Reivindicaciones auton¨®micas en la visita de los Reyes a Granada
La visita oficial de los Reyes de Espa?a don Juan Carlos y do?a Sof¨ªa a las provincias de Ja¨¦n y Granada se vio rodeada ayer tarde, con la llegada a la capital granadina de un ambiente reivindicativo que hab¨ªa estado ausente en todo el recorrido por las distintas localidades de la provincia de Ja¨¦n. Las primeras pancartas alusivas a la autonom¨ªa andaluza -??Viva Andaluc¨ªa libre!?- y al contencioso de Hipergranada, una regada de panfletos blanquiverdes en la plaza del Ayuntamiento en el momento en que los Reyes se asomaban al balc¨®n y el discurso del alcalde de la ciudad, el socialista Antonio Jara, fueron elementos determinantes de este cambio de signo en el ambiente de la visita real.El primer ?i Viva Andaluc¨ªa! ? pronunciado por el Rey se oy¨® tambi¨¦n ayer en Granada. Por otra parte, la jornada de los Reyes, tanto en su recorrido por la provincia de Ja¨¦n como durante su estancia en la ciudad de Granada, se caracteriz¨® por las manifestaciones de afecto a la pareja real.
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El alcalde de Granada dibuj¨® un panorama inquietante de la situaci¨®n andaluza
(Viene de primera p¨¢gina)
Los Reyes llegaron en helic¨®ptero poco despu¨¦s de las cinco de la tarde al aeropuerto de Granada, donde les recibieron el presidente de la Junta de Andaluc¨ªa y primeras autoridades. Seguidamente se trasladaron en autom¨®vil a. la ciudad. Grupos de personas se hab¨ªan dispuesto, carretera adelante, para saludar a los Reyes a su paso y, en alg¨²n caso, para desplegar las primeras pancartas alusivas a la situaci¨®n de Hipergranada.
Ya en la ciudad, los Reyes se encaminaron a la bas¨ªlica de las Angustias, donde oraron brevemente para dirigirse a continuaci¨®n al Ayuntamiento. Este recorrido, de unos dos kil¨®metros, lo hicieron entre expresiones de cari?o de una multitud compuesta por varios miles de personas. Mientras los Reyes sub¨ªan al balc¨®n para saludar a los granadinos, se registr¨® un peque?o incidente entre el p¨²blico que oblig¨® a los portadores de pancartas en las que se ped¨ªa su mediaci¨®n en el asunto de Hipergranada a abandonar la primera l¨ªnea y replegarse al fondo de la plaza.
Tras saludar a la Corporaci¨®n municipal y recibir de manos del alcalde el escudo de oro de la ciudad, los Reyes se asomaron al balc¨®n del Ayuntamiento, desde donde siguieron el discurso m¨¢s largo y m¨¢s fuerte pronunciado por los alcaldes de las ciudades que han visitado. Antonio Jara, lejos de empezar por las tradicionales palabras de salutaci¨®n, que dej¨® para el final, comenz¨® por dibujar a los Reyes un panorama inquietante, si bien reconoci¨®, de entrada, que ?en un Estado de Derecho no corresponde al Rey realizar funciones de Gobierno?. ?Yo no puedo pediros por tanto?, dijo, ?que arregl¨¦is estos problemas, que deben ser resueltos en el marco de las tareas ordinarias de Gobierno, pero s¨ª os pido, Majestad, que, en el ejercicio de vuestra real funci¨®n de moderaci¨®n y equilibrio, inst¨¦is a que el Gobierno y las Cortes no olviden a esta tierra granadina y andaluza.?
?Nos declaramos unidos y solidarios?, a?adi¨®, ?con todos los pueblos, nacionalidades y regiones de Espa?a, pero desde Andaluc¨ªa y desde Granada he de pediros, respetuosamente, que se promuevan acciones eficaces de Gobierno bajo el principio de solidaridad y en consonancia con los mecanismos de compensaci¨®n previstos en nuestra Constituci¨®n?.
Alusi¨®n al proceso auton¨®mico
En una clara alusi¨®n al proceso auton¨®mico dijo: ?Os pido, Majestad, que, si as¨ª lo estim¨¢is, la moderaci¨®n y el arbitraje de nuestro Rey se haga presente tambi¨¦n en los ¨®rganos de gobierno del Estado, para que la nueva organizaci¨®n territorial establecida en la Constituci¨®n no mantenga desigualdades sociales y econ¨®micas heredadas que atentan a la justa igualdad de trato que, en tanto que espa?oles, nos corresponde en justicia.?
