El silenci¨® sobre el Centro Nuclear de Soria
La semana del marat¨®n presupuestario finaliz¨® en el Congreso de los Diputados, a las 5.30 del s¨¢bado pasado, con la ¨²ltima enmienda defendida por los socialistas en contra de las partidas de gastos (1.305 millones), referentes al Centro de Experimentaci¨®n Nuclear de Soria. La enmienda fue rechazada. Evidentemente, la hora y el cansancio de los diputados no eran los factores m¨¢s adecuados para tratar un tema, que, sin embargo, por su importancia, merec¨ªa haber sido el primero. Decididamente, el tratamiento del Centro Nuclear de Soria no tiene suerte. Al d¨ªa siguiente, los peri¨®dicos le dedicaban una o dos l¨ªneas. Sin embargo, con los presupuestos como pretexto, se ha intentado nuevamente introducir a nuestro pa¨ªs en los arriesgados senderos de la econom¨ªa del plutonio, y digo nuevamente, porque con reiteraci¨®n, y de modo subrepticio, desde hace tiempo que se intenta colarnos el Centro Experimental Nuclear de Soria. En efecto, este centro se excluy¨® del Plan Energ¨¦tico Nacional, evitando as¨ª una discusi¨®n directa y frontal de tema tan grave, pero inmediatamente, de forma h¨¢bil, se le cita con una l¨ªnea en las propuestas de resoluci¨®n del PEN, con lo que se pretend¨ªa despistar y hacer creer que ambas cuestiones, en realidad diferentes, eran una misma cosa.La ceremonia de la confusi¨®n y los intentos del Gobierno de introducir de matute el Centro Nuclear de Soria vuelve nuevamente a repetirse con ocasi¨®n de los Presupuestos Generales del Estado. Tal vez se haya pensado que entre el d¨¦dalo de partidas, secciones y n¨²meros podr¨ªa pasar inadvertido, y desde luego as¨ª ha sido para la opini¨®n p¨²blica, pero no para las Cortes. Jur¨ªdicamente, lo ins¨®lito de este caso, es que se efect¨²a un presupuesto para un centro inexistente, puesto que, de acuerdo con el cap¨ªtulo quinto de la resoluci¨®n sobre el PEN, la autorizaci¨®n del centro de Soria corresponde al todav¨ªa no creado Consejo de Seguridad Nuclear. Se pretende as¨ª, predeterminar la futura decisi¨®n al respecto del, Consejo, ?o tal vez darlo ya por autorizado con el pretexto de estar ya recogido en los presupuestos? ?Alguien ha pensado, en este caso, qu¨¦ ocurrir¨ªa si despu¨¦s la decisi¨®n del Consejo fuese negativa? Podr¨ªamos, incluso, estar ante un fraude presupuestario o, en todo caso, ante una ligereza injustificable.
?A qu¨¦ se debe, se preguntar¨¢ alg¨²n lector, este m¨¦todo semiclandestino en el tratamiento del Centro Nuclear de Soria? La respuesta no puede ser otra que el Gobierno no quiere un debate parlamentario ni una informaci¨®n p¨²blica general y clara sobre la naturaleza de este centro. Sin embargo, cada vez que nos vamos acercando a los hechos consumados de su imposici¨®n se nos van dando datos escalonadamente que despu¨¦s, cuando lleguen las previsibles protestas, servir¨¢n para argumentar, que en su debido tiempo se dio informaci¨®n sistem¨¢tica, total y contrastada.
Ya sabemos en estos momentos, que en Soria se pretende instalar dos reactores nucleares experimentales (no comerciales) en la l¨ªnea de los reactores r¨¢pidos (plutonio). Tambi¨¦n plantas de tratamiento de combustibles irradiados, reprocesamiento de residuos radiactivos, laboratorio de plutonio, etc¨¦tera.
El Centro de Experimentaci¨®n Nuclear de Soria no es una central nuclear, que al fin y al cabo, bajo el manto de los propios beneficios de las multinacionales, tendr¨ªa una finalidad comercial e industrial. En este sentido, a la evidente peligrosidad de centrales como Lem¨®niz, Valdecaballeros, Cofrentes el centro de Soria a?ade una mayor peligrosidad, sin ninguna otra compensaci¨®n que la de la pura especulaci¨®n, con la finalidad, se dice, de poseer tecnolog¨ªa nuclear propia. ?O existe alg¨²n otro motivo? Cuando la Administraci¨®n Carter ha rechazado por peligrosos los reactores r¨¢pidos generadores de plutonio, se pueden plantear serias dudas sobre la utilizaci¨®n final de la experimentaci¨®n nuclear de Soria, sobre todo, al ser el plutonio elemento esencial para la bomba at¨®mica. La situaci¨®n de Espa?a como pa¨ªs no firmante del tratado de no proliferaci¨®n de armas nucleares debe preocupar m¨¢s que nunca, a la vista de posibles acuerdos con otros pa¨ªses.
