m¨¢s de ¨¦l que m¨ªa: la muerte, para que las Navidades hubiesen sido completas, pero, por lo visto, ten¨ªa muchas cosas que hacer y no acudi¨®. ?
El busto de Zorrilla se halla depositado ahora en el juzgado mientras se realizan los tr¨¢mites legales oportunos para que retorne a su primitivo lugar, de donde falta desde el 20 de diciembre.
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