Refiri¨¦ndose a la pol¨ªtica municipal, se?al¨® que ?desde el Ayuntamiento de Granada, como desde innumerables ayuntamientos espa?oles, tropezamos diariamente con serias dificultades para llevar a cabo nuestros proyectos de una ciudad mejor?. Se refiri¨® m¨¢s adelante al cansancio de palabras vac¨ªas que acusan los hombres y mujeres de Andaluc¨ªa cuando ?hay familias cuyas condiciones de vida bordean el l¨ªmite de lo humanamente tolerable, hombres y mujeres que se baten diariamente con una situaci¨®n econ¨®mica dura y hostil, situaci¨®n que un d¨ªa antes o una semana despu¨¦s, se resuelve en ese doloroso dilema de paro o emigraci¨®n.?
Una fuerte ovaci¨®n que se hab¨ªa hecho sentir en otros momentos de su intervenci¨®n, especialmente cuando se refer¨ªa al problema del paro, cerr¨® el discurso del alcalde.
A continuaci¨®n pronunci¨® una breve alocuci¨®n don Juan Carlos para agradecer al pueblo granadino la acogida dispensada, y al alcalde sus palabras: ?En cualquier ocasi¨®n es grande nuestra emoci¨®n al pisar este coraz¨®n de la Penib¨¦tica, tanto por la significaci¨®n hist¨®rica de este trozo del solar patrio como por los resultados que aqu¨ª se evocan para la Corona espa?ola y para la unidad de Espa?a, cuya instituci¨®n encarnan, representan y sirven vuestros Reyes. Pero esa evocaci¨®n no es sino un acicate m¨¢s para vosotros y para m¨ª en la realidad presente. Un reto hist¨®rico y sagrado al que hay que responder -al que respondemos- con dedicaci¨®n, trabajo, entusiasmo y. si es preciso, con sacrificio para hacer de esta entra?able provincia andaluza y espa?ola un lugar de privilegio. ?
?Vuestras inquietudes ser¨¢n mis inquietudes. Vuestros problemas ser¨¢n mis problemas. Vuestras alegr¨ªas ser¨¢n tambi¨¦n mis alegr¨ªas?, a?adi¨®. Y aludiendo en concreto al ruego del alcalde dijo: ?Como ayer dec¨ªa a nuestros compatriotas de Ja¨¦n, quiero haceros presente que hoy y ma?ana estar¨¦ con vosotros; estar¨¦ atento a las palabras de vuestras autoridades, para hacer m¨ªas vuestras aspiraciones razonables e invocarlas ante las instituciones del Estado y ante el Gobierno e instarles a que, con su esfuerzo, que no ha de faltar, encuentren soluciones satisfactorias y solidarias con los dem¨¢s pueblos de Espa?a.? Fue entonces, al finalizar su discurso, cuando entre los vivas a Granada y a Espa?a don Juan Carlos intercal¨®, por primera vez en estos d¨ªas, un viva a Andaluc¨ªa.
Por lo que respecta a la jornada de la ma?ana, los Reyes la iniciaron con una visita al centro hospitalario Princesa Sof¨ªa, de Ja¨¦n. Hacia las once llegaron a la ciudad de Linares, donde visitaron las instalaciones de la fundici¨®n La Cruz, de mineral de plomo, que produce una tercera parte del consumo nacional, y de cuya inauguraci¨®n se cumplen ahora 150 a?os. Los directivos de la empresa, en la que hay una fuerte presencia del INI, comunicaron a los Reyes, en primicia informativa, el descubrimiento de un importante yacimiento de mineral de plomo que puede permitir en un breve plazo de tiempo que se duplique la producci¨®n actual, cuando se cre¨ªa que se iba inevitablemente hacia el agotamiento de los recursos en la zona.
De Ja¨¦n, a Baeza, donde tomar¨ªan el helic¨®ptero para dirigirse a Granada, los Reyes recorrieron muchos kil¨®metros de carreteras, flanqueadas de olivares. En muchos casos, los recolectores de aceitunas, actualmente en plena faena, se acercaban al borde de las haciendas para saludar a los Reyes. Era el saludo de los que, si bien hoy trabajan, a partir de marzo, se ver¨¢n abocados de nuevo al paro. El olivo es as¨ª. Y el olivo significa el 62% de los cultivos agr¨ªcolas de la provincia. Diversificar e intensificar la producci¨®n agraria, lo que exige la transformaci¨®n de 60.000 hect¨¢reas en regad¨ªos, la industrializaci¨®n de la provincia (s¨®lo un 19,27% de la poblaci¨®n activa trabaja en el sector secundario) y la mejora de la red viaria han sido tres de las cuestiones planteadas a don Juan Carlos en una reuni¨®n de trabajo mantenida con las autoridades jiennenses en la noche del martes. El mantenimiento de la actual estructura econ¨®mica provincial significa un incremento constante de su cifra de parados -actualmente unos 15.000-, a pesar de que Ja¨¦n es la provincia andaluza que genera m¨¢s emigraci¨®n
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