?Y qu¨¦ decir del tema de las medidas de seguridad para el centro de Soria y su entorno? Se nos dice que las instalaciones nucleares de Soria responden a dise?os propios. Cuando, por ejemplo, en Francia se est¨¢ trabajando desde hace tiempo en un proyecto tan avanzado como es el Superphenix, resulta rid¨ªculo que nosotros intentemos descubrir ahora el Mediterr¨¢neo nuclear, con el grave peligro de penetrar en un tema en el que no tenemos ninguna experiencia. Recu¨¦rdese que la contaminaci¨®n radiactiva de la vega del Tajo de hace a?os. fue debida a una planta piloto de tratamiento de combustible de las instalaciones de la Moncloa. Ahora los experimentos m¨¢s peligrosos se trasladar¨¢n a Soria.Por cierto que las razones de la elecci¨®n de la provincia m¨¢s deprimida y abandonada de Espa?a nada tiene que ver con su aparente promoci¨®n, aunque as¨ª se intente presentar esta ubicaci¨®n. Se trata de aprovechar, el disponer de personalidades p¨²blicas d¨®ciles (que encima piensan as¨ª abanderar la industrializaci¨®n de la provincia), y de una opini¨®n p¨²blica dif¨ªcilmente concienciable y tan ansiosa de desarrollo a toda costa, que podr¨ªa aceptar todo lo que se les d¨¦ bajo esta capa. Los 1.305 millones destinados, por el contrario, a su meritoria industrializaci¨®n servir¨ªan, sin duda, para comenzar su necesario desarrollo.
La instalaci¨®n de este centro en la cabecera del Duero tambi¨¦n hace abrigar serios temores de contaminaci¨®n t¨¦rmica de toda la cuenca del Duero (Castilla y Le¨®n). Es cierto que tambi¨¦n en los presupuestos se hable de unas breves l¨ªneas, sobre las condiciones de seguridad del Centro Nuclear (con esta ficci¨®n se intentar¨¢ despu¨¦s argumentar que ya se tienen previstas estas medidas), pero no corresponde a los presupuestos fijar qu¨¦ medidas de seguridad son las m¨¢s apropiadas. Por el contrario, en el cap¨ªtulo diez de la resoluci¨®n sobre el PEN se se?ala que por lo que respecta a los impactos ambientales en los proyectos nucleares se estar¨¢ a lo que diga la ley General del Medio Ambiente, que el Gobierno debe remitir a las Cortes en diciembre de este a?o. Nuevamente, respecto al centro de Soria, se infringen estas resoluciones y se habla de condiciones de seguridad sin antes esperar a lo que diga la ley.
Quede finalmente claro que no estamos por principio en contra de la energ¨ªa nuclear, pero s¨ª de la planificaci¨®n manipulada de esta energ¨ªa. Para evitar esta manipulaci¨®n, el Centro Experimental Nuclear de Soria exige que su tratamiento sea reconducido a los cauces normales: debate puntual e individual en las Cortes sobre la econom¨ªa del plutonio, dictamen del Consejo de Seguridad Nuclear dependiente del Parlamento y participaci¨®n del Consejo Castellano-Leon¨¦s. Mientras tanto, hay suficientes razones tecnol¨®gicas, jur¨ªdicas y pol¨ªticas para seguir oponi¨¦ndose a este centro.El Gobierno podr¨ªa comenzar muy bien este nuevo procedimiento de clarificaci¨®n explicando por qu¨¦ desde hace tres a?os no se ha contestado a las 10.000 impugnaciones sorianas contra el centro presentadas en lugar y tiempo adecuados, y tambi¨¦n por qu¨¦ ha respondido con el silencio a las tres peticiones de audiencia con el ministro de Industria solicitadas por el Ayuntamiento de Almaz¨¢n. En contra de lo afirmado por Mozart, aqu¨ª el silencio no es precisamente m¨²sica.